Al encontrarme con él, me derrumbé aún más. No podía pensar en no verle más. Todo mi mundo se iría a la mierda, todo lo que conozco se esfumarían. No volvería a pisar ese instituto, no volvería a pasar esas tarde con mis amigos, esas noche en vela con mi mejor amiga, y sobretodo no lo volvería a ver le, a sentir esos abrazos en donde me fundía en su cuerpo, con tanta intensidad, que tenía que retirarme por el miedo de quemar le la piel.
Me miró y me dijo:
- ¿Que te pasa?- súper preocupado.
No contesté y seguí llorando.
- Por favor, no, no quiero verte así.
-Me mudo- grité- no te volveré a ver más, ni a ti, ni a nadie.
-¿Qué?- dijo con un hilo de voz y casi llorando.
En ese momento nos quedamos los dos llorando y mirándonos.
Él se acercó a mi, y me dio un abrazo. El mejor abrazo que me habían dado en toda mi vida. Nunca me había sentido así con alguien.
Estuvimos charlando, y me convenció para que volviera a entrar.
Entré de nuevo en la sala de profesores. Mis padres se levantaron. Yo me senté.
- ¿Por qué nos mudamos, a dónde y cuánto tiempo?-dije en un suspiro.
- Nos mudamos por temas de trabajo, vamos a ir a Santa Coloma de Gramenet, y el tiempo no se sabe muy bien. - dijo mi padre.
Subí a la clase y me despedí de todos. Cuando me tocó despedirme de él, empecé a llorar otra vez. Me vinieron esos 12 años juntos, esos 12 años donde no conseguí ni un simple te quiero. Le di otro abrazo y me fui a mi coche. Se ve que ya estaba todo empaquetado y el camión de mudanzas estaba detrás de mi coche. Estaba convencida que esa era la ultima vez que vería a mis amigos.