Había una vez en un pueblo muy lejano y a la vez muy grande, una princesa de 15 años, su nombre era Hanna.
Ella, nunca había salido del castillo de su padre, el Rey Peter Philips, un hombre que amaba a su hija con todo el corazón, que haría de todo, hasta no dejarla salir del castillo, para proteger a su amada Amalia y a su pequeña hija.
Hanna, con todas las esperanzas de que su padre le diga que sí, que puede salir, prueba una vez más.
— Padre, se acerca navidad— Comienza.
— Así es, hija— Por el tono de voz que utiliza Hanna, se ha dado cuenta que le pedirá algo.
— Quería preguntarte algo.
Se sienta en la orilla de la cama, junto a su padre.
— Está bien— Dice el Rey.
Hanna contenta se muerde el labio, luego suspira y procede a hablar.
— Tú sabes que yo siempre quise salir del castillo... ¿Podrías regalarme eso? — Pregunta la doncella con mucho entusiasmo.
Peter ve la emoción de su hija reflejada a través de sus ojos, brillan.
— Hanna, hija. No quiero que te pase nada, eso es todo— El rostro de la hija cambia, se derrumba.
Él trata de acariciar la mejilla de la princesa, pero ella se lo impide.
— Lo siento, Rey, pero ya no quiero que me quieras. Con permiso.
El Rey Peter sufre del dolor al oír lo que su única hija acaba de decir.
Ve cómo se aleja y mira al piso.
Dolido, se acuesta sobre su cama, esperando a su esposa.
Luego de unos minutos la reina Amalia entra a la habitación y se entristece al ver a su marido tan dolido.
— Querido —Siente las manos de su esposa recorrer por su pecho, dando pequeños círculos que lo hacen relajar —¿Lo mismo? — Pregunta la Reina.
— Lo mismo, cariño —Contesta el Rey.
Abre los ojos y se encuentra con su amada con los ojos tristes, pero al verlo le sonríe. Él sonríe también.
— Tengo entendido que el Príncipe Garrett vendrá mañana — La emoción en la voz de su esposa sólo puede indicar algo — Puedes dejar que Hanna vaya con él al pueblo por dos meses, quiero decir... Él es un joven muy fuerte, Hanna dentro de tres meses será su esposa justamente porque lo elegimos nosotros por su manera de esforzarse, por su fuerza y valentía, él la protegerá —Lo mira con toda ilusión en el rostro.
— No lo sé, cariño— Duda el Rey.
—¡Vamos! Sabes que tengo razón...— Ríe la Reina.
A la mañana siguiente estaban discutiendo con el Príncipe acerca de lo que conversaron anoche.
Él se ve contento, Hanna más contenta aún.
— Claro que acepto— Dice el Príncipe Garrett.
— ¡Oh, Príncipe! Le agradezco bastante, es usted una persona muy buena — Hanna le sonríe.
— Claro que es alguien bueno, mi vida — Amalia acaricia el brazo del Rey al ver la impaciencia de éste — El Rey y yo te la encargamos mucho, Príncipe.
Él asiente y mira a Hanna, quien lo mira con los ojos brillando. Eso hace que él ría.
Luego de conversar todo y ponerse de acuerdo que mañana a las 05:00 a.m saldrán. Garrett se acerca a Hanna, con una sonrisa.
— Nos vemos mañana, princesa— Toma la mano de Hanna, sus ojos conectados, él besa su mano.
— Nos vemos, Príncipe Garrett— Hanna se sonroja.
ESTÁS LEYENDO
La Princesa Hanna [TERMINADA]
VampireDos jóvenes enamorados. Ella una Princesa. Él un Príncipe. Pero uno de los dos esconde algo que nadie jamás se podría imaginar.