De repente el pasillo comienza a abarrotarse de gente que camina de un lado a otro sin detenerse por nada ni por nadie. Yo simplemente estoy recostada contra la puerta de mi casillero. Tengo la frente picándome por el frío del metal contra mi piel. Todos están ajenos a lo que me pasa.
- ¿Todo bien, Carol?- es Aaron.
Me despego del casillero y enderezo la espalda. Él toca mi hombro y aparece en mi campo de visión.
- Nena, estás temblando.- musita.- ¿Qué pasó contigo, Carol?- está completamente asustado. Se quita los ray-ban y arquea una ceja.- Me ha besado...- susurro.
Aaron abre los ojos como platos y me voltea por los hombros. Entonces comienzo a llorar. Otra vez.
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- ¡No me puedo creer que sea tan capullo!- grita con furia.- Lo que tiene de lindo lo estropea todos los días cuando respira. ¡Joder, nena! No debeis llorar por ese gilipollas. Sabeis que vales mucho más que ésto.
Asiento, aunque sigo llorando.
- ¡Deja de llorar, Carol!- pide, sentándose de nuevo junto a mi.
Amo a mi amigo. Es ese típico gay que a toda mujer le gustaría tener en su vida.
- Después de todo lo que me dijo... él simplemente... el solo me besó. Y se fue.- digo entre sollozos.- Oh, dios. Lo odio tanto.- sollozo contra su pecho.
Aaron solamente me sostiene y me deja llorar sobre su chaqueta.***
Estoy terminando de maquillarme para ir a la fiesta de Rosita. Aunque no quiera cruzarme a su hermano en ningún lado, no puedo fallarle a mi mejor amiga el día de su cumpleaños. No pienso decirlee nada de lo que ocurrió y ya le rogué a Aaron que no diga absolutamente nada. Ni quiero pensar en eso, ni tampoco quiero que mi mejor amiga termine en la cárcel por asesinato.
Cuando estoy terminando de maquillar mis ojos, suena el teléfono. Me sobresalto y lo tomo con las manos temblorosas, viendo en la pantalla que me llama un número desconocido. Carraspeo y deslizo el dedo sobre la pantalla para contestar.
- ¿Si?- ¡Holaaaaaaaa!
- Hey Rosita.- saludo con entusiasmo. La escucho reír del otro lado.
- ¿Vas a venir, verdad?
- Claro que si, amiga. ¿Cómo pones eso en duda?
- Bueno, es que no me llamaste para confirmar la asistencia. Sé que estoy al otro lado de la ciudad justo ahora, pero puedes llamarme todavía.
- Lo sé, y lo siento. Es que he tenido muchas cosas en la cabeza y se me ha pasado.- ¡Tu hermano me ha besado!
- Ya, entiendo. Bueno, Carol. Te estoy esperando.
- Tengo muchas ganas de verte. Hace una semana te fuiste y te he extrañado muchísimo.
- Yo también a ti. Sé que no puedes vivir sin mi.
Me río con ganas por ese último comentario. Ella siempre tan especial. La corneta de un auto me hace salir de mi ensueño. Aaron ha llegado.
- Bueno, te dejo. Acaban de llegar a recogerme.- Oh, si. Que tengas buen viaje.- y cuando estoy por despedirme, ella chilla.- Ya va, ya va. Necesito hacerte una pregunta.
- Si, claro. ¿Qué pasa?
- Tu que estás cerca de Daryl... ¿sabes si tiene novia o está con alguien? Es que lo he visto muy mal desde que llegó ayer y... no sé que le pasa.
Me quedo completamente tiesa.
- La verdad es que no sé si está con alguien, pero lo dudo. No suele repetir acostarse con ninguna, hasta donde sé. De todas maneras, pregúntale. Yo no tengo idea.- respondo bastante cortante.- Tengo que dejarte. Nos vemos más tarde.
Y cuelgo el teléfono. No estoy preparada para hablar de eso.
eso.
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Estoy arreglando las mangas de mi chaqueta. Después, me arreglo el cabello rápidamente y me paso una mano por la cara, tratando de cambiar mi expresión. Tengo que olvidarme de ese maldito beso de una buena vez. Tengo que olvidarme de esa mujer. Mi hermana llama mi atención entrando como un tornado en mi cuarto y lanzando la puerta cuando está dentro.
- ¿Qué le hiciste?- gruñe de repente.- ¿De que me hablas, Rosita?
- A Carol. ¡Dime que le hiciste!- grita con rabia.
Subo la vista hacia ella y frunzo el ceño. Tengo que saber que fue lo que le dijo.
- ¿Qué fue lo que te dijo ahora?- No me dijo nada. Estaba muy rara y me ha cortado la llamada cuando le he preguntado si...
- Entonces tu piensas que ella está rara porque yo le hice algo.- le corto. Ella mira hacia el techo exasperada.
- Te juro que si le hiciste daño te voy a matar. ¡No puedo creer que la molestes tanto!
- Mira, ella fue la que se lo busc...-me callo rápidamente. Mi hermana abre la boca de par, sorprendida.
Mierda.