Capítulo III: Somos de la misma sangre. Parte 1: Fragmentos.

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Andar por los bosques es peligroso, un aire familiar acaricia mi rostro trayendome recuerdos de todas mis salidas, este es mi hogar, soy como un nómada, no tengo casa, todo esto es mi casa.

-Raiden, espera.- chilla Leo detrás mío.

Leo es mi hermano... o hermanastro, bueno no es de mi sangre, se entiende el concepto. Es escuálido, no soporta caminar bajo el sol y ese cabello de princeso color castaño que tiene no le ayuda de mucho, idéntico a mí ahora que lo pienso.

Durante mi salida hace muchos años, cuando yo tenía como 15 años me tope con un poblado siendo invadido por Ventisca, me quedé perplejo. Me adentre como neutral, ataque a todo soldado de Ventisca con mi arco, se llevaban niños tanto niñas como a jóvenes aproximados a mi edad, rescate a unos cuantos pero cuando me di cuenta todo el ejercito de Ventisca ya estaba presente. Fue ahí cuando me encontré a Leo, mas bien yo le puse así, esperaba con una falsa esperanza a su madre muerta, lo adopte cuidando de él 8 largos años.

Aprende muy rápido, sólo lo tengo equipado con mi daga pues él aun no sabe tirar con el arco y conseguir uno es mucho trabajo.
Mientras vagamos por todos los territorios y como buenos cazadores obtenemos nuestras cosas de la manera honrada, podría decirse que nos dedicamos a realizar trabajos como cazarecompensas o pedimos permiso para cazar nuestra comida.

-¿Por dónde vamos?-

-Por el sendero.-

-Ash, ¿A dónde vamos?- pregunta irritado.

-Pasaremos por los territorios del páramo para poder llegar a Candescencia, estoy buscando lenguas y tejidos de salamandra para las cuerdas de tu arco.-

-¡Genial!- exclama entusiasmado saltando por todos lados. -Al fin tendré mi arco y podre disparar flechas, y hacer los mismo trucos que tu, y salvar personas, ya no mas está daga.-

-Recuerda que es mi daga, es especial, chico, pero todavía no te hagas ilusiones.-

-Estoy seguro que lo conseguiremos. Llevamos mucho tiempo recolectando metal de esencia rojiza templado. Si te conozco bien me vas a hacer un arco encantado, un modelo Rubí-II templado con esencia y recuperación arcana.- me dice con tono prestigioso.

-Me sorprendes, me has hecho caso durante todo este tiempo.-

Su arco será uno de los raros en conseguir, entraría en la categoría de legendarios si no fueran tan fácil de hacer. Mi arco es un Fragmento bendito optimizado Cargado, lo que me gusta de este es que no necesita flechas, al ser del atributo: Cargado puede disparar flechas al tenzar el arco y tiene un rango excelente.

-Recuerda, tu daga a disposición, por donde pasaremos se ponen difíciles las cosas.-

-Si escuchado muchas cosas, no podrán asaltarnos.-

Mueve su daga de lado a lado jugando con ella, brinca a un tronco el cual esta hueco y cae, solté una carcajada mientras lo ayudo a levantar.

El único problema que tengo con él es que el es de otra clase: un prodigio. Indefinido, no se con exactitud el grado de su poder. Ha controlado la materia, alzado objetos y controlado por momentos mínimos el tiempo.

Ya cerca de las fronteras preparamos nuestras armas y capas, conseguí capas de camuflaje serpiente, toman el entorno de donde sea y las proyectan en la tela, son las mejores que hay para cazadores como nosotros. No debemos entrar en aquel lugar, pero es tan peligrosa que inclusive hay grupos de cazadores y asesinos esperando en las entradas y bosques colindantes, eludimos a varios grupos que ya traían botín, atacamos a uno muy pequeño que nos venía rastreando, dispare contra su líder; un hechicero que aumentaba el poder del equipo. Aproveché y guarde varias hierbas de fango de las piedras de la frontera. Avistamos a otro grupo a lo lejos, uno de tres personas siendo asaltados por otro, el grupo de novatos ceden todas sus pertenencias, no puedo dejarlos morir, apunte a su líder manteniendo el pulso, la flecha penetra su armadura debilitando su brazo, los elementos se exaltan, dispare tres veces seguido aturdiendo al grupo, su líder apunto su arma de fuego a todas partes, me divertí un poco viendo como los novatos aprovecharon su distracción para doblegarlo y quitarles a ellos sus pertenencia, uno de ellos más experimentado lanza una bengala como señal de agradecimiento. A Leo le fascina ver como ayudo a otro grupos y la manera de tirar a más de medio kilometro. Sigo sintiendo que nos siguen, aguardamos en unas hierbas a que pasará el grupo, pero nada sucedió. O son muy buenos en la caza o de plano no hay nadie tras nosotros.

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⏰ Última actualización: Jul 06, 2016 ⏰

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