CAPÍTULO V

27 4 0
                                    

Y sólamente quise sentarme allí durante horas,admirando el hermoso cielo teñido de gris.Ellas no podían soportar toda mi indiferencia y acabaron debastadas con su propio ego.No podían verme sonreír por un solo segundo.

Ellas criticaban cada uno de mis movimientos y cada una de mis acciones,aunque sigo persistiendo en que sólo lo hacían porque eran lo suficientemente demigrantes como para ser capaces de hacer algo así.
Por eso ellas no me hacían sentir odio,ni tampoco asco,solo pena,mucha pena.

SUS DIMINUTOS INFINITOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora