CAPÍTULO IV

25 4 0
                                    

Normalmente nadie se fijaba en mí en el último otoño.Todas sus miradas pasaban de largo,menos la de él.
Al poco tiempo de conocerle,todos comenzaron a preguntarme cosas ingenuas y misteriosas,como si yo fuera un enigma sin resolver.Cada día antes de irme a dormir miraba el cielo,en busca de una estrella que brillara más que el resto,porque así era yo,alguien que interpretaba miradas y gestos,alguien que iba más allá de lo que se ve a primera vista.
Ahora nada es igual,él me dejó aparte porque no entendía nada de lo que hacía y yo decidí marcharme sin hacer ruido.Ya nadie cruza una palabra conmigo y no les parezco una persona rara pero interesante,les parezco una chica extraña y solitaria.
Muchos me avisaron,y yo no les quise creer.Decían que era demasiado única,pero yo tampoco lo veía así.
Siempre he pensado que nos acabamos convirtiendo en lo que realmente somos,yo soy un caos absoluto,y durante toda mi vida lo he sido.Lo que pasó fue que aprendí a maquillarlo.

SUS DIMINUTOS INFINITOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora