Kelly se desperto aquella mañana con el pelo completamente enmarañado como resultado de toda la noche dando vueltas en su cama. El motivo de la noche de desvelo es que aun no entendía como había logrado entrar en Rakuzan, bueno, la realidad es que si lo sabia pero no era algo de lo que se sintiera orgullosa. No tenía malas notas, claro que estas se encontraban entre el cinco y el siete y las únicas que superaban aquellas marcas eran lengua y filosofía, y siendo honestos no era por estudio sino que más bien tenía un cierto arte en la letras de manera que era una experta en ocultar su falta de conocimientos con palabras. El tema era que si había logrado entrar en la preparatoria Rakuzan era porque su tía trabajaba allí, lo que era sinónimo de que estaba enchufada.
Empezó a peinar su pelo castaño que le llegaba un poco más abajo de los hombros, suspiro, le había dicho a su madre que no era necesario inscribirla allí pero la mujer no la había escuchado, nunca lo hacía. Decidió dejar de pensar en eso y ponerse el uniforme, odiaba los uniformes, bueno más bien odiaba la falda le daba la sensación de que en cualquier momento podría levantarse y que se le viera todo.
Una vez preparada salió por la puerta de su casa, no pensaba desayunar con sus padres puesto que el tema de conversación iba a acabar provocando que acabara vomitando lo poco que comería.Llego a la preparatoria, Rakuzan tenía mucho prestigio y no era raro que le gente dijera cosas que ella consideraba exageradas, cuando vio una limusina en la puerta supo que no había exagerado.
La gente de aquel lugar parecían los extras de una película, todos elegantes, todos radiantes y ella era tan poca cosa...
-No pienses en eso- se dijo a si misma y con seguridad se dirigió al interior de la preparatoria. Encontro su clase con facilidad como era el primer día no le fue difícil encontrar un asiento libre, estaba casi al final de la clase al lado de la ventana, hubiera preferido el ultimo lugar pero este ya estaba ocupado.
-Disculpa- una voz llamó su atención, dirigio su mirada a la chica de exhuberante pelo negro y ojos verdes.-¿Me puedo sentar aqui?
-Claro- dijo sonriendo, su show acababa de empezar- me llamo Sendo Kelly- se presento con amabilidad.
-Fujima Abbie- se presento la chica, y ambas empezaron a hablar.
Si habia algo en lo que Kelly era experta era sin lugar a dudas a fingir, se le daba genial decir cosas que no pensaba, que no sentía con tal de mantener a las personas a su lado. Hubo una época en la que no era así, pero al final la soledad y el miedo acabaron forjandola tal cual era ahora, no decía lo que sentía, nadie podía herirla, simple y sencillosencillo.
Abbie le hablo de su familia, de sus vacaciones, de su antigua escuela, ella solo sonreía y comentaba lo que la pelinegra le decía, hasta que un chico entró por la puerta todo el mundo se quedo mudo, la castaña miro curiosa al tipo que había logrado silenciar a todos. Pelo rojo, no era muy alto había tipos en la clase más altos que él, pero no necesitaba medir 1'90 para imponer, durante unos segundos los ojos bicolor rojo y dorado se encontraron con aquellos ojos castaños.Akashi sabía a lo que iba a Rakuzan, iba a demostrar que era el mejor tanto en basket como en los estudios, no necesitaba caerle bien a sus compañeros, solo con estar en su clase era suficiente pronto todos intentarían que Akashi Seijuro se volviera su mejor amigo, las miradas de miedo y de respeto estaban por todos lados, los cuchicheos cuando pasaba no se hacían esperar, hasta que se encontró con aquellos ojos castaños, no había miedo, ni respeto solo curiosidad, hasta que la chica agacho la cabeza. En aquella aula había alguien que necesitaba conocer su auténtico lugar.
-¿Quien es?- le preguntó a su compañera de asiento.
-Akashi Seijuro, es el heredero de la compañía Akashi, un genio en baloncesto y en los estudios.- le comento Abbie.-Deberías tener cuidado con él comentan que no soporta que le lleven la contraria y que él dice ser absoluto.
-No pensaba acercarme a él- durante bastantes años su vida había sido un caos como para ahora sumarle otro problema.Haizaki se coló en aquella casa por la ventana sabía que los padres de la chica no estaban y que si esta llegaba tampoco le importaba que estuviera en su cuarto.
Había muchas cosas que aquel chico odiaba, Kise Ryota, las chicas lloronas, los estudios.
Tal vez por eso era raro que fuera amigo de aquella castaña, Haizaki nunca golpearía a Kelly, a cambio cuando el estaba herido ella le curaba y no preguntaba. Sabía que iba a Rakuzan y deseo que Akashi la ignorará, ella no necesitaba romperse más.-Parece que entiendes que no debes mirarme a los ojos- Kelly se sobresaltó al oír aquella voz, cuando busco al propietario se encontró con el pelirrojo.
-Lamento mucho si te he ofendido.- agacho la cabeza dócilmente aunque en el fondo le hubiera gustado decir varias groserías.
-Mañana quiero que vayas al gimnasio después de clases- ordeno Akashi.
-Puedo preguntar para que.
-Seras mánager del equipo de baloncesto- solto el otro de golpe.
-Lo siento mucho pero debo declinar la oferta, tengo cosas que hacer por las tardes.- se disculpo con una reverencia. - agradecería que la próxima vez que quiera decidir algo sobre mi vida me pregunte antes.
Lo miro fijamente a los ojos, Akashi vio en ellos una fuerza que no debió haber ignorado antes, aquella chica iba a ser un buen entretenimiento.
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Caerse Esta Permitido, Llorar En El Suelo También
RomanceElla era una chica más del montón, no destacaba por sus notas, no era muy buena en deportes. Lo único que la hacia un poco diferente es que amaba leer, lo amaba con todas sus fuerzas. Muchos dirían que era normal, con una autoestima normal con unos...