Noveno día: Dímelo

1K 90 3
                                    

El estadio estaba lleno a rebosar, y eso que solo era el día en que se presentaban los equipos, todo el mundo iba vestido con su uniforme oficial, las managers por su parte iban con ropa normal acompañada por la chaqueta del equipo.

-¿Por qué no llevas la chaqueta como todas las managers?- Pregunto Hayama haciendo un mohín infantil, al parecer al chico le dolía el hecho de no poder presumir de manager.

-Prefiero pasar desapercibida, con un poco de suerte escucho algo interesante de parte de algún jugador.- dijo tranquila, como Akashi no dijo nada todos los jugadores aceptaron aquello.

Mientras los equipos se encontraban en medio del gimnasio siendo presentados, la castaña se paseaba por las instalaciones, todo estaba lleno desde los pasillos hasta las gradas al parecer la gente encontraba muy interesante aquel torneo. Sus pasos la dirigieron hasta las máquinas expendedoras, y para su sorpresa, allí se encontró con Murasakibara Atsushi.

-Buenos días, Murasakibara- saludó al peli morado, cuyos brazos estaban llenos de todo tipos de dulces.

-¿Te conozco?- pregunto el chico, no solía fijarse mucho en la gente a su alrededor pero estaba seguro que aquella chica era una completa desconocida para él.

-Soy Kelly, la manager de Rakuzan.- se presentó, de sus bolsillos saco un caramelo nerunerune que le habían regalado el día anterior cuando estaba comprando cosas para el equipo y se lo dio al chico.- ¿Puedo llamarte Atsushi?

-Si.- respondió el chico aceptando el dulce, y a continuación del montón de chuches que llevaba saco una barrita de chocolate y se la dio como ofrenda de amistad, interpreto la chica.

-Bueno Atsushi, ya nos veremos.- se despidió del chico, y se dirigió volando al túnel de los vestuarios puestos que si el grandullón se encontraba en el pasillo eso significaba que la reunión había acabado y que Rakuzan se encontraría o bien esperándola, o bien la habían abandonado allí.

Como había supuesto los miembros del equipo se encontraban allí, bueno al menos casi todos.

-¿Dónde estan Akashi y Nebuya?- pregunto cuando no vio a ninguno de los dos.

-Akashi se ha ido, no nos ha dicho a donde, y Nebuya ha ido a comer.- respondió Reo.

-¿Debemos esperarles?- pregunto Hayama, y la mirada de todo se posaron en la chica.

-No será necesario ambos saben volver al hotel. Además, creo que tú y yo teníamos una revancha.- el día anterior habían estado jugando a videojuegos, ella lo había vencido pero él no parecía dispuesto a rendirse tan fácilmente.


Akashi miró a sus compañeros de la Generación de los Milagros, los miró, Midorima estaba molesto puesto que su objeto de la suerte del día era una de las revistas que tanto le gustaban a Daiki, Kise estaba intentando charlar con Tetsuya y era intentando porque la mayoría del tiempo era el rubio el único que charlaba, finalmente Atsushi estaba comiendo de sus adorables dulces.

-¿Por qué nos has llamado?- pregunto el peliverde cuando por fin pudo librarse del pesado Ace.

-Solo quería veros.- respondió con simpleza, esa respuesta fue la peor puesto que, no solo Midorima se molestó, sino que Aomine también.

-Yo me alegro de habernos reunidos- dijo Kuroko pero su cara inexpresiva hacía que sus palabras perdieran validez.

Al final ninguno dijo nada más simplemente se despidieron y cada uno volvió a su hotel u hogar, dependiendo de su vivían cerca o no. 

Rakuzan no escatimaba en gastos cuando se hablaba de cuidar a sus equipos, el equipo poseía una habitación que ocupaba el tamaño de cuatro, poseía un salón con televisión de ultima generación, un baño grande, y tres habitaciones, siendo la más grande para dos personas, Akashi quería aquella y le había dicho a los chicos del equipo que la segunda cama acabará en la otra habitación que tenía tres camas y cuyo espacio era más reducido pero...

Caerse Esta Permitido, Llorar En El Suelo TambiénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora