One-Shots FNaF

１⒐ Escape [Mike x Jeremy] [Hard]

Una noche más en aquel infierno, siendo ambos ya pareja, cada uno temiendo por la vida del otro. Y no el empleo es el único problema, con referencia a una miserable paga y animatronicos que cada vez ansían las ganas de matarlos, también es con el problema de sus padres, más que nada con el alcohólico padre de Jeremy, que además es droga-adicto, empeorando esta situación, y no es un mafioso pidiendo dinero, si no un comprador de aquellos. Esto no es una razón para odiar a su hijo, al contrario, lo quiere y lo a cuidado desde que la madre murió cuando Jeremy tenía tan solo siete años. La droga y alcoholismo era regular, su hijo no sabía sobre su problema, cada vez que lo ve, parece decaído, pero la menoría de las veces normal y sin enfermedad, aún así, no sospecha de su padre.

Ellos acababan de salir de la pizzería, ya había terminado la jornada para esa semana, ya los fines de semana se encargaban Fritz y Kevin.
Lo que no sabían, es que en ese momento es dónde todo ya no será tranquilidad absoluta.

—Te pagaré mañana— le jura por teléfono el padre —, te lo prometo.

—Eso mismo dijiste hace un mes, Chuck— se escucha a través de la otra línea —, ayer quedamos claramente de que si no me pagabas tu único familiar sufriría.

—Richard, él es joven y no tiene nada que ver en estos asuntos.

—Ya es tarde, ten en cuenta que la muerte de tu hijo, es la amenaza de tu muerte.

Luego de eso, se corta la llamada. Charlie se pone tenso, no sabe que hacer, porque decirle que compra drogas y alcohol a una especie de mafioso no es normal en temas de conversaciones.

Marca el número telefónico de su hijo.

—Vamos, contesta por favor.

—El número al que está llamando, no esta disponible en estos momentos. Deje su mensaje de voz después del BIP— se escucha la grabación de una operadora y unos pocos segundos después, se escucha el BIP, empieza a dar su mensaje.

—¿Hola? ¿Jere'? Si escuchas esto es muy importante... uh... unos hombre irán a tu casa y no son amistosos. Sé que no querrás vivir estos temas de persecuciones. Pero tienes que salir de lo más pronto de esta ciudad, aún mejor, del país. No quiero que te vayas de este mundo... no cómo tu madre... ten siempre en cuenta... que te quiero, hijo.

A él se le resbala una lágrima, y esa única, se la seca con la manga de su camisa. Corta el mensaje.

Antes de aquella llamada, Jeremy ya estaba en casa junto a su novio, Mike.

Para ser exactos, en la cama, dándose besos lentos y de larga duración, hasta que se separan. Jeremy estaba sobre las pierna de Mike, muy cerca de la entrepierna de su pareja, haciendo que se ruborizara. Ambos en sus pijamas como todas las noches, Jeremy una camisa antigua de Mike que le haya quedado pequeña, y bóxer, Mike tan solo en bóxer. Él acaricia con una mano, un costado de el cabello castaño de Jeremy, mirándolo con sus ojos azules, a aquellos como dos esmeraldas.

El castaño se acerca más a la entrepierna, arrastrándose por las piernas sin despegar las vista de los ojos azules.

—¿Ya quiere hacerlo otra vez?— le pregunta alzando una ceja divertido.

—¿Tú qué crees?— pregunta moviendo sus caderas con lentitud aún sobre el miembro del mayor, despertándolo.

—Gime, gime bebé— le pide pasando sus manos por debajo de la tela del bóxer, apretando las nalgas del castaño mientras le dejaba unos chupones en el cuello.