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３⒊ Al único con quien puedo confiar [Vinscott]

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Noche lluviosa, dos corazones rotos, y una rompecorazones.
Vincent buscaba refugio tras de ser echado de su hogar por Mahogany al engañarlo con otro hombre, que también se enfado con ella y se largo, pero a su casa obviamente, mientras que el de aquellos ojos morados perdidos tras la lluvia, se le mojaba la ropa junto a sus cabellos morados y tez morena.

Se encamina a la casa de un amigo con el que pueda confiar... y es al que ama en secreto, cosa que durará por poco tiempo.

Toca la puerta un par de veces, siendo recibido por aquel chico de cabellos negros azabaches y alborotados, estando en su pijama si es que se le dice ponerse un bóxer y la camisa de tu amigo que esta justo al frente tuyo. Se acomoda los lentes, algo sonrojado por lo que llevaba puesto.

—¿Vincent?

—Por favor déjame entrar... no tienes ni idea de cómo me siento ahora.

Scott le deja entrar y va prepararle un té caliente y unas cuantas mantas.

—¿Qué te pasó? ¿Por qué no estás con Mahogany?— le pregunta dándole el té y sentándose a su lado.

—Ella... me engaño con Richard. Richard se entero hoy mismo al igual que yo. Y por si te preguntas, Mahogany recibió cuatro cachetadas, una patada ninja y esta inconsciente.

—Wow... es una perra pero no es para tanto— logra modular entre risas, las cuales odia de él, porque piensa que su risa y sonrisa es absurda, por lo que se detiene al instante tapándose la boca.

—Tienes una hermosa risa, Scott. No dejes que pare al igual que tu cálida sonrisa.

El nombrado solo hace que su sonrojo sea mas notable a los ojos morados. Desviando su mirada.

—¿Y dónde esta Richard?

—Debe estar con Fritz ahora. Es lo mas probable. ¿Esa es la camisa que te regalé?

—Si— afirma —, pues como me quedaba grande la decidí utilizar como un pijama.

—Pues parece que se te ha acortado un poco— mira los muslos del peli-negro disimuladamente por un corto tiempo y volver a mirar a los ojos verdes azulados.

—Tal vez. Oye... yo no tengo problema con que te quedes dormir aquí, si te acomoda, yo estaré en el sofá y tú en mi cama.

—Pero estarás incomodo.

—¿Entonces que propondrías para poder ir a dormir?— le pregunta.

—Juntos— le responde dudoso, cerrando los ojos esperando la cachetada, cosa que no llega, los abre un tanto sorprendida ganando toda la atención asustada de parte de Scott.

—¿Mahogany te golpeaba?— le pregunta mirándolo fijamente, mientras acaricia con tranquilidad una mejilla de Vincent, quien asiente con la cabeza un par de veces.
Scott le acaricia el cabello y vuelve a dejar la mano reposar en una pierna de sí mismo.
El de cabellos morados dirige su cabeza a la mano, apoyándose sobre la pierna del de cabellos negros azabaches y desordenados. Él se sorprende un poco, pero entiende que quiere el cariño de alguien, como un gato esperando a que le acaricien el lomo con tal de ronronear. Scott no duda en acariciarle el cabello y mejilla de Vincent, quien termina disfrutando el contacto de las manos del menor.