Dieciocho Lunas.

Noche 4.

Hey Dan.

Hoy ha sucedido algo extremadamente bueno, me hablaste. Jamás pensé que lo harías, digo, somos de clases distintas y no soy muy conocida que digamos. Aún no asimilo que me hayas dirigido la palabra. Para mi sorpresa, sabes mi nombre. Quedé paralizada al escucharte pronunciarlo, no supe como reaccionar. Traté de actuar con normalidad pero creo que el rojo de mis mejillas me delató. Me preguntaste si sabía que ocurría con la máquina de coca cola, arrugue la cara por tan extraña pregunta. Muy rápido mencionaste que siempre me veías comprando en aquella máquina y hace 2 días que no funcionaba. Reí, mentías Dan. Sólo he comprado en esa máquina dos veces. Quizá me confundiste con alguien más, aunque en mi interior sale a flote la esperanza de que quizá hayas querido hablarme y usaste la avería de la dispensadora como pretexto. Creo que esta noche no dormiré, y de nuevo, sera culpa tuya.

-Una insomne Clarisse