CAPITULO TRES

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TRES AÑOS DESPUES

Edward Lee

Ya tan solo faltan dos meses para poder salir del instituto, desde que entre aqui hace dos años y conocí a Alice podría decir que mi vida cambió.
Ella, es especial, y tan linda y hermosa y en serio me gustaría ser algo más que su amigo.

- Oye Edward - Alice me habló sacandome de mis pensamientos.
- ¿Podrías ayudarme con esto?

- Claro - dije quitándole aquella caja de sus brazos.

- Oye Ed, ¿que te parece si hoy vamos a comer un helado en la tarde?

- Me parece genial - dije poniendo la caja en la cajuela de mi coche.
- Es la última.

- Pues vámonos. - maneje hasta la nueva casa de Alice, era más linda que la otra.

En todo el camino íbamos cantando y riendonos.

[...]

-¡Y terminamos! - dije acomodando la última cosa en el mueble de Alice.

- Pues no nos quedó tan mal
- dijo admirando nuestro trabajo.
- ¿Vamos por nuestro helado? - dijo poniendo cara complicidad.

-¡Vamos!.

Llegamos a la heladeria y pedimos dos helados de cono uno de chocolate para Alice y el otro de fresa para mi.

- Ed, eres tan gay - dijo mientras se reía

- ¡Ash! Envidiame, zorra - Trate de imitar voz de mujer

Caminamos mucho tiempo hasta que Alice se atropezo y su helado se callo y yo me reía tanto pero tanto que algunas personas me miraban raro. Y Alice bueno no pudo contener la risa.

[...]

- ¿Me puedo quedar en tu casa, Alice?

- Pero sólo si me regalas tu moto.

- ¡No es mía! - dije haciendo puchero a lo que Alice sólito una pequeña risita.

- Está bien Ed, te puedes quedar.

Alice Jones

La noche, pasó tan rápido. Edward y yo estuvimos jugando videojuegos y votandonos almohadas. Hasta qué me caí.

- ¡Oh no! ¿Estas bien Alice? Cuanto lo siento..... - Hablaba algo asustado ya que yo no emitía ninguna palabra.

Edward se atropezo y callo en cuclillas sobre mi, cosa que hizo que yo me pusiera algo nerviosa.
La cara de Edward está tan cerca de mi, recorrí su rostro con mi mirada, su cabello castaño claro despeinado, sus ojos cafés claros, y sus lindos labios rosados.

Edward se acercaba cada vez más, sin romper la conexión de miradas que acababamos de crear. Se acercaba y se acercaba hasta que podía sentir su respiración en mi rostro.

Estuve a punto de besarlo hasta que el volteo hacia arriba en donde estaban mis manos. Y lo vio todo, su rostro se torno a una expresión sombría, sin expresión. Se levantó de encima de mi empezó a caminar por toda la habitación y de repente empezó a gritar con sus manos en la cabeza. Yo me levante del piso y me quedé parada en el umbral, Edward dejo de gritar y soltó su cabello volteando a verme sus ojos estaban más oscuros de lo normal, tenía la mirada pesada, triste.... Se veía alterado muy alterado no podía creer que este fuera el Edward Lee que yo conocía.

- ¿Cuando pretendias contarme? - habló con la voz ronca que daba escalofríos.
-¿Cuando empezó todo esto, Alice? ¡¿Cuando!? - grito desesperado por no recibir palabra alguna de mi parte.
- Alice... Por favor - empezaba a romperse a sollozar.
Pero yo no entendía el por qué.

- Edward - dije casi como un susurro
- Edward ¿De que hablas? ¿Cuando empezó que? - empeze a caminar lentamente hacia el.

Edward solo sollozaba, se dejó caer. Sus rodillas en el piso, sus brazos en medio de sus piernas y con la cabeza hacia abajo.

- Alice.... No te quiero perder. - habló más ronco que hace un rato.

-¿Perderme por que? - estaba tan confundida. Camine y me arrodille frente a él. Deslize la palma de mi mano lentamente por su rostro hasta llegar a su barbilla y alzarla. Admire sus ojos y estaban rojos por haber llorado.

- Por esto - jalo mi mano y alzó la manga de mi chamarra dejando al descubierto mi muñeca con mis heridas. No sabía cómo reaccionar, estaba en shock.

¿Que le digo? ¿Como se lo explicó?.

Mi mente empezó a bombardearme con tantas preguntas. Y ninguna pregunta tenía respuesta alguna.
Mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas no quería romperme frente a él. Tenía que ser fuerte y enfrentarlo, pero no podía...

- Edward... - dije en un susurro.

- Alice...

Nos miramos a los ojos ambos estábamos a punto de rompernos, de llorar sin que algo nos detuviera.
No emitimos palabra alguna y llore, llore tanto.
Edward me miraba y me abrazo tan fuerte y delicado como si fuera a romperme, como si yo fuera a... No lo sé... Morir.

Prohibido Suicidarse En Primavera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora