CAPITULO CUATRO

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Alice Jones

— Tenemos que hablar Alice.
— Edward entró a mi habitación, sin tocar ni nada

—¿De que? — dije cortante

— Sobre anoche, sobre... Tus muñecas.

— Voltee a verlo a los ojos — ¿Que quieres saber? ¡Si! ¡Soy una maldita suicida más! ¡Odio está maldita vida! ¡Odio, Odio todo! — grité, explote.

— ¿Por qué lo haces, Alice?

— Suspire — 10 de abril de 2010 Florida. Mamá y yo fuimos a la feria, Papá trabaja y por eso no pudo acompañarnos. A mamá le gustaba mucho la montaña rusa y a mi también subimos las veces que pudimos. Comimos pizza y tomamos mucho refresco — sonreí al recordar aquel día. — Cuando empezó a atardecer fuimos a sentarnos a una banca que daba al mar, mamá y yo nos sentamos ahí a admirar el atardecer, ella acariciaba mi cabello mientras me contaba una de esa hermosas historias que solo ella conocía, me miraba y sonreía yo observaba sus ojos azules como brillaban siempre, nunca perdían aquella chispa ella era especial, era tan linda. Era.......

—¿Era?— pregunto Edward

—18 de abril de 2010 Mamá y yo íbamos en su coche, queríamos ir de nuevo a la feria, reiamos, contábamos, era hermoso...

Y cuando estábamos a punto de llegar a la feria, vimos un auto rojo que venía a alta velocidad hacia nuestra dirección, mamá intento moverse lo antes posible para que aquel auto no nos chocará, mamá lo logró hizo que el auto derrapara y también pudo controlarlo antes de irnos al barranco . Mamá me pregunto si estaba bien a lo que conteste que si, pero de repente escuchamos la bocina de un tractor el cual se estrelló contra el lado en el que mamá estaba, haciendo que el auto saliera volando hasta aquel barranco dejándonos inconcientes. Recuerdo que desperté en una habitación blanca que claramente era de un hospital, Papá estaba ahí conmigo, cuando tuve la fuerza suficiente para poder levantarme fui a ver a mamá, me estaba esperando, camine hasta su lado me dijo que todo estaría bien, que siempre estaría conmigo, me dijo que tomará su mano y haci lo hice, me dijo te quiero sonrió por última vez y murió...
Desde entonces, mi única anestesia es autolesionarme, es la única manera que logra controlar mi dolor.

— Haci que por eso lo haces... Alice, lo siento tanto, yo no sabía eso de tu madre, más bien creía que Lisa era tu mamá.

— No, con el tiempo mi papá encontró a otra persona, pero nunca jamás digas que Lisa es mi madre, mi verdadera mamá se llamaba Dakota.

— Pero eso aún no justifica nada. Alice, por favor promete que nunca volverás a autolesionarte, por favor prometemelo.

— Te lo prometo, Edward. Te lo prometo.

Prohibido Suicidarse En Primavera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora