Never leave you

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Mientras que Zayn estaba siendo consumido por sus pensamientos, Liam solo podía sentir como todo empezaba a perder el sentido. No entendía como los minutos pasaban de manera tan lenta, estaba desesperado y constantemente tenía que juntar sus manos o abrazar a Harry, para que el temblor de sus manos no fuera tan notorio. Los ojos le ardían como el infierno, llorar le hacía tanto mal, pero es que su alma pedía más y por eso las lágrimas caían como fuego por sus mejillas.

¿Qué iba a hacer? ¿Qué iba a hacer sin su pequeño sol? Se preguntaba constantemente que sería de él si Niall. Sin ese pedazo de alegría que lo completaba sin que el mismo rubio lo supiera.

Desde tres años atrás, la primera vez que se cruzó con esos pares de ojos cielos, supo que algo en él había cambiado, no…definitivamente no era por la forma que los ojos cielos le provocaban sentir un revoltijo de mariposas en su estómago, definitivamente no era solo por eso, sino porque pronto encontró otro motivo por el cual sonreír. El rubio, en ese entonces, de dientes chuecos que cerraba sus ojos fuertemente y su cara se coloreaba de un tono rojizo cuando reía, lograba hacerlo reír y entonces decidió que quería pasar el resto de su vida protegiéndolo y haciéndolo reír, porque daría lo que fuese por escuchar esa cantarina voz de ángel.

¿Qué iba a hacer sin la risa de su irlandés? Si era como una droga para su corazón, si era como la droga que liberaba la dopamina en su cerebro, que lentamente se volvía adictiva. ¿Qué haría sin Niall?

Se imagino una vida sin él y de solo hacerlo, sacudió los pensamientos y lloro más descontroladamente, haciendo que Harry lo aferrara más a él.

Habían pasado exactamente tres días después de aquél ataque y ellos seguían en donde mismo, parecían muertos en vida, pues no se movían ni siquiera para necesidades como dormir o comer, por mucho que Paul insistiera en que debían de moverse de aquellas incomodas bancas de espera, ellos solo negaban perdidos en su mundo.

Las personas que pasaban por ahí, solo los miraban con tristeza, inclusive se habían topado con dos que tres fans, quienes en lugar de gritar y volverse personas histéricas, solo les entregaban una flor.

¿Una flor? Se preguntaba Liam, ¿por qué si juraban y perjuraban amor eterno a ellos, daban una maldita flor? ¡Bien pudo ser un ramo entero! ¡Un jardín entero! Niall valía más que una maldita flor.

Si él pudiera, le llevaría el Sol, las estrellas y la misma bendita Luna, le daría todo lo que el rubio le pidiese, incluso pensó en darle su propia vida, pues, si Niall no salía de esto, se llevaría su vida, ya que después de su muerte, la vida dejaría de tener sentido. Liam no sería Liam sin Niall.

Y Zayn tampoco.

Siempre supo y sospecho de los sentimientos del morocho hacia el irlandés, lo supo desde la primera vez en que estaban en la casa del papá Harry, la primera vez que fueron juntados como una banda.Por la manera en que Zayn veía a Niall, lo supo…porque él lo veía de la misma manera.

Y odiaba que así fuera, porque verlos a ellos dos eran como los polos opuestos, eran como El Sol y La Luna. Polos opuestos que se atraían y que de alguna manera encajaban a la perfección. Y cuando Zayn le regalo esa pulsera a Niall, el día de su cumpleaños, no supo porque se sintió peor.

“I love you to the Moon and back”

Y él solo quería decirle que él lo amaba hasta el Sol y de regreso, pero el punto límite fue después de esa llamada por radio que Zayn hizo, eso lo llevo al límite, dando se cuenta que competía contra él.

“-¿Quién es el mejor besador? ¡Niall! –Soy fan de Niall. –Niall es el hombre más sexy en el mundo. –Todos aman un poco de Niallanator. –Niam es definitivamente real.”

Don't let me fallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora