Capítulo dos.

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Capítulo; O2♡.

Los gritos eufóricos de Tobias hicieron despertarme de golpe. El pálido castaño se encontraba con un pequeño bolso entre sus manos, sonrío al verme. 

— ¿Lista? tenemos menos de media hora, papá y mamá han ido de compras, les he dicho que madrugaste y te fuiste con los chicos a campar. También he dicho que dentro de diez me largo al campamento —solté una risa al escuchar su ''siniestro'' plan— ¡Vamos! tienes que vestirte.

Me duche rápido y vestí con la ropa que acordamos ayer, puse el gorro en forma torcida y oculte todo rastro de feminidad en mi anatomía. Esto era una completa locura, sin duda esto sería lo más extremo que pudiera haber hecho en mi vida, si todo esto resultaba les contaría a mis hijos como su madre logro infiltrarse a un campamento de inmundos hombres. Tobias cargo mi maleta y fuimos directo al paradero, tenía los papeles de inscripción y lo necesario para toda está mierda. 

— Cuando llegues a Londres procura llamar a mamá y darle noticias, yo haré lo mismo —asintió. 

— También llámame durante el verano, me mantienes informado... cualquier cosa avisas, te amo. 

Sonreí y lo abrace con todas mis fuerzas deseándole suerte internamente. Todo esté sacrificio tendrá su recompensa; El futuro de mi hermano. Ambos sabíamos que papá no aceptaría a un hijo músico en la familia, sería un fracasado de sueldo mínimo... por eso Tobias había creado todo esté plan, sabía que papá no lo apoyaría, por eso acudió a mi, era lo único que quedaba. A pesar de todo y a pesar de nada confiaba en mi hermano, y rogaba a dios que todo esto diera resultado. 



(#)



Muy tarde ____, no hay vuelta atrás, pensé. Me encontraba delante del campamento, esté se ubicaba en pleno bosque. Cabañas de distintas formas y tamaños se esparcían por todo el establecimiento, era algo jodidamente loco... nunca antes había visto algo igual, mejor dicho; NUNCA antes había visto un campamento. Siempre imagine algo rustico, con carpas y sacos de dormir, formando una fogata y cantándole a la madrugada. Esto era diferente, era elegante... se veía cómodo. Camine por el enorme jardín hasta llegar a la cabaña principal. Sentía como se me ponía la piel de gallina. 

Entregue los papeles que me había dado Tobias y el director asintió, fijo su vista a la puerta e hizo un ademan para que me largara. ¿Solo eso? ¿ya está?. Salí de la oficina y me di cuenta que todo este tiempo había estado conteniendo la respiración, solté un gran suspiro. Ya está, paso lo peor. Caminé directo a lo que sería mi habitación por los últimos tres meses, la verdad es que estar rodeada de tanto hombre me ponía cachonda, de vez en cuando ponía mirada psicópata, ellos solo sonreían y seguía con lo suyo. Pare en la cabaña seis, ajuste mi gorra y entré como pedro por su casa. 

— ¡JODEH! —grito un chico que estaba recostado en una de las tres camas que habían ahí. Se paro en menos de tres segundos y se abalanzo hacía mi, retrocedí por inercia. Sus ojos eran entre verde y café, tenía el cabello castaño y una perforación en la oreja. 

— Que coñoh tío —salio otro chico desde el interior de una puerta, esté era más bajo que el primero, su cabello era negro al igual que sus ojos, traía unas gafas bien monas. 

— ¡Compañero nuevo!. Hola Rubius para servirte muyayo —su acento era raro de cojones, ¿de que iba esto?.

— Mangel amigoh, ¿como se llamah uteh?.

— Tobias —solté una carcajada, el acento de este era mucho peor que el primero. Deje la maleta en el suelo y me fije en lo pequeña que era al lado de ellos, ambos me ganaban por más de una cabeza y media. 

— No solemos tener compañero de habitación, de hecho nunca hemos tenido —dijo Rubius— ¿Eres nuevo? o ¿cambiaste de facción? 

— Cambie de facción —dije fingiendo la voz, lo cual falló. Tendré que practicar el tono. 

— Vale, venga. Ponte cómodo, puedes elegir la cama si quieres, cortesía de bienvenida muyayo. 

Asentí y escogí la cama del medio, subí la maleta y la abrí dejando al descubierto mis bragas, cerré de golpe. Sentí como mis mejillas comenzaban ha arder, al menos Mangel y Rubius no se habían percatado. Ordené todas mis cosas y recosté mi cuerpo en la cama. Estaba cansada, no sabía si dormir o vigilar que todo estuviera bien, no puedo permitirme ser descuidada, el más mínimo error y todo se iría a la mierda y no puedo permitir eso, no ahora que la primera parte del plan estaba hecha. ¿Podría sobrevivir aquí tres meses? ¿rodeada de hombres?, ojalá. Venía con un objetivo y cumpliría por mi hermano.

{♥}

¡Gracías por leer el primer y segundo capítulo! si les gusto comenten y voten para el siguiente n_n. Salio algo feo y corto, pero bueh, se pondra mejor... solo denle tiempo al tiempo conejas rechonchas, ahqué. 

Atte; Michi. XOXO.

Una infiltrada en la familia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora