Capiyolo 1

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Dos hermanas gemelas se despiertan de forma tranquila y perezosa, el sol sale por el horizonte y apeas hay nubes en el cielo, en resumen, hace una mañana espléndida.

Mentir está mal, así que os escribiré la verdad. Yumi, la menor de ambas, despertó con tranquilidad y se giró a mirar la hora del despertador, intentó enfocar su castaños ojos para saber la hora, pero su miopía se lo impedía, así que no tuvo más remedio que acercarse al despertador. Yumi salió de la cama de un salto al darse cuenta de la hora, pues era tarde.

—¡Kioo, despierta ya! ¡Solo tenemos 10 minutos antes de salir.— Gritó Yumi golpeando con desesperación la puerta de la habitación de su hermana.

Kioo con mucha pereza, se levantó y fue a la cocina ha desayunar. Al estar en la cocina saca de la nevera una botella de leche, pero en vez de echarse la leche en un vaso como una persona normal, bebe directamente de la botella a la vez que se mete galletas en la boca para acompañar la leche.

—¡¿Dónde está el maldito peine?!— Pregunta Yumi desde el baño de la planta de arriba.

—¡En tuvi(tu-vieja)!— Responde Kioo para luego reír y atragantarse con las galletas.

—¡Muérete!— Le dijo Yumi en repuesta tirando todo a su paso buscando el peine.

Casi todo el piso de arriba estaba destrozado por la menor de las hermanas, quién se dirigía al cuarto de su hermana, Kioo, en busca del peine. Yumi empezó a tirar los mangas yaoi al suelo darles patadas en forma de venganza, mientras mágicamente Kioo estaba en el marco de la muerta tirada en el suelo llorando y agonizando de dolor.

—¡Para! ¡Mis bebes!— Gritaba esta viendo a su hermana patear sus mangas.

—¡¿Dónde está el peine?!— Pregunta Yumi de nueo cogiendo un manga y amenazando con tirarlo por la ventana, pero no era un manga normal, era el manga yaoi favorito de Kioo.

—¡En el salón! Me gusta peinarme mientras veo yaoi.— Explica Kioo quitándole el manga de las manos.—Tranquilo yaoi, tranquilo.

Yumi fue con una velocidad inhumana al salón a peinarse, no es que le gustase ir por la calle con su corto cabello castaño desordenado, y menos su primer día en esa preparatoria.

Los minutos restantes, los cuales eran pocos, se la pasaron vistiéndose y aseándose.

En fin, salieron de casa y se montaron en una bicicleta, Yumi conducía y Kioo iba de pie en unos tubos en las ruedas de atrás. Yumi al no haber desayunado iba comiéndose galletas con una mano y con la otra en el manillar conduciendo.

Las hermanas ya estaban a pocas cuadras de la escuela, concretamente en una cuesta abajo, cuando vieron dos chicos en un rickshaw. Un chico de cabello negro conduciendo y un chico de lentes con el cabello verde en la parte trasera. El pelinegro y Kioo se miraron desafiantes por unos segundos.

—Yu-Chan, acelera que tenemos una carrera.— Le dijo la mayor a su hermana menor, intentando no comerse los mechones rojos del cabello de su hermana, ya que Yumi tiene las puntas teñidas de rojo, al contrario de Kioo, quien las tiene moradas.

Yumi dejó la galleta en su boca y dirigió su ahora mano libre hacia el manillar, hacer una carrera conduciendo con una sola mano es peligroso.

—¡Agárrate Shin-Chan!— Dijo el pelinegro pedaleando más rápido, al igual que Yumi.

—Nanodayo.— Dice el peliverde ajustándose los lentes.

A pesar de la pequeña altura de Yumi,que realmente está en la media japonesa, tiene una gran velocidad y resistencia, al igual que su hermana, aunque esta le saca cerca de 10 centímetros de altura.

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