Al día siguiente salí de mi casa, mi madre no estaba.
Debí lucir fatal por la manera en que me miraste.
Tus bonitos ojos azules se posaron en las heridas de mis manos y lucian decepcionados.
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Al día siguiente salí de mi casa, mi madre no estaba.
Debí lucir fatal por la manera en que me miraste.
Tus bonitos ojos azules se posaron en las heridas de mis manos y lucian decepcionados.