Un día caminaba, con una chica llamada Hannah por el centro comercial y te vi nuevamente.
Tus ojos me miraron con indiferencia.
Tu cabellera pelirroja estaba cubierta por una gorra con el logotipo del lugar.
Hannah se formó frente al mostrador donde estabas.
No podia quitar mis ojos de ti.
Aun en ese uniforme me parecias un ángel.