La noche siguió y Louis y yo seguíamos bailando. Ese chico me gustaba, y mucho, no podía dejar de pensar en él. La verdad cuando todos empezaron a bailar canciones movidas, nos sentamos y no parábamos de mirarnos, siempre hablando, claro, pero nuestros ojos estaban más conectados que nunca. Cuando miré mi celular, había un mensaje de Cher, decía:
“¡________! ¿Cómo va todo? Me voy a mi habitación, pásalo bien, pero no tanto. Cuidado con Louis, acuérdate de lo que te dije la otra vez. Nos vemos mañana (: tqm xx”
Mire el mensaje con una sonrisa y respondí:
“¡Cheeeeeeeer! Muy muy bien, duerme princesa que nos vemos y te cuento todo, sí, sí, me acuerdo, no te preocupes por mí, hasta mañana, sueña conmigo (: jaja xxxxxxx”
– ¿De qué te ríes linda? – Me pregunto Louis con una sonrisota formando esas peculiares arruguitas en sus ojos.
– Un mensajito, lindo – Reímos juntos, la verdad era muy agradable hablar con Louis, me hacía sentir en casa, esa carita angelical y sus chistes que hacían que me saliera una sonrisa siempre. Estaba dicho, lo amaba.
– ¿En qué te quedaste pensando bombón? – Oh dios, este chico me va a matar con sus apodos.
– Nada, nada importante… ¿Me acompañas afuera? Me siento un poco agobiada aquí adentro – Asintió y nos fuimos a fuera a hablar un rato, solos.
– Acompáñame – Dijo, y me tomó de la mano.
Fuimos a un parque donde no había nadie pero era bastante bonito, con flores rosadas y arboles altos, algunas hamacas, nada especial.
– ¿Puedo contarte algo? – Dijo serio, pero no enojado.
– Claro, siempre que quieras, estoy aquí para escucharte – Le sonreí y siguió.
– Este lugar siempre me gustó mucho– Se quedó pensando y pregunto – ¿Te acuerdas la canción que bailamos? ¿Forever and Always? – Asentí – C…Con esa canción conocí a la chica más hermosa de todas, hace muchos años, cuando tenía 5. En diciembre– Dijo algo nostálgico.
– Oh… ¿Y quién era ella? ¿Era de aquí? – Dije algo interesada pero decepcionada.
– Llegará un momento en que te lo diga, pero promete no mencionar mi recuerdo de nuevo, yo te lo haré saber cuándo sea el momento…
– Esta b…bien – Dije temblando por el frio, no me había acordado de que estaba en vestido hasta que sentí el frio calar mis huesos.
– ¿Tienes frio?
– N…no, estoy bien – Dediqué mi mejor sonrisa
– Ven aquí – Me acerque y me pegó a sus fuertes y cálidos brazos.
– Me gusta estar aquí.
– ¿Dónde? – Pregunto algo confundido separándose un poco pero siempre abrazado a mí y mirándome directo a los ojos.
– Entre tus brazos, son como una casa para mí, como tus ojos.
– ¿Cómo una casa? – Me miro riéndose.
– Sí, son cálidos, me hacen sentir en casa. ¿A ti no? – Le pregunte
– No… Me hacen sentir contigo, amo esa sensación.
Dejé de hablar y lo besé como nunca había besado a alguien.