Capítulo 15

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SAMANTHA

Aún estábamos en el auto, no pasábamos de basarnos, sus labios eran tan suaves y dulces que no quería soltarlos. Nos separábamos solo por segundos para poder respirar.

De un momento a otro me encontraba a horcadas sobre el, mi lengua y su lengua hacían guerra para ver quien entraba primero, nuestros labios eran como el uno para el otro se recibían sin ningún problema. Puse mis manos en su nuca para tirar de ella y que el quedará más cerca de mi. Empece a jalar el cabello y luego sentí sus manos recorrer mi espalda y no pude evitar gemir sobre sus carnosos y deliciosos labios. Me sentía en otro mundo, esto jamás lo había sentido con Andrew. 

Cada segundo que pasaba hacia que lo deseara mas, mordí su labio inferior y escucha que dejó salir un gruñido de lo más profundo de su pecho. Nos separados pos un segundo para tomar aire y sin pensarlo lo volví a besar, ya ni siquiera sentía el dolor de mis costillas esto estaba siendo espectacular, sus labios eran tan suaves y carnosos que podía pasar el resto de mi vida besándolo.

 Nos volvimos a separar para tomar aire y nos quedamos viéndonos fijamente, nuestra respiración estaba acelerada y nuestro pechos subían y bajaban con rapidez, todo fue mágico hasta que escuche...

-Esto no debió haber pasado --Thiago tenía dolor y arrepentimiento en su mirada.

-¿¡De que estas hablando!? --Me altere un poco al escuchar esa frase.

-Del beso Samantha, eso no debió haber pasado esto nunca me lo perdonare, ¡por favor no vuelvas a dejar que yo haga esto y no me sigas el juego! --Me sentía totalmente confundida, y no sólo eso también me sentí como si yo fuese la desesperada, la que no podía soportar no besarlo me sentía de lo peor.

-Ok, eso te lo prometo --No sé en que momento había regresado a mi puesto pero ahí estaba, me voltee a la ventana y no volví hablar y menos a verlo.

THIAGO

Me sentía como lo peor del mundo le había fallado a Nora, había besado a otra mujer y lo peor de todo era que esa mujer logró despertar en mi algo que ya había desechado hace años atrás y para sentirme peor, más de lo que ya estaba, me di cuenta que había disfrutado de ese beso más de lo que esperaba, era tan dulce y tierno que sentía que quería volver a besarla y no soltarla jamás.

Me fallaste dijiste que nunca ibas amar o a tocar una mujer.

Frene el auto de golpe al escuchar su voz en mi cabeza, casi choco contra un árbol.

-¿¡ESTAS LOCO GILIPOLLAS!?, ¿NOS QUIERES MATAR? --Sam tenía los ojos abiertos como platos y una de sus manos en el pecho intentando pasar el susto.

-Lo si-siento mucho, es que me distraje --Yo estaba igual de asustado que ella, casi nos matamos.

-Por favor deja de distraerte yo quiero seguir viviendo.--Tenía los ojos cristalizados y pestañeaba más de lo normal para evitar que las lágrimas salieran.

-Lo siento no volverá a pasar --Puse el auto en marcha.

-Eso espero --Sam se hizo volita en el asiento, estaba bastante asustada.

Seguí conduciendo en completo silencio, todavía escuchaba en mi cabeza las palabras que Nora dijo. Respiro profundo e intento pensar en otra cosa. 

Me encontraba en frente de la casa de Sam, me gire a verla y note que estaba profundamente dormida.

-Sam despierta, ya llegamos --La sacudí levemente por el hombre.

-Déjame dormir y pasame mi peluche.--No pude evitar reír ante sus palabras, aún estaba dormida y creía que estaba en su cuarto.

-Sam levántate aquí no esta tu peluche.

-Tu eres mi peluche idiota, deja de hablar tu no puedes hacer eso --Solté un carcajada.

-Bueno tu peluche te está avisando que tienes que despertar para entras a tu casa --Volví a sacudir su hombre.

-No por favor, deja a Mailo en paz mátame a mi --Sam sé despertó muy asustada y viendo a todos lados como sí no reconociera nada.

-Sam cálmate, estas aquí conmigo --Vi como empezaron a salir lágrimas de sus ojos.

-Estaban ma-matando a Mai-Mailo --Su voz se quebró y escondió su rostro entre sus manos.

-Tranquila Mailo esta bien y tu estas aquí conmigo --La abrazo y la escucho sollozar en mi pecho.

-Yo no quiero que le pase nada a Mailo --Empezó a llorar más fuerte.

-Mailo va a estar bien, tranquila, es un policía excelente --Paso mi mamá por su espalda para calmarla.

-Gracias --Sorbe su nariz y se limpia las lágrimas.

-¿Y como se llama tu peluche? --Puse una sonrisa de medio lado y vi como las mejillas de Sam se ponía como un tomate.

-Y-Yo no se de que ha-hablas --Aclara su garganta y desvía la mirada.

-Es que como me llamaste peluche y querías que te abrazara, me dio curiosidad --Sam abrió los ojos como platos.

-¿Yo te dije eso?

-Pues si, me hubiese gustado grabarte.

-Dios que vergüenza --Lleva ambas manos a su rostro.

-Tranquila guardaré el secreto.

-Si claro --Hablo de manera sarcástica.

-Es enserio.

-Bueno me toca creerte.

-Por cierto ya estamos en tu casa --Señalo la casa con mi dedo índice.

-No me había dado cuenta.

-Si ya veo.

-Bueno, gracias adiós --Se iba a bajar y la agarré por un brazo, ella volteo y me miro a los ojos.

-Sam espero que no estés molesta.

-Yo no soy una persona resentida --Me regaló una sonrisa.

-Eso me alegra, después entenderás mi situación.

-Espero que eso no tarde mucho,  porque voy a terminar volviéndome loca con tu cambio de humor --Me da un beso en la mejilla y se baja. Me quedé viendo hasta que entro en la casa, prendí el motor y arranque.

-Tengo que llamar a Mailo --Sacó mi teléfono y marco.

-Hey hermano ¿todo bien?

-Hola Mailo si bien gracias.

-Que bueno, ¿Ya llevaste a Sam para la casa?

-Si la acabo de llevar, voy para mi casa.

-A ok que bueno.

-¿Lograste averiguar algo?

-Si bueno ya sabemos que esta aquí en Madrid y que los que golpearon a Sam fueron sus secuaces, ya los tenemos fichados y vamos a montarle casería para agarrarlos.

-Que bueno, espero que lo agarren y los golpeen hasta que estén casi muertos.

-Si eso tenemos pensado, oye hermano hablamos mañana tengo que colgar --No me dejó terminar y colgó, terminé de llegar a mi casa, aparque y entre me fui directo a descansar

-Mañana será un día pesado.

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