Capítulo 2

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SAMANTHA

Me encontraba en el auto manejando sin rumbo, mis mejillas estaban húmedas y mis ojos  empañados,  llego a un semáforo y golpeo el volante.

 -JODER, ese imbécil no se merece mis lágrima --Limpio mis mejillas, aprieto los ojos y respiro profundo, suelto el aire poco a poco hasta calmarme. Ya se a donde voy a ir.

 Llego a mi bar preferido, bajo del auto y camine rápidamente. Entro y me siento en la barra.

- Por favor un wisky --Le digo al barman, apenas me lo entregan me lo tomo de un sólo trago y pido tres más, ya todo me daba vuelta y miro el reloj y eran las 9:00 de la noche, me paré como pude  pague la cuenta y camine tambaleándome hasta llegar al auto.

MAILO

¡Dios a donde se habrá ido Sam!, Caminaba desesperado por la casa hasta que el sonido de mi celular me saco de mis pensamientos. Contesto sin mirar la pantalla.

-¿Hola? --Digo un poco alterado.

-Hola Mailo, te habla el comisario Ramírez.

-Ahh, hola comisario dígame ¿para que soy bueno?.

-¿Estas bien Mailo?

-S-si todo bien.--Que bueno que no me estaba mirando porque se hubiese dado cuenta que le mentía.

-Bueno, quería decirte que necesito que te presentes aquí en la comisaría lo más pronto posible.

-Si claro no se preocupe ya voy para allá.--Me agarré el cabello y tiré suavemente de el mientras cerraba los ojos.

-Ok excelente, nos vemos aqui. --Cuelgo el teléfono y me quedo mirando hacia el horizonte.

-Mailo ¿ya sabes algo de la peque? --Dice Jake con un tono preocupado.

-Tranquilo Jake acabo de hablar con ella y la voy a ir a buscar, por favor dile a mamá para que se tranquilice --Trato de no mirarle la cara para que no vea que le miento.

Jake me mira por unos segundos - Ok que bueno avísame cualquier cosa por favor --Se da la espalda y se dirije a la habitación. 

Salgo de la casa y me monto en el auto para ir a la comisaría, desde allá sé me hará más fácil localizarla.

SAMANTHA

Iba en el auto camino a casa, le subo el volumen a la radio y me pongo a cantar muy fuerte y me desconecte un poco del mundo, hasta que escuche unas sirenas y luego veo los cambios de luces de un auto.

-¡Mierda, Mierda, Mierda y más Mierda!.--Golpeó el volante fuertemente y me estaciono.

-Señorita por favor bájese del auto.--¡Santa mierda!, el tipo tenia una voz ronca y profunda me dijo atónita. Me bajo del auto y observo una hermosa figura, era un hombre alto, BASTANTE APUESTO, de cabello oscuro y liso, por encima de la ropa se le notaba lo perfectamente formado que tenía el cuerpo.

-Señorita puede por favor explicar porque se ha pasado la luz --Tenía el ceño fruncido y ambas manos en el cinturón del uniforme.

-Y-Yo la verdad es que me distraje.-- No sabía que más decir y para colmo estaba un poco pasada de tragos.

-Bueno tendrá que acompañarme a la comisaría para poder ponerle una multa y le vamos a retener el auto --Dijo muy seguro.

-No, no, no estas muy equivocado si crees que vas a retener mi auto, bueno corrijo el auto de mi hermano --Me mira con el ceño fruncido y cruza las manos en su tonificado pecho

- Entonces el auto nisiquiera es tuyo --Levanta una ceja y entre cierra sus ojos para examinarme mejor.

-Pues no, no es mío así que no te lo puedes llevar y mucho menos retener --Cruzó los brazos y me le quedo viendo de manera desafiante. Se gira y hace unas señas para el auto de donde se bajó, vuelve su vista y me mira de arriba abajo.

-¿Que se supone que vez imbécil?.

-Señorita le volveré a repetir lo que va a pasar con usted. Será retenida por infringir la ley y en cuanto al auto de su hermano también será retenido.

-Te dije que no te llevarás mi auto gilipollas --Estaba bastante cabreada y los tragos de más me estaban afectando.

-Señorita por favor no haga esto más difícil de lo que ya está, suba al auto sin reprochar más.

-Te dije que no.--Me voltee para ir a mi auto y sentí unas manos rodear mi cintura, de inmediato mi cuerpo reaccionó, algo muy raro, no solía pasarme eso con cualquiera -Suéltame gilipollas --Le grite fuerte mientras pataleaba, me metió en el auto de guardias y tranco fuerte la puerta, dio la vuelta y se subió -Mira idiota ¿vas a dejar mi auto ahí sólo?.

-Mi compañero lo va a llevar a la comisaría --Tenía el ceño fruncido y estaba cabreado así que se me ocurrió sacarlo un poco de sus casillas.

-Oye ojitos lindos ¿que tal si me das tu número?.--Reí a carcajadas mientras veía por el retrovisor que levantaba la ceja.

-Por favor señorita manténgase en silencio.

-Mi nombre no es señorita mi nombre es Samantha y es un placer conocerte --Le hago señas para que me diga su nombre.

-Thiago, ahora por favor haz silencio.

-Ay tan lindo y tan gruñón --Río medio fuerte.

-Ya casi vamos a llegar señorita --Dice de forma más calmada.

-Te recuerdo que tengo nombre.

-Ya vamos a llegar Samantha --Dice de forma sarcástica.

-Ok, así me gusta. 

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¿Que les parece Thiago? 




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