Ellen y Daniel estaban desayunando, y yo servía los cafés. Una tortura.
Ellen parloteaba sin cesar sobre sus amigas, el perfume nuevo que tenía y las cantidades exuberantes de ropa que se había comprado.
Yo me limitaba a apretar la mandíbula, servir el desayuno y pensar que en una semana Daniel y yo follaríamos todas las noches, hasta quedar inválidos. Eso me hacía sentir mejor.
-Y no sabes la lencería que me he comprado para esta noche-terminó Ellen mordiéndose el labio-disfrutaremos bastante.
Deposité la taza de café de Ellen con tanta fuerza sobre la mesa que se hizo añicos
-¡Lo siento!-murmuré y corrí a buscar un trapo.
¡Que se habrá creído esa perra! ¡Él es MI hombre!. Bueno, tal vez no este casado conmigo pero era MI HOMBRE. Lo hacíamos todas las noches que ella se ausentaba.
Puta Ellen.
Regresé con una nueva tara de café para la perra, un trapo y una falsa cara de arrepentida.
-Cuidado, muchacha-reprendió Ellen-me has manchado mi conjunto nuevo.
-Lo siento, señora-pronuncié señora con desprecio-no fue mi intención.
Y me retiré.
Ya en mi habitación, encendí mi laptop (regalo de Daniel, claro) y comencé a ver nuevas posiciones sexuales. Ya nos la conocíamos casi todas, incluso habíamos inventado algunas, pero me encantaba buscar.
De pronto, entre a una página porno y me apareció un video de...no puede ser...
¡ELLEN! ¡LA PUTA DE ELLEN! Salía gimiendo como poseída con un hombre joven haciéndolo.
No, no me equivocaba, era Ellen. Su marca de nacimiento en el hombro era totalmente perceptible. Ella había grabado un video en una página porno. Daniel se tenía que enterar.
Comencé a notar que me estaba mojando dentro de mis bragas. Ellen parecía tan satisfecha...
Cerré el portátil con furia.
Pero la imagen de ella y su amante haciéndolo...
Inconscientemente, me eche´ sobre mi cama (que uso una vez al mes) boca abajo sobre una almohada doblada por la mitad y comencé a mover las caderas circularmente
Me masturbaba cada vez más rápido, y gemía lentamente...
Acabé tendida sobre la cama, con los pezones erectos y con ganas de un pene entre mis muslos.
Tocaron la puerta.
Me acomodé el ridículo y común vestido de sirvienta y abrí la puerta.
Era Daniel
-Annie, o tengo mucho tiempo, Ellen cree que fui al baño-murmuró-te he traído esto para que lo uses todas las semanas que Ellen venga. Piensa que soy yo ¿Si?
Sacó un consolador grande y grueso y me lo tendió.
-No puedo esperar a follarte la próxima semana.
Se metió en la habitación y cerró la puerta.
Comenzó a frotar su erección contra mis muslos.
Se sacó el pene rápidamente y yo me bajé las bragas.
Me penetró una y otra vez contra el muro, duro contra el muro.
Envolví mis piernas alrededor de su cintura, sus manos agarraban mi trasero y su pene salía y entraba de mí.
Ah...ah...ah
Derramó su semen dentro de mí y se subió los pantalones, dejándome en la cama.
-Lo haremos mejor cuando mi esposa se vaya, lo prometo-prometió-estoy tramitando los papeles del divorcio. En un mes solo seremos tu y yo. Es la última vez que ella nos molesta.
¡Sí!
-Daniel...¿Vas a tener sexo con ella esta noche?-pregunté
-No, pero me tocaré pensando en tí..Adiós, bebé
Me besó, me mordió el labio, dio una palmada a mi trasero y se marchó.
Y me dejó completamente mojada.
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¡Hola! pues les dejo el cap.Espero que les guste c: Publicaré el siguiente en unas horas.
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Noches de Pasion, días de Sumisión.
RomanceLa buena y remilgada Annie Smith se ofrece a trabajar como sirvienta en la mansión del multimillonario Daniel Key, pero lo que no sabe es que él despertará en ella el ardiente deseo de pasión y de lujuria que saciará cada noche.