1. SÓLO SÉ, QUE LO ODIO

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«Juro que si no hago esto, nunca tendré mi mente en paz»

- Déjame ver si me acuerdo, Jake Tesla?
- Sí. -respondí.
- Tu papá fundó esta empresa, ¿verdad?
- Sí.
- ¿Hace cuánto murió él?
- 3 años.
- ¿Y qué hacías cuando él murió? - Dijo Scott Doleman. El hombre más patético, cretino, arrogante y cínico del mundo, mientras se paraba de su asiento y se asomaba por la ventana.
- Estudiando, para tener el puesto de mi padre.
- Qué pena que haya sido así, aunque veo que ya te has preparado, hablando académicamente, obviamente, la madurez es algo importante para ser jefe de una empresa de tal, magnitud...-dijo mientras se volteaba. Su voz parecía más pretenciosa que de costumbre.- creo que por eso tu padre, no te heredó la empresa.
- En mi defensa, él hizo su testamento hace 7 años, antes de que entrara a la universidad, tal vez creyó que sería inaudito darle una empresa a un niño sin experiencia.-digo y aclaró mi garganta.
Puedo sentir la tensión, esto de verdad que no me gusta. Yo, Jake Tesla, tuve la suerte de que mi papá hiciese su testamento justo antes de que empezara a estudiar, y él tuvo la suerte de un infarto antes de cambiar su testamento.
Ahora la empresa de mi padre le "pertenece" a este cretino, arrogante y estúpido hombre, que se cree la gran cosa por haber heredado lo que me corresponde
- Jmmm, por suerte la empresa cayó en mis manos. Y no la he desviado del camino del éxito.-dijo, mientras arreglaba su ridícula corbata.- cuantos años tienes?
- 24.
- Algo joven, ¿no?
- Dicen por ahí que el liderazgo no se mide en años.
- Buena respuesta.- dijo Scott, mientras se sentaba y agarraba mi currículum.- sin embargo, muy, muy, joven. Ahorita sé que estás apuntando alto, para mí puesto más precisamente, pero no puedo solo dártelo, tendrías trabajo de contador, y con el tiempo verías hasta dónde llegarías. Tampoco te aseguro un trabajo, hay muchos chicos y chicas que buscan una oportunidad, pero viendo el vínculo, sería una ridiculez no contratarte; pero estoy dispuesto a ver mi nivel de hacer cosas tontas estos días. Por ahora no puedo decir más que, muchas gracias por venir, nosotros le llamaremos.- fue lo último que dijo, mientras que le daba una última ojeada a mi currículum y me lo entregaba.
- Muchas gracias por permitirme esta entrevista, tengo entendido de que fui el único al que usted entrevistó.
- Si, así es.- se levantó, yo igual, nos dimos la mano y salí.
Mientras que iba saliendo, apuesto a que mi cara de desagrado se notaba más, puesto que todas las secretarias se me quedaron viendo, me di cuenta.
Llamo al ascensor y llega casi instantáneamente, entré, me di vuelta, y me di cuenta de que todas las secretarias me veían, y vi que no tenían la intención de dejar de verme. Mientras que una que otra persona terminaba de entrar, me iba a quitando la corbata y cada vez las secretarias veían más, ya que estaba al frente, y justo cuando estaba quitando la chaqueta del traje, se estaban cerrando las puertas, y yo vi la puerta de caoba de la que acababa de salir mientras que las puertas se cerraban.
Dentro del ascensor, guardé mi corbata, mi currículum, y tenía mi chaqueta en la mano.
Se sintió como una eternidad esperar hasta que el ascensor llegara a planta baja, ya que tenía que esperar desde el piso 15.
Podía sentir las miradas orgullosas de la gente pretenciosa que me acompaña en el ascensor, aunque saben que soy hijo del señor que hace 3 años les ponía la comida en la mesa, no pueden dejar de juzgar a un chico que se desviste en un ascensor.
Pasaron unos 10 pisos cuando dejé de ver al marcador, y volteé, justo para darme cuenta de que me veían unas 2 chicas en el ascensor. Vi a los señores que estaban ahí, y juro que sus caras se me hacían conocidas, puede ser que los conocí antes de que mi padre muriera, en una de sus miles de reuniones/fiestas laborales.
Sentí un alivio al oír el sonido del ascensor, y volteé justo cuando se abrieron las puertas. Espero no haberme visto muy desesperado al salir.
La planta baja es un lugar inmenso, justo en frente del ascensor están las administradoras de la entrada y salida de la gente a la empresa, y más a la derecha hay una pequeña parte de la pared que está toda hecha de vidrio, en esa pared está la puerta la cual miro mientras que camino de salida.
Las puertas se abren antes mí, salgo, y me quedo parado unos segundos desde arriba de las escaleras viendo las calles. Saco mi teléfono, y marco de una vez a Josua.
- Aaa...cállense, Jake está al teléfono...¿Aló?
- Ya estoy afuera.
- Siii...estem... Lo que pasa es que te tardaste mucho y nos estábamos aburriendo...ENTONCES HICIMOS UNA ORGÍA.- suena una grito de fondo junto a unas risas.- CÁLLATE ENRIQUE....bueno como te decía, teníamos hambre, pero ya vamos para allá
- Dile a Enrique que deje de soñar despierto.
- Mira, Jake dice que dejes de soñar despierto.- suena en voz baja en el celular, hasta que se escucha la respuesta de Enrique.- MI AMOR SOÑAR ES GRATIS Y ES LO ÚNICO QUE PUEDO NO-PAGAR.
- Me reí y le dije.- dile a Josua que maneja como una anciana, que se apure.
- Ya vamos por el semáforo, cálmate bro.
- Tú cálmate pendejo.- y cuando veo el carro, cuelgo.
Son unas escaleras bastante altas, así que bajo lo más rápido posible, viendo el carro, cuando de repente choco contra una chica y se caen sus papeles al piso. Esta chica era hermosa, muy angelical para mi gusto, pero hermosa.
No hablo con ella, solo la ayudo a recoger sus cosas rápido, intercambiamos disculpas, y yo seguí con mi camino y ella con el suyo, aunque no pude evitar mirarla antes de que se desapareciera de mi vista.
Termino de bajar mientras que me desabrocho mi camisa, y me la quito.
Debajo tenía mi franela de AC/DC. Así que no me desnudé, aún.
- ¿Qué fue eso? -dijo Lauren, mi exnovia/mejor amiga.
- ¿Qué fue, qué?- pregunto mientras me volteo.
- Eso, lo de la entrevista...
- Pienso recuperar lo que me pertenece.- Digo mientras lanzo mi mochila hacia atrás.
- Ahora..¿a dónde vamos?
- ¿Qué tal si vamos a tu casa? Tenemos tiempo sin ir.- dice Johana
- Yo quiero ir.- dice Camile, la cual apenas se nota, si no fuese porque habló, no me hubiese dado cuenta de que estaba en el carro, aparte de que estaba atrás de mí.
- ¡CAMILEEE! -digo gritando con tono falso de sorprendido.- ¿qué te trajo hasta aquí?
- Insistencia.
- Pues.- dijo Federico.- si no hay inconveniente. Yo propongo ir a casa de mi perra mayor.- y me sacude el pelo como si fuese un perro.
- Entonces ahí iremos.

Limbo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora