5. OJOS DE SERPIENTE

2 2 6
                                    


«Supongo que este era mi destino»

Mentí completamente, esto es una total tragedia.

Al ser el primer día de "Los Misioneros de la Fe" (así se llama el grupo de ayudantes... o bueno, nos llamamos) nos tienen que dar una charla explicativa de lo que se va a hacer, y aunque hay actividades que me gustan, ya sea ir a un orfanato o a un refugio de perros, la mayoría es en la iglesia y tratan sobre el mantenimiento de la misma.

O sea, somos los de limpieza

Misioneros de la pulcritud

Y como si no sólo fuese eso, el padre nos dijo que teníamos que confesarnos.

Aún no me toca, puesto a que es por orden alfabético y mi nombre empieza por 'V', pero trato de recordar mis pecados y creo que no he cometido ninguno... Aún.

¿cuántos pecados acometerá una persona en su vida? ¿O por lo menos en un día...? Porque siento que cada uno de los del grupo hace 1.000 diarios, confesaría para no ir al infierno porque siento que ahí me castigarían con esperar una eternidad... como ahora.

- Viena, Gold. Ven acá hija, es tu turno de confesarte
Me siento, hace calor dentro del confesionario.
-Cuéntame hija, ¿qué pecados has cometidos por los cuál pedirás disculpa a nuestro creador?
-Bueno, honestamente estoy un poco incómoda... nunca antes me había confesado
-¿Ya hiciste la primera comunión?
-Sí, pero no pude venir el día que tocaba confesarme y después no he tenido tiempo
-Siempre debe existir tiempo para Dios.
-Lo sé, me disculpo por eso
-Está bien, ya estás aquí, ahora prosigue...
-Admito que he mentido, como cualquier persona... eh... también he sentido envidia, y he cometido gula, alguna vez le he mentido a mis padres pero nada serio... y... algunas veces he dudado de Dios
-¿Por qué, mi niña?
-Es por todo este rollo de la creación y eso, pero sí soy cristiana-católica
-¿Algo más?
-No recuerdo más nada
-Entonces al parecer tenemos un ángel aquí...
-Admito que nunca había pensado en mis pecados y como perjudican a las otras personas...- digo esto y siento un nudo en la garganta, me siento culpable y tengo ganas de llorar
-Está bien, ya son cosas que pasaron, lo importante ahora es seguir el camino del Señor
-¿Esto es todo?
-Ya confesaste tus pecados, ahora falta que rezes para que se te perdonen... reza 10 Padre Nuestro y 5 Ave María

Salgo del confesionario y me dirijo a los bancos.

Empiezo a rezar pero pierdo la cuenta, espero que los Ángeles y arcángeles también lo hagan; por cierto, el padre nos pidió confesarnos todos los días, así cometamos un pecado diario.

Ya quedan 15 minutos menos para salir, y el padre nos dio este tiempo para conocernos, cosa que no se me dá tan bien como a los demás.

Cuando ya pensé que todo no podría ser más aburrido, suena la puerta y mi único deseo y esperanza en este momento es que sea mi mamá buscándome temprano. El padre ve la hora y va a abrir las puertas del templo, cuando escucho a un muchacho pidiendo disculpas por la demora, pero pide que le den la oportunidad de confesarse y el padre la acepta.

Es el chico más atractivo que he visto en todo el día.

No parece un modelo, no es musculoso, en realidad es alto y no es tan fornido... tiene la piel color caramelo, cabello oscuro entre largo y rizado, facciones normales, pero tiene el iris de un color que no había visto nunca antes... es un color esmeralda, casi entre un verde real y un verde oscuro.

Jamás había visto una tonalidad así en un iris, hasta hoy, que tuve el placer de apreciarlo cuando se dio cuenta de que buscaba verle los ojos y me miró de regreso.
Tarda unos 3 minutos, bastante rápido para seré verdad, parece que hubiese pensado y enlistado sus pecados viniendo para acá.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 16, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Limbo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora