Capítulo 2.

1.3K 65 25
                                    



No tiene caso que siga aquí, Poncho. Ni si quiera sé lo que pretendía viniendo a esta fiesta, soy una estúpida.

‒Dulce, ya estás aquí, trata de divertirte aunque sea un rato. Ni siquiera has saludado a los chavos.

‒Discúlpame con ellos. Di que me sentía mal. Esto... Esto no tendría que haber pasado. Necesito tomar aire...

‒¿Dulce? –pregunta una voz justo cuando me disponía a encaminarme hacia la salida. Volteo y me encuentro de frente con la hermana de Anahí, que me hace sentir un extraterrestre, por la forma en la que me mira –No puedo creer que hayas venido.

‒Neni... ‒saludo amablemente con un beso en la mejilla –Parece que nadie se lo cree.

‒Bueno... ‒interrumpe Poncho –Yo las dejo solas para que hablen. Dul, avísame antes de irte.

Tras una afirmación acompañada de una sonrisa, mi ex novio y amigo se aleja, dejándome sola con Marichelo.

‒¿Ya te ibas?

‒La verdad si... ‒Confesé ‒No me encuentro muy bien.

‒Pero, ¿Sabe Anahí que estás aquí?

‒Justo hace un momento me vio de lejos y... no pareció agradarle mucho.

‒¿Por qué lo dices?

‒Bueno...  me encojo de hombros ‒Estaba acompañada y ni siquiera me saludó.

‒Uhm, ya... ‒acepta pensativa -Y después de prácticamente tres años ignorándola, esperabas que corriera a tus brazos nada más verte ¿Verdad?

‒No... ‒suspiré bajando la mirada ‒Supongo que no...

‒¿Segura? ‒alzo la vista ante su insistencia y la observo sonriendo extrañamente.

‒Ya sé que la culpa es mía, Neni. Pero tuve motivos para hacerlo. Y no pretendo que lo entienda, yo sólo...

‒Dul, ‒interrumpió ‒Ya conoces el carácter de mi hermana. Seguramente estará enojada, pero te quiere.

‒Puede ser. Pero tú tienes razón; he estado mucho tiempo "ignorándola", "evitándola". Puedo ver que ya no es la misma de antes y seguramente yo tampoco lo sea.

‒¿Sabes lo que pienso? Pienso que deberías dejar de huir y decirle de una vez lo que sientes.

Mi mirada se congeló al escuchar esas últimas palabras. Traté de respirar con calma, para que no se notará mi nerviosismo mientras buscaba en el fondo de esos ojos, tan diferentes a los de ella, a pesar de ser hermanas, algo que me diera un pista de lo que estaba hablando.

‒No deberías sorprenderte tanto.

‒¿Tú... cómo... ‒balbuceé tratando de preguntar algo coherente.

‒Si ya me parecía demasiado evidente cuando estaban en el grupo y la protegías como si fuera de cristal, después, cuando desapareciste de la nada y evitabas cualquier lugar donde ella pudiera estar, no hiciste más que confirmarme que estabas profundamente enamorada de mi hermana.

Sentí que el oxigeno dejó de llegar a mis pulmones en cuanto escuché esas palabras saliendo de una persona que no fuera Poncho y más aún, si se trataba de su propia hermana. Mi eterno secreto parecía ya no ser tan secreto.

‒¿Ella... ella sabe algo....?

‒Me temo que Anahí está aún mas ciega que tú. Y mira que parecía dificil ‒respondió con una sonrisa, que para nada consiguió tranquilizarme ‒¿Por qué nunca hablaste con ella? ¿Por qué decidiste marcharte sin más?

Ver Con El Corazón (Portiñon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora