Por la mañana.

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Me estaba quitando la ropa. Eran las 5:15 de la mañana. Me había levantado pronto y no podía dormir, así que me dispuse a darme una ducha. Abrí el grifo y deje que los chorros de agua recorrieran todo mi cuerpo mientras yo lo frotaba. Pasaron por mi cuello, luego por mis pechos, abdomen y finalmente acabaron con mis piernas.

Mi movil sonó interrumpiendo mi satisfactoria ducha. Cerré el agua, tomé mi movil sin salir de la bañera mientras cerraba el agua y envolvía mi cuerpo en una toalla.
Bufé por tener que interrumpir mi ducha y miré en la pantalla para ver quien era.
-¿Alex?- enarqué mis cejas preguntándome porqué me estaba llamando a estas horas.
-Hola, Zenda estoy a en la puerta de tu casa. Abreme por favor.- me susurró para que la gente no oyera. ¿Que hacía el aquí?
-¿Ha pasado algo?-le pregunté preocupada mientras me ponía las chanclas.-Te tiraré las llaves desde la ventana de mi habitación.-no podía salir en toalla.
-Tranquila. Te espero.-dijo a la vez que me colgaba.

Fui mi habitación, aún en toalla y me asomé a por la ventana.
-Cuidado.-dije a la vez que le tiraba llave.
-¡Ay!-le di en la cabeza a Alex. No pude evitar reírme.- ¡Las tengo!- levantó una mano, en la que sostenía las llaves.

Alex abrió la puerta, cuidadosa y sigilosamente. Caminó hasta mi habitación, donde yo lo estaba esperando.

-¿Te estabas duchando a esta hora?-me preguntó cerrando la puerta de la habitación e inspeccionando con su mirada cada parte de mi cuerpo.
-Sí, hoy me he levantado pronto.¿Que haces aquí?- le dije dandole un pico.
-Quería darte una sorpresa...-sonrió enamorándome mas aún. ¡Que mono!-Toma.- acercó un ramo de claveles que traía detrás de él.
-¡Que bonitas!- lo abracé fuerte y lo bese durante unos 10 segundos. Fue un detalle muy bonito.

Cogí las flores y las puse en remojo en un jarrón cuando Alex me estaba envolviendo en sus brazos por detrás. Puse mis manos encima de las suyas mientras el me daba besitos en la oreja. ¡Es tan tierno!

¡No lo pude aguantar más! Me giré y lo lancé en mi cama. Me acosté encima de él y lo empecé a besar.
Él respondía a mis besos tímidamente. Abrí los ojos un momento para verlo. Se veía un poco asustado y nervioso. Podía notar su respiración en mi pecho.

Separamos nuestros labios para poder respirar. Los dos jadeábamos rojos, mirando el uno al otro.

Le quité la camiseta que llevaba, estando el sentado contra la pared. Esta vez no me detuvo. Su cuello y pecho estaban rojizos por la excitación que tenía. Lo volví a besar.
Le desabroché el pantalón sin separar nuestros labios. Él, dudoso, estaba intentando detenerme, pero fue inútil. Estaba ansiosa por él. Nuevamente separamos nuestros labios y le quité el pantalón junto los zapatos. Alex se quedó solo en bóxers.. Pero casi al instante me cogió de mis mejillas y la atrajo hasta su rostro.

-¿De verdad quieres hacer esto?-me pregunto jadeante, mirándome a los ojos.- No quiero que hagas algo de lo que te puedas arrepentir.
-!Sí, los quiero hacer!- dije sin pensarlo dos veces. La verdad, no estaba muy segura, pero en ese momento no podía pensar.

Me alejé de él y me paré delante suyo. Sin dejar de mirarle a los ojos, deje caer la toalla que me envolvía. Alex me estaba viendo absolutamente todo. Su cara era de solo deseo y impresión. ¡El me deseaba!

Se paro delante mío y me cargo, chocando su torso con el mío mientras me besaba. Mis piernas rodeaban su cintura. Paso su mano por mi nuca, mientras la otra me sostenía por las piernas.

Me llevó hasta la pared, dandole un golpe fuerte que hizo que el jarrón se rompiera en el suelo. ¡El jarrón hizo sonó muy fuerte! Ambos cortamos nuestro beso y nos miramos, abriendo los ojos como platos.

Se escucho una puerta abrirse, era la puerta de mi madre.
-¡Corre, Alex! Escóndete debajo de la cama.- deje mis pies en el suelo y le ayude a entrar. Me puse la toalla nuevamente y mi madre abrió la puerta.

-¿Que ha pasado Zenda?- me preguntó con cara de recién levantada.
-Nada, acababa de salir de la ducha y se me cayó el jarrón.- mentí.
-Ah, vale...-enarcó una ceja.-Me voy a dormir otra vez...-cerró la puerta y se fue. Mire la hora y ya eran las 05:45.

-Sal, ya se ha ido.- me agaché debajo de la cama.
-¿Segura?- pregunto muy nervioso. Lo besé para calmarlo. El sonrió y me abrazó.
-Te quiero mucho.-dijo aún en bóxers. El hecho de verlo así se me hacía muy extraño. Jamás lo hubiera imaginado.-Lo mejor será que nos vistamos...-me dijo rompiendo el abrazo y cogiéndome de las dos manos. ¿Es que jamás nos acostaremos? Yo ya estaba decidida a hacerlo.
-Sí...- le dije mirando hacia nuestros pies.

Nos vestimos, riéndonos un poco de la situación de hace un momento.
-Bueno, nos vemos en el instituto.-dijo andando hacia la puerta.
-No, no te vayas aún...¿Porque no te quedas a dormir conmigo? Aún queda una hora y media para que todos se levanten.- le dije antes de que se acercara mas a la salida.
-¿Quieres que duerma contigo?- sonrió por un lado.
-Sí... Quiero que tus brazos rodeen mi cuerpo...- lo lleve a mi cama. El sonrió otra vez y nos estiramos en mi cama.
Mi cabeza estaba en su pecho y su brazo rodeaba mi hombro.

Estirados en la cama estuvimos hablando de como nos conocimos. Alex era nuevo en el instituto y se había perdido. Estaba rondando por los pasillos buscando su clase. Yo llegué tarde ese día, así que lo vi.

-¿Buscas a alguien?-le pregunte amablemente.
-No...busco...busco mi clase...-me respondió colorado mirando al suelo.
-¿A que clase vas?- pregunte agachando mi cabeza intentando ver su cara.
- Voy a 1ºA.-me respondió.
-Yo voy a esa clase, podemos ir juntos.-le tomé de la mano mientras le sonreía. El también sonrío.
Desde ese día hemos sido mejores amigos...

Me quedé dormida y cuando desperté, no estaba Alex. Me había dejado un mensaje en el movil.

Alex: Te veo en el instituto, te quiero.
No pude evitar sonreír y puse mi movil en mi pecho como era de costumbre cuando Alex me escribía.

No perdí más tiempo y me vestí para ir a el insti.

-¡Gracias por leer y comentad si queréis otro capitulo!

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