Alex, te quiero.

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Ya habían pasado 3 días desde que estuve con Elián.
Era por la mañana y Valle me estaba esperando en la puerta de mi casa. Alex ya no me acompañaba, ni me hablaba. Hoy es viernes, el día que teníamos que presentar el trabajo con Elián. Él me seguía hablando.

Fuimos a el instituto como de costumbre y allí me encontré con Alex. Al ver que yo estaba allí entró a su a dentro y no me dijo nada.
-¡Alex!-grité para que se acercara, pero ya se había ido. El hecho que me haya evitado me hizo despertar sentimientos que estaban ocultos. Me di cuenta de que lo quería. Lo quería mucho, y no como amigo.

Lo seguí, dejando con cara de duda a Valle. No lo encontré.
Alguien me tocó con un dedo la cintura. Pensé que era Alex, pero era Elián.
-Hola, Zenda. Ahora nos toca ciencias. Vamos.-me dijo sonriendo, como siempre.
Me fui con él sin decir nada. Entramos y nos sentamos. Esperamos a que nos tocara y lo presentamos.

En la presentación Elián se dio cuenta que yo estaba pensando en otra cosa, no estaba atenta.
-Zenda, te toca hablar.- me avisó poniendo su mano en mi hombro.
Yo me quede totalmente en blanco, pero Elián me ayudo y me dijo el principio de la parte que me tocaba para que me acordara.
-Gracias...-Le susurré con una sonrisa.
Me acorde de mi parte y por fin acabo la clase.

Me fui corriendo a la clase que le tocaba a Alex y lo encontré.
-Alex.-dije su nombre. El se giro hacia mí y me miró.
Le tomé de su mano y lo llevé al baño en el que nos besamos. El se dejo de llevar.

Estábamos en el baño de chicos.
-El otro día te quería decir algo...-me dijo mirando hacia bajo.-Desde que íbamos a primero de secundaría siempre me has gustado...-me dijo mirándome a los ojos. Sus ojos estaban cristalinos. Quería llorar.-Yo siempre...yo siempre te he querido.-me confesó mientras se le caía una lagrima.
Yo me puse de puntillas para llegar a su rostro y labios. Entonces lo besé.
Esta vez lo tomé yo por sorpresa. Me cogió de mi cintura. Y yo me abalancé hacía a él.
El me correspondió y me cargó mientras nuestras introducía su lengua en mi boca. Le seguí el ritmo.
Le iva a quitar la sudadera, pero el no me dejó antes de que ocurriera nada.
-No quiero que hagas cosas que luego te puedas arrepentir.-dijo mientras apoyaba mi frente junto a la mia.-Yo te quiero, pero no hace falta que hagamos eso.-siguió hablando volviéndome a besar.
-Lo siento...-me disculpé por lo que había intentado hacer. Yo realmente lo quería y lo iva a demostrar.-Yo también te quiero Alex.-le confesé yo también llorando. Alex también dejo caer otra lagrima que recorría su mejilla.
-Vamos a clase, se va a hacer tarde.-me dijo mientras me acariciaba el cabello.
-Sí...-dije mientras le secaba las lagrimas.
Me tomo de mi mano y entrelazó sus dedos en mi mano. Y me sonrió. Lo que hizo significaba que ahora él era mi novio, y yo era su novia.

Entramos a clase muy tarde, todos se nos quedaron mirando. Los dos estábamos cogidos de la mano y con las caras de haber llorado.
-¿Que ha pasado aquí?-preguntó Valle en voz alta y ilusionada.-¡Por fin!-grito alegre en voz alta. Todos se la quedaron mirando. Estábamos super avergonzados. Pero tocaba ingles, y la profesora era muy amable y nos dijo que nos sentáramos.

Ahora mismo yo estaba en las nubes. Alex y yo por fin éramos novios.

Ya era hora de irse a casa y como de costumbre me despedí de Valle, quedándonos Alex y yo solos en la salida.

-Nos vemos mañana...-me dijo Alex cogiéndome de las dos manos y en frente de mí.
-Acompáñame a casa, por favor.- le dije mientras me ponía de puntillas para besarlo.
-Sí, si quieres puedo ir.- me dijo descubriendo sus dientes. Nos tomamos de la mano y nos fuimos de camino a mi casa.

Una vez en mi casa, le dije que pasara a dentro. Abrí la puerta y el de detuvo antes de entrar.

-Ahora sí, hasta mañana.-me despedí de él con un beso.
-Hasta mañana, Zenda.-me dijo soltando una carcajada y soltando mi mano poco a poco hasta irse.

Me dirigí hacia mi cuarto y me tire a mi cama. Me quede pensando en Alex durante 10 o 15 minutos, hasta que me recompuse y me puse a estudiar, ya que estaba descuidando mis estudios. Aún así no quitaba de mi mente a Alex. Estaba tan feliz...
Quería estar así toda mi vida...

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