La casa de Elián.

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Ya estábamos en frente de la casa de Elián. Entramos, era un ático duplex. No había nadie. Por el camino, Elián me dijo que su padre trabaja mucho, entonces, no estaba mucho por su casa.

-Pasa, por aquí. Arriba esta mi habitación- me dijo mientras subía las escaleras- Me voy a dar una ducha. Hoy he jugado a basquet, no tardaré.- me avisó.
-Vale.-decía mientras subía las escaleras.
Entré a la habitación, la cual el principal color era el gris. Era muy simple, solo tenia una cama al lado de la ventana, un escritorio con dos ordenadores y un armario con espejos en las puertas que ocupaba todo el lado de una pared.

Me senté en un lado de la cama y saqué los libros de ciencias. Estuve esperando 10 minutos, en los cuales me quedaba mirando cada detalle de su habitación.
De repente abrió la puerta de la habitación. Eso me tomó por sorpresa. Mis ojos estaban completamente abiertos. Él estaba con el cuerpo mojado, solo una toalla atada alrededor de su cintura tapaba sus partes intimas. Eso me tomó por sorpresa. Las gotas de agua recorrían todo su torso mientras las de su cabello caían al suelo.

-Perdón si te he asustado, tengo que coger mi ropa.- me avisó acercándose a él armario con espejos.
-No, no pasa nada- dije dando mi espalda para no verle.-¿Te vas a vestir aquí?- le pregunté con una voz temblorosa y entrecortada.
-No, claro que no. Me vestiré en el baño...- dijo extrañado por mi pregunta mientras se reía y salía de la habitación.

Ya había vuelto, pero esta vez con ropa y una toalla colgada alrededor de su cuello
-Bien, vamos a empezar.- me dijo sacando sus libros.

Mientras hacíamos el trabajo, ambos reíamos de anécdotas de la infancia. Se veía tan tierno...
-Al final ha sido muy fácil el trabajo. Lo hemos hecho muy rápido.- me dijo sonriéndome tiernamente.
-Sí...-dije un poco desilusionada por acabar el trabajo, ya que eso significaba que me tendría que ir.

Guardamos los libros en nuestras mochilas. Yo estaba a punto de despedirme de el, pero...
-Hemos acabado muy pronto, ¿no quieres hacer algo antes de irte?- me preguntó mirándome con ojos de suplica, que me decían que me quedara.
-Claro...¿Pero que quieres hacer?-le pregunté dudando que quería hacer.
-Podemos jugar a basquet. Hay un campo unas manzanas abajo de mi casa.-me propuso él.
-De acuerdo, pero yo no se jugar...-le dije mirando hacia abajo.-Y además, no tengo ropa de deporte.-le miré.
-Da igual, yo te enseño. Por la ropa no te preocupes, yo te lo puedo dejar.- me miró el también regalándome una sonrisa.

Elian abrió su armario y sacó un chandal verde. Me lo dio para que me lo pusiera.
-Esta limpio, tranquila.-dijo sin borrar su sonrisa y sacando un chandal para él.-Te puedes cambiar aquí, yo me iré al baño. Ponle pestillo si quieres...jaja.-me propuso con una risa juguetona.

Cerré la puerta una vez él ya estaba fuera y me cambié. No le puse pestillo, ya que...¡No tenía! Pero aún así el no entro. El chandal me quedaba muy grande. Tenía la esencia de él. Me sentía como si el me estuviera abrazando con todo su cuerpo...

Él salió de el baño y soltó una carcajada al verme con ese chandal tan grande.
-¿De qué te ríes?- Le pregunté haciendo pucheros algo infantiles.
-Jaja, te ves muy cómica.-me dijo riéndose de mi, pero sin ser ofensivo.
-¿Nos vamos ya?-pregunté haciéndome la indiferente.
-Sí, vamos.-dijo mientras cogía la pelota de basquet.

Caminamos unos 5 minutos y llegamos al parque. Era muy amplió, estaba bien cuidado. Por suerte no había nadie y aún no estaba oscuro.

-Venga, quítame la pelota- me retó para que comenzáramos a jugar.
-No podré...-dije mirándole y riéndome, ya que era casi imposible.

Intenté quitársela, pero no pude. A sí que le mire a los ojos para distraerle y se la quité. Me reí mientras me iva corriendo para alejarme de él. El me siguió y se puso detrás mío para quitarme la pelota. Sus brazos estaban casi abrazándome. Me giré para intentar escapar... Pero me atrapó. Me había abrazado por detrás. Aunque no le podía ver, juraría que estaba sonriendo. Yo también lo estaba haciendo. Pero de repente Alex apareció desde el otro lado del parque. Le podía ver la cara que tenia. Mi cara cambió por una de piedra.
Alex se fue corriendo alejándose de mí.

-¿Es tu novio?-dijo Elián mientras dejaba de abrazarme.-Lo siento si lo era.-se disculpó como si hubiera hecho algo malo.
Yo le respondí, solo puse una cara de confundida. Aunque no se porque, ya que Alex y yo no éramos novios. Solo nos dimos un beso, eso no significaba mucho.

-Vete a tu casa si quieres. El chandal me lo puedes dar mañana.-me dijo serio.
-Vale...-le respondí de igual manera.
-Hasta mañana.-se despidió de mi mientras cogía su mochila y yo la mía.
-Hasta mañana...-dije parada en medio del parque, viendo como se alejaba de mí.

Ya eran las 8 pm cuando llegué a mi casa. Mi hermana y mi madre estaban cenando. Ambas se quedaron mirándome, aún llevaba la ropa de Elián.
-Zenda, ven, tengo que hablar contigo.-dijo levantándose de la mesa, acercándose a mí y cogiendo mi mano para llevarme a su habitación.

-¿Que pasa?-le pregunté extrañada.
-Alex ha venido a casa. Yo le abrí la puerta. Estaba buscándote, me dijo que quería decirte algo... Pero yo le dije que no estabas, que estabas en casa de aquel chico.-me contó sentada en la silla del escritorio de su habitación.-me pidió la dirección y el se fue.- continuó. Ahora entendí porque Alex estaba cerca del parque. Él me estaba buscando. Me sentí nuevamente mal por él.
-Ah, vale.-dije pensativa. Ahora entendí porque Alex estaba cerca del parque. Él me estaba buscando. Me sentí nuevamente mal por él.
-¿No le vas a llamar?-preguntó mi hermana al oír mi respuesta tan corta.
-Sí, después.-salí de su habitación, me vestí y me fui a cenar.

Cené lo mas rápido que pude. Quería llamar a Alex.
Una vez ya acabé, le llamé en mi habitación. Lo intente 10 veces pero no contestaba. Era obvio que no quería hablar conmigo. Me fui a duchar y luego a dormir. Hoy había sido un día demasiado largo...

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