Me situaba en frente de aquella mansión, que me daba un ligero escalofrío, al que no le di la importancia que podría tener. Mi madre bajaba algunas cosas del coche, estaba claro que nos íbamos a mudar a aquella casa que daba tanto miedo hasta observar.
Aunque, no podría negar, que esa mansión tan antigua, me resultaba misteriosa y había algo que me atraía a entrar y saber más de ella.
- Kat, deja de vaguear, y ven ayudarnos.- me pedía mi madre tan arrogante como siempre, yo la mire de reojo y fui ayudarla entre suspiros.
Ya era mayor para que no me mandará, pero al parecer eso no lo entendía, no le llegaba a la cabeza que ya no tenía que obedecer sus exigencias.
Mi padre se dejaba el sudor en llevar cajas y cajas, ya que sino mi madre le echaría la bronca, porqué según ella mi padre se dedicaba a chatear por su teléfono con chicas mas jóvenes que él. Aunque tampoco mi madre decía palabras necias, tenía parte de razón ya que mi padre se dedicaba a coquetear con cada mujer bella que se le aparecía. Pero bastante estaba soportando mi padre a mi amada madre desde que se casaron.
Subí a mi cuarto, abrí la puerta vieja que era chirriante, tosí por el polvo que había, en el ambiente, en ese momento me fije en cada detalle de aquella habitación, era tan bonita de por si, no se porque le veía belleza a aquella habitación, había cajas que tenían todas mis cosas que se encontraban en mi pasado cuarto. Este ya iba decorado de por si,y me gustaba, pero me acerque a una pizarra que había, permanecía en ella un simple:
"I love you"
Eso me hizo poner una mueca de asombro, pero entonces escuche los pasos de alguien detrás mía, me gire en seguida y era mi pesada hermana pequeña Alisson.
- Dice mamá, que ordenes tu cuarto a tu gusto y que lo que no te guste lo tires a la basura que hemos puesto abajo- decía ella con su voz escandalosa de niña pequeña.- También dice que no la pongas como la que teníamos en San Francisco, que estaba horrorosa.
Lo último lo hizo riéndose, me quede mirando sus ojos saltones verdes levantando un poco la ceja derecha, y asentí con la cabeza sin hacerle mucho caso, pero señale a la puerta, diciéndole que se fuera, que me molestaba que estuviera aquí con la mirada. Ella fruncio el ceño, porque sabia que le estaba echando pero no hizo nada más y se fue.
En ese momento sonó mi móvil, me había mandado un mensaje mi padre, yo ya me estaba agobiando ya que no me dejaban hacer nada sin que me interrumpieran.
"Cariño, más tarde vendrá el psicólogo"
Me enfade algo al ver eso y ni siquiera me moleste a contentarle , no me había ni instalado, y ya tenía que asistir a mi primera sesión con un hombre que ni conocía, ni mucho menos quería que me conociera. Se creen que iban a solucionar "mi problema" poniéndome un psicólogo.
Entonces empecé ya con mi labor, antes me hice con una coleta con una goma que tenía por ahí, debia ya de organizar mi querido cuarto, puse todos los armarios a mi gusto y por suerte me cupo toda la ropa que tenia y los zapatos, entonces puse mi vinilo encima de mi cama, y puse mi disco de Lana Del Rey y empezó a sonar "Summertime Sadness", cerré los ojos cuando empezó el sonido e incluso me tire en la cama. Estaba muy cansada de todo el viaje, pero algo me despertó de mi trance.
Era la voz de mi padre, no sabia cuanto tiempo había pasado escuchando canción tras canción, pero mi padre obligándome a irme abajo, quite el disco y fui rápidamente a abajo.
- Hola, soy Ben Harmon, con quien contactaste por aquella red social.- decía un señor que había ya entrado en la casa. Era alguien extraño, no me transmitía seguridad, tenía el típico aire que tenían algunos hombres del trabajo de mi padre, él era profesor y sus compañeros eran los típicos mujeriegos.
Ben me miro de arriba a abajo y eso incluso me llego a molestar, pero me observo algo confundido, como si se hubiera extrañado de mi. Yo me acerque a mi padre este paso su brazo por mi hombro, para expresar confianza.
- Ella es mi hija Katherine.- trague saliva al escuchar mi nombre de la boca de mi padre.
Entonces vi a mi madre que seguía sin parar de ordenar, intercambiamos una mirada, la mía era de simple socorro, la suya era para que me quedara quieta ahí.
Entonces mi padre, me llevo a un estudio, que había descubierto él, yo le susurré a mi padre que todavía era muy temprano para mi primera sesión, este me respondió con un simple:
- Ya esta pagado asi que escucha él, te ayudara.- la gran mentira de toodos los psicólogos, que se creen que van a ayudar.
Me senté, en el sofá, y me acomode mirando a Ben algo tímida.
- Bueno... Hablame de "esa cosa" que nadie sabe.- me dijo sin más.
- No pienso decirte nada, son cosas personales, ni siquiera las comprenderás, y si crees que vas a entenderme y ayudarme vas claro.- le respondí yo muy seca, pero no podía evitar ser así con ese tema.
- No te puedo ayudar, sino quieres que lo haga.- suspiro el apuntando yo que en un cuaderno verde con un bolígrafo azul.
En ese momento, que estaba mirándolo fijamente a los ojos, me dio un escalofrío. El mismo que me dio al ver la casa, yo agarre un poco la tela del sofá y me calme.
Trague saliva y cerre mis ojos por un segundo.
- Esto es como la confesión de un cura ¿No?- le susurré mientras me fije en un gorrión que había muerto cerca de él. Eso me dio algo de asco pero el asintió.
- La cosa es que.. Me atormenta pensar que puedo hacer esto- clara de que ya no podía ocultarlo más, aunque aun estaba algún insegura
Me levante un momento y cogí el gorrión fallecido, me volví a sentar, cerré mis manos y trague saliva. Entonces sentí como de nuevo hacia brotar la vida en él, me dio una punzada en el corazón, y también este me pico la mano. Solté al pájaro que ya volaba. Yo mire a Ben y este se quedo perplejo y a la vez me miro como si hubiera visto la salvación, una luz o algo parecido.
- ¿Eres capaz de revivir.. A los muertos?- preguntó y baje la mirada.
- Solo lo he probado con los animales..- susurré yo y entonces sentí la mirada de alguien sobre mi... Con curiosidad.