Luz en la oscuridad

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Somos luces en el espacio. Fuentes de energía sustentable amontonadas en un solo lugar, viviendo lo mismo una y otra vez. No se cree en los cambios, tampoco en lo que los terrestres llaman amor y mucho menos se aplaude al rebelde que decide alterar el curso del destino y la vida. Yo soy ese rebelde y a nadie le gusta.

Siempre estuve al tanto de que no era como los otros de mi especie. A diferencia de ellos, había crecido rodeado por la calidez y el amor paternal, confiando en que así debía ser. En mi yacía el deseo de más, la necesidad de arriesgarme e involucrarme en millones de aventuras. Era un joven en busca de vivir la vida al máximo, de acumular experiencias sin importar cuan malas o buenas resultaran ser. Estaba buscando ser diferente y resaltar entre los habitantes de Oxen. Después de todo, no podía dejar que el riesgo que tomaron mis padres se convirtiera en algo inútil.

De ahí, mi ideología no estaba completamente de acuerdo con las reglas y métodos que se llevaban en el planeta. Estaba al tanto que éramos una especie avanzada y que aprendíamos tan rápido como nos movíamos, pero los jóvenes necesitábamos libertad. En cambio, nos arrojaban al mundo laboral y nos encerraban en una base rodeados de tecnología con el propósito de velar por la protección de nuestro planeta. Los demás creían que estaba bien, que nacíamos para esto y nada más. El mundo les mostraría cuan equivocados estaban, y quizás yo con él.

—Debo estar bastante loco— murmuré mientras observaba mis zapatos. Sí que debía estarlo, de lo contrario no tenía manera de explicar porque estaba a punto de hacer la locura más grande de mi vida.

Respiré hondo tan pronto la compuerta principal se deslizó a un lado dejando al descubierto mi hogar. Levanté la cabeza y dejando de lado los sentimientos confusos ingresé al lugar. Sintiendo compasión —lo único que al parecer no podía evitar— por mi, continúe observando la sala principal de la casa. Esperaba encontrar el espacio vacío, de esa manera no tendría que lidiar con las miradas de mis padres confusas al verme tan temprano y con las manos vacías. Sin embargo, podía escucharlos hablar tranquilamente en el cuarto de entretenimiento.

Cuando realice algunos pasos hacía la habitación sentí que estaba dando los últimos y me encontré en la necesidad de apoyarme contra la pared. No tenía porqué sentirme de esa manera debido a que regresaría tan pronto descubriera lo que sea que encontrara en el planeta Tierra, pero lo estaba haciendo y no lo comprendía. Al final, no sabía si no quería hacerlo o si tan solo no era capaz.

—¿Lincoln?— la voz de papá se escuchó por el corredor. No me vi en la necesidad de mirar porque sabía que estaba ahí parado en medio de la oscuridad. La luminiscencia se notaba aún cuando no lo estuviese observando directamente. Casi podía imaginarme su rostro confundido al verme sosteniéndome de la pared.

En un intento de alejar cualquier sospecha sobre mi; soltando el aire levanté la cabeza, enderece la espalda, junte los pies y lleve el costado de mi mano contra mi frente saludándolo. Soltó una risa, más melodiosa que nunca, y camino hacia mi.

—Sabes que odio que hagas eso en la casa, hijo. No soy Capitán aquí, solo papá.

—Lo siento, no puedo evitarlo— me disculpé mientras conseguía grabarme sus gestos en la memoria. Cuando me fuera esa noche quería recordarlo todo en el camino a la Tierra. —Costumbre.

Pasó un brazo sobre mis hombros y me llevó consigo hacia el cuarto de entretenimiento. En cuanto ambos alcanzamos el corredor, la oscuridad se extinguió y las paredes se iluminaron de tonos azules y amarillos. Cualquiera se habría maravillado, cualquiera menos yo. Pasaba tanto tiempo frente a unas cámaras observando a los ciudadanos de Oxen que había llegado al limite de perder el interés en los colores que expedía cada uno.

Lo más extraño era que ninguno expedía un color como el mío, y eso me hacía sentir aún más diferente. Estaban todos los colores que te pudieras imaginar, todos menos el amarillo mezclado con naranja.

—¿No traes nada contigo?— habló papá consiguiendo que dejara a un lado mis pensamientos desordenados y regresará a la vida real.

Ladeé la cabeza en su dirección para observarlo. Sus cejas estaban juntas y sus labios formaban una mueca de duda.

—Kearan no me arrastró a ningún experimento hoy— intenté sonreír.

Asintió. —Una lástima. Tú madre estaba ansiosa porque llegaras y le mostraras algo nuevo y único.

La compuerta de la habitación se deslizó y papá me empujó dentro. Escuché el sonido de la pantalla apagándose y observé como un rayo azul se deslizaba dentro del cuarto, de un lado para el otro. Me reí lo que ocasionó que mamá se detuviera frente a mí y me envolviera con sus brazos aún brillantes. Cerré mis ojos durante un tiempo, el mismo que utilicé para memorizarme sus afectos de amor. Se alejó y me miró con rareza.

—Llegas temprano, cariño— sus manos volaron a mi frente buscando alguna señal de enfermedad. Rodé los ojos. Los Oxens no podíamos enfermarnos. —¿Te sientes bien? ¿Te lastimaron? ¿El Capitán fue malo contigo?

Papá hizo un sonido con su garganta y mamá le lanzó un guiñó. Entrecerré los ojos, sonreí mientras negaba y escapando de las manos de Lucy me escabullí de la habitación. Tanteé las paredes en mi camino hacia el último cuarto recordándomelas con exactitud.

—Estas exagerando las cosas— murmuré. Sabía que no estaría demasiado tiempo fuera y aun así no podía alejar el sentimiento de vacío que se incrustaba en lo más profundo de mi ser, como una daga que estaba siendo presionada cada vez más profunda.

Presioné uno de los botones en el panel electrónico y la compuerta se deslizó, sellándose por completo. Permití que mi espalda chocara contra el metal y levantando la cabeza cerré los ojos. Aparentar frente a las personas que más quería parecía ser más difícil de lo que había creído. Podía sentir que en cualquier momento podría derrumbarme en pedazos justo frente a sus rostros y acabar renunciando a un viaje hacia el planeta Tierra. El dolor era inmensurable, horrible y completamente fuera de todo lo que había experimentado. No podía seguir, sin embargo me estaba obligando a hacerlo. Estaba forzándome a continuar con el fin de cumplir mis sueños, pero tenía un presentimiento de que estaba siendo cruel con los que amaba.

Perdí mi forma humana iluminando la habitación en su totalidad. Abriendo los ojos pase ambas manos por mi cabello, ahora flameante, y acepté que debía ser así. De esa manera tendría la necesidad de volver para llenar un espacio que yo mismo habría creado.

Me resigné a cambiar a una forma que no era la de mi naturaleza y continúe hacia la esquina derecha del cuarto, donde se ubicaba la cama. Levantándome un poco introduje una mano bajo el colchón. Rebusqué en el espacio y cuando mi mano golpeó la mochila, la agarré atrayéndola hacia fuera. Era vieja y mediana pero la había equipado para que sobreviviera el viaje.

Agarré las llaves de la base y las metí en el bolsillo delantero. Tenía todo listo. Ahora solo debía esperar a que mamá y papá se fueran a dormir, así se facilitaría el plan de escapar de Oxen. También se me haría más sencillo el no tener que ver sus caras mientras su único hijo se iba del planeta, de su hogar, en busca de algo nuevo y diferente.

—Lincoln, la cena está servida— escuché la voz animada de mamá a través del panel junto a la compuerta. A la vez escuché a papá riéndose en el fondo.

Caminé hacia el panel y presionando el botón del comunicador le avisé que saldría en unos segundos, los mismos que se me hicieron largos y pesados. Tras detenerme frente a la pantalla electrónica lo que parecieron ser minutos, reaccioné. Regresé a mi forma humana —si así le podíamos llamar— y dejando la mochila bajo el colchón me preparé para salir a cenar con mis padres y fingir que todo estaba completamente bien, aún cuando sabía que no era cierto.

Para que tengan una idea de la Galaxia Horus, en la multimedia les dejo un mapa. No es de lo mejor pero seguro servirá para hacerse una idea. También deseo hacer una dedicatoria a EditorialUniverso10 por la oportunidad.

Lincoln: entre luz y terrestres   #UniversoAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora