Sentimientos oscuros.

capitulo 1

Unas rosas rojas casi marchitas por la falta de sol, se encontraban en la mesa de la recepcionista del hospital. Si, ¿ por qué estoy en un hospital?, pues ; después de mi despedida con Kyle,  después de  cruzar la carretera, éste me siguió corriendo y justo cuando fue a cruzar un coche conducido por un psicópata que no mira a la carretera cuando conduce, lo atropelló, al momento estaba la ambulancia y se lo llevaron. Y aquí estoy yo.

Por fin me toca, había una cola enorme, aunque en verdad me da igual esperar.

- Buenos días vengo a ver a Kyle Roydon.

- Está en la habitación 203, que tenga un buen día. Adiós.- La recepcionista tenia una voz de amargada que tiraba para atrás, su pelo gris falso le quedaba bien con su expresión de odio a su propia vida. Daba mala gana hablarle, me fijé en sus ojos y debajo de ellos tenia ojeras, será que no duerme.

Los pasillos del hospital son interminables, ¡los odio! Parece que este en una película de miedo típicas de hospitales desiertos, que si te encuentras a alguien es un paciente medio muerto ,o al menos lo parece, o te encuentras a algún médico con cara de psicópata.

Por fin llegué al pasillo donde, creo, está la habitación. Este pasillo está necesitado de luz, hay muchas lámparas  fundidas y muchas que parpadean. Bien, encontré la habitación 203 que pronto sería la 20 porque el 3 está medio caído.

Llamo a la puerta, no abre nadie. Intento abrirla, y justo cuando la abro me choco con una enfermera; tiene el pelo ondulado, algo estropajoso. Su cara para mi era como la de un muerto viejo, tenía una nariz que parecía el pico de un pájaro, sus ojos eran de un gris oscuro y desprendían cansancio y tenía ojeras(¿ es que nadie duerme en este hospital?). Sus labios eran rosas claros casi morados y eran finos. Era bajita y delgaducha. No es que fuera la típica enfermera guapa, por lo que por una parte me alegro.

-¿Eres su hermana?- ni un buenos días ni nada, que educación.

- hola, pues no.

- Bueno, se reciben visitas hasta las 8 de la tarde, Ah y sus padres se fueron hace una hora por si lo quiere saber. Me mira y con un gesto de ojos se despide, se fue ordenando unos papeles. Yo la observo hasta que desaparece en la oscuridad producida por la falta de lamparas con luz.

Lo primero que se puede ver desde la puerta de la habitación es un mini pasillo que lleva al centro de la habitación, se ve la única ventana. Entro y cierro la puerta.

-La enfermera esa ni siquiera me ha dicho lo que le pasa a Kyle... Tampoco he preguntado. -Pienso en alto.

Atravieso el pasillo y llego hasta la ventana, miro por ella y veo coches moviéndose por el parking. Me giro a la izquierda y veo un sofá con una mesita de madera oscura con revistas encima, y sobre éste hay una tele colgada en la pared. Miro a la derecha y se encuentra la cama con mi Kyle dentro, hay muchas máquinas alrededor de él. A la derecha de la cama hay una mesita y una puerta, que debe ser la del baño, a la izquierda están las máquinas.

Me quedo mirando la habitación, es de un color azul típico de los hospitales y el suelo estaba cubierto por una moqueta de azul marino brillante.

Me dirijo hacia Kyle y me quedo mirándolo; su cara está llena de moratones y tiene una herida en el labio, la cabeza vendada y unas agujas raras en las muñecas que tienen unos tubos que conducen a esas máquinas.

Sin pensármelo dos veces lo beso, sus labios están fríos y saben a sangre. Entonces recordé aquel día en el que me mordí el labio y me salió sangre, Kyle me miraba con sus grandes ojos verdes , me sonreía y me decía '' deja que te cure con un beso'', yo lo miraba y me reía , le acariciaba su precioso pelo color marrón oscuro y lo besaba.

-Son momentos que nunca olvidaré- . Pensé en voz alta.

Después de despertar del recuerdo me fijé en un papel que estaba en la mesa junto a las revistas, ponía ''INFORME'' . Me intrigó y fui a verlo.

- Coma, está en coma... ¡¿Y AHORA QUE MIERDA HAGO YO?!

Me quedé mirando el papel un buen rato leyéndolo todo. ''Cuanto más sepa mejor'', es lo que siempre digo.

(- ¿dónde estoy?... Oigo una voz familiar... ¡ABBY!)