Especial historias cortas

13 0 1
                                    

1.- Visitante desconocido

Me pasa que a veces cuando duermo siento que alguien me mira, en ocaciones también veo a esa persona, me sonríe, pero yo lo ignoro, y mientras duermo me abraza y no me deja mover, trató de gritar pero no puedo, porque me tapa la boca, me dice que algun día me ire con el. No se que hacer.

2.- La casa del bosque

Un hombre fue de visita a otro pueblo por motivos familiares que no importan , y para regresar al lugar del que había venido , tuvo que caminar por el bosque,pero como el no conocía bien aquellos lugares, se perdió entre la excedida maleza.

El hombre estaba demasiado preocupado porque ya era de noche, entonces, encontró un Espacio despejado y en él, una casita de madera. Tocó a la casa, pero nadie salió a abrirle; entonces el forzó la puerta, y esta se abrió lentamente y rechinando por lo que era vieja . ya era muy noche así es que no había tanta visibilidad pero se lograba ver que la casa era de un solo cuarto, con extraños retratos de gente que parecía verlo con una horrible mirada; todos los retratos parecían haber sido tomados en ese mismo bosque.

El hombre fue rápido a la cama y se tapó para no ver los retratos que cada vez parecían más estarlo viendo.

A la mañana siguiente, al hombre le dio mucha curiosidad de ver si los retratos se veían igual de feos a la luz del día, pero se sorprendió al ver que en la casa no había ni un solo retrato, sino muchas ventanas al exterior.

3.- La casa abandonada

En un pueblo de la Comunidad Valenciana ocurrieron estos hechos cuya noticia llegó hasta el periódico. A mí me lo contó alguien del mismo pueblo.
Cinco chicos se reunieron en una vieja y solitaria casa abandonada en mitad de tierras de huerta con el fin de hacer espiritismo.
Lo prepararon todo, comenzaron, y como en cada sesión que se precie, uno de ellos, el portavoz, hizo la cuestión de inicio: "Si hay alguien que te moleste aquí, dinos quien es y se irá".
El vaso indicó dos nombres, los dueños de los nombres se miraron sorprendidos y se despidieron de los otros tres. Volverían al pueblo caminando. Ya se verían más tarde.
Dejaron a los otros tres con su sesión de espiritismo y conversaron por el camino. Cuando llevaban unos cien metros andados escucharon un ruido y se giraron: la casa caía derrumbándose sobre los tres chicos que se habían quedado en la sesión espiritista.  

4.- A las 8

El chico en cuestión se llamaba Angel (no exactamente así, pero casi, obsérvese el significado del nombre: ángel). Tenía catorce años, y llevaba unos días en el hospital porque vomitaba todo lo que comía y tenía mucha fiebre. En pocos días de enfermedad su cuerpo se había estirado hasta el punto en que sobrepasaba los dos metros cuando lo metieron en la ambulancia, y tuvieron que flexionar sus rodillas en la camilla.
En el hospital le hicieron muchísimas pruebas buscando una causa. La madre sospechaba de un envenemiento, pero ningún médico supo decir qué tenía. ¡Sólo tenía catorce años y no había comido nada en días!. Su cuerpo no lo toleraba.
El ocho de abril de aquel año, su tía, nerviosa e impaciente porque los médicos llenaban a su sobrino de pastillas y no le curaban ni conseguían averiguar qué le ocurría, decidió irse del hospital y visitar al que fuera su pediatra durante años.
La madre salió a dar una vuelta por los pasillos del hospital mientras Angel hablaba con su hermano y la novia de éste.
- Me voy a morir.
- No digas eso, -le dijo la futura cuñada- aún tienes que venir a nuestra boda.
Cuando la madre llegó no quisieron decirle nada y les dejaron a solas. Angel tomó su reloj, puso la alarma y le dijo a su madre que dejara el reloj sobre la mesilla. La madre se giró, y la alarma sonó.
En ese mismo instante a su tía se le bloqueó el volante en la misma puerta del hospital. Un hombre que apareció de la nada le dijo unas palabras muy misteriosas, y acto seguido ella alzó la mirada y el tipo ya no estaba. El hombre y el bloqueo del volante le hicieron reaccionar y salió rauda del coche para entrar de nuevo en el hospital.
Cuando llegó a la habitación, todos lloraban.
Al sonar la alarma que Angel había puesto a las ocho el día ocho de abril, su alma abandonó su cuerpo, y su madre lo supo desde el mismo instante en que oyó el primer pitido.

creepypastasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora