Al otro día volví al mismo lugar de la universidad donde ella frecuentaba, estaba un poco nervioso, mis manos sudaban sin control y no bastaba solo limpiarlas con el tejido de mis jeans negros. No llegue temprano porque no quería que pensara que era un psicópata ni tampoco quería asustarla, creo que en ese momento no estaba pensando con claridad, porque ahora solo me parecen excusas ridículas que el mismo nerviosismo me hacía pensar. Cuando llegue pude ver que traía otro libro en sus manos, el cual claramente estaba leyendo, no podía distinguir bien las letras, pero sí podía ver la portada que me parecía un poco familiar, esta era en blanco y negro, tenía a un hombre con alas negras, recostado, flotando en el aire, era un ángel, allí recordé que mi hermana menor también lo había leído y no dejaba de hablarme sobre él, "Hush hush" era su nombre. Sus manos sujetaban con fuerza el libro, su mirada estaba conectada con este y no levantaba la vista por nada, así que supuse que estaba muy concentrada en la lectura, por lo que dude si acercarme e interrumpirla o quedarme a observarla como siempre lo hacía. Preferí la segunda opción, ese día se veía muy linda, parecía que los pocos rayos de luz que llegaban se filtraban en su castaño cabello haciéndolo cada vez más brillante, se veía como un bello ángel, tan hermoso y delicado a la vez, debo admitir que me fascinaba admirarla, era algo que nunca me canse de hacer. Un mechón de cabello se posaba frente sus ojos mientras leía, lo cual parecía que le molestaba ya que gruñía y soplaba para que así este se corriera, pero pasaban segundos y volvía a molestar e interrumpir su lectura. Cansada de ese bonito mechón, soltó el libro, abrió su mochila, y de ahí sacó un moño, amarró su cabello y suspiró volviendo a fijar la vista sobre su libro, pero luego su mirada se levantó y vio hacia el frente y me vio, se sonrojó al instante y una linda sonrisa surgió de sus lindos labios.
De una manera torpe me acerque donde estaba ella, cuando ya estuve a su lado me senté nuevamente en el mismo lugar que el día anterior, es día estaba nervioso, pero no como la vez pasada, me sentía un poquito más tranquilo porque sabía que ella no me iba a ignorar, pero aun así me encontraba tan nervioso como la primera vez. Nos quedamos en silencio por un momento, ella miraba al suelo con timidez, mientras que mi vista estaba fija en la pileta que estaba frente a nosotros en el centro de esta había una especie de "delfín" el cual lanzaba un chorro de agua desde su boca y este caía en el fondo de la pileta y bueno así era todo el tiempo. Yo quería decir algo, pero ningún sonido salía de mi garganta, mis manos nuevamente estaban comenzando a sudar, tenía que tranquilizarme, estaba comenzando a divagar otra vez pero su dulce voz logro volverme a la realidad. "Pensé que no llegarías" susurró cabizbaja mirando el suelo con una mueca definida en sus labios mientras jugaba torpemente con sus manos, las cuales descansaban en su regazo. "Pensé que si llegaba temprano te iba asustar, la verdad es que estaba un poco nervioso" confesé a la vez que un ligero suspiro se escapaba de mis labios. Ella miro sus manos nerviosa y asintió, un silencio incomodo se formó entre ambos, yo no sabía que decir, no quería arruinar el momento o decir algo estúpido, así que lo único que se me ocurrió fue sacar mi celular junto a los auriculares, le pase uno de ellos y lo introdujo en su oreja e hice lo mismo con el otro. La primera canción en sonar fue Radioactive, ella me miró y sonrío, yo sonreí también, era de nuestra banda favorita.
Mientras escuchábamos las canciones de Imagine dragons conversábamos de que haríamos luego de salir de la universidad, ella me conto que quería viajar por los países con escasos recursos, ofreciéndoles ayuda médica a los más necesitados de forma gratuita, pero también quería tener su propia consulta médica en la ciudad, en donde llenaría de osos de peluches con uniformes de doctores, pintaría las paredes de colores llamativos y tranquilizadores para que los niños que fueran a su consulta se sintieran cómodos y no le temieran, ella ya lo tenía todo pensado y eso me llamaba verdaderamente la atención. Me conto que le gustaría tener hijos cuando estuviera cerca de cumplir los treinta, le pregunte que cuantos quería tener y ella solo respondió que no importaba cuantos fueran, que ella los iba a amar a todos por igual. Ese fue otro punto a su favor, se veía que esos temas eran totalmente serios e importantes para ella y ahora lamento demasiado que estos no se hayan concretado.
"¿Quieres tomar un helado?" Me animé a preguntarle luego de que escucháramos casi los dos álbumes completos de Imagine Dragons. "Claro, me encantan" contestó risueña. Me levante rápidamente del suelo y me gire ofreciéndole mi mano para así ayudarla, ella con una sonrisa tomó mi mano con fuerza, nos sonreímos mutuamente y nos dirigimos donde estaba el señor de los helados, ella eligió uno de chocolate al igual que yo, era nuestro sabor favorito. El señor nos entregó nuestros helados a cada uno pero nuestras manos aún permanecían unidas, fue en ese momento que no quise soltarla nunca más, sinceramente su mano estaba hecha para mí, era tan pequeña, suave y cálida, me encantaba.
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Tercera y última parte que subiré hoy. Espero les guste, gracias por leer :3
-Rain :)
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Volaré
Short Story"Él sólo buscaba terminar con su dolor. Él necesitaba algo más que atención. Él logro encontrar la solución. Él como un libre pájaro finalmente voló. " Nubes grises asoman por mi ventana anunciando la tan esperada lluvia. Pequeñas gotas caen una a...