NOTA: Tal vez les parezca raro que les llegue una notificación de esta corta historia, cuando ya esta terminada, pero por una amiga (que no le gusta que mate personajes :c) quise escribir una ultima parte, en realidad este es un final alternativo de la historia, no es obligación que lo lean, pero si no se sintieron cómod@s con el final anterior, pueden leer este. O si quieren leer ambos, pues bienveni@s sean <3.
Disfruten de la última parte :3
Lágrimas se deslizaban suavemente por el rostro del joven de ojos claros, quién observaba la oscura noche en busca de su única y fiel acompañante en sus tantas noches de insomnio y sufrimiento, pero su Luna no estaba allí, esta vez su luna no estaba para iluminar su tan desesperante soledad.
Llevaba más de diez minutos en aquel lugar, esperando tal vez un milagro, o esperando el desarrollo de una horrible tragedia. Él estaba inmóvil sobre el balcón del décimo sexto piso de su departamento, el departamento que había sido de ambos en aquellos momentos de felicidad, en aquellos momentos del pasado.
Un gran dolor estaba situado en su corazón, dolía tanto, se sentía tan vacío y roto, tal como una delicada copa de cristal, la cual había sido arrojada con fuerza a la superficie, rompiéndose así en miles de pedazos, quedando totalmente inservible para usarlo una segunda vez.
Así sentía su corazón, totalmente inútil si ella no estaba a su lado para acompañarle, cuidarle, y amarle hasta el fin de los tiempos. Pero ella se había ido, o mejor dicho, "se la habían arrebatado." Un imbécil le había arrebatado su vida, la vida de su preciosa chica, la vida de su único y verdadero amor.
Él sólo quería terminar con su dolor, abrir sus brazos y volar en la inmensa oscuridad, volar y ser por fin libre de ese dolor que lo apresaba. Aun con lágrimas sobre sus mejillas, observó la ciudad por una última vez y extendió sus brazos, como un pájaro lo haces con sus alas antes de emprender el viaje. Y cuando estaba a punto de saltar hacia el vacío, la escuchó.
-¡No lo hagas! Po...por favor no lo hagas, no me lo perdonaría nunca.
Él chico un tanto asustado logró observar aquella figura luminosa y blanquecina de dónde provenía esa ya tan conocida voz. Sorpresa fue la que se llevó al notar que era su amada. ¿A caso era real? ¿O simplemente su imaginación le estaba jugando una muy mala pasada? Debía admitir que había bebido un poco para encontrar valor para saltar, pero no estaba tan ebrio como para llegar a ver un fantasma igual que su novia.
-Esto no es real -susurró. -Los fantasmas no existen... ¡ELLA ESTA MUERTA, MALDDITA SEA!
-Cariño... si soy yo... por favor no saltes, no lo hagas... esa no es la solución, sabes que no lo es.
La muchacha, quién flotaba a su lado, no dejaba de mirarlo con una gran tristeza, lamentaba tanto o más el accidente que él mismo.
-Tú no eres ella... -soltó con rudeza.
Sus palabras habían sido tan secas y dolorosas, que en la joven provoco una gran disminución de su brillo espectral, la había herido, pero él no parecía notarlo.
-Si lo soy... sé que nunca creíste en esto... pero por favor hazme caso, vuelve a la cama y despierta de este mal sueño.
Finalizó de una forma suave, a la vez que acariciaba fríamente el rostro del muchacho. ¿Qué más se le podía pedir? Los fantasmas no eran seres de temperaturas cálidas.
Al sentir el tacto de la muchacha fantasma, el joven volvió a hacer contacto con ella, después de todo, aquella caricia la había sentido igual que cuando ella le acariciaba para tranquilizarlo y dormirlo cuando estaba viva.
-Si eres realmente tú... por favor no te vayas esta noche y ayúdame a despertar de este terrible sufrimiento.
La joven asintió con una sonrisa en sus labios. Con aquellas palabras ella había vuelto a brillar con la misma intensidad que cuando había aparecido hace tan solo unos minutos atrás.
El chico con un gran cuidado logró bajar de aquel balcón, cerró la ventana y las cortinas con extrema lentitud, encendió la luz de su habitación y se acostó en la gran cama que ellos dos compartían.
-Es mejor que apagues la luz... prometo no irme, siempre he estado y estaré junto a ti.
Susurró ella con calma, el joven asintió y apago la luz, dejando toda la habitación en penumbras, salvo por la chica, quién brillaba con más intensidad. Él volvió a la cama, ésta vez se tapó hasta el cuello y cerro involuntariamente los ojos al sentir otra vez sus suaves, pero frías caricias. El sueño lo fue invadiendo, siendo estas las últimas palabras que escuchó salir de la boca de la chica:
-Por favor amor, por favor despierta...
Un fuerte tirón en su cuerpo hizo que se despertara de golpe, había un gran foco sobre su cabeza, el cual iluminaba tanto que le impedía ver el lugar en el cual estaba. Comenzó a parpadear más a prisa, hasta que sus ojos se adaptaron a la molestosa luz y pudo por fin ver donde estaba. Cuatro paredes blancas le dieron la bienvenida, ¿estaba en un hospital? Siguió observando, estaba acostado en una camilla y algunos aparatos estaban conectados a su cuerpo, uno de ellos le medía las pulsaciones entre otras cosas. Observó su brazo derecho y allí vio conectada una vía que le pasaba un suero. Miro sus piernas y noto que no había yesos, ni artefactos metálicos en ellas ¿entonces no había saltado del edificio?
No lo había hecho porque ell...
El sonido de la puerta al abrirse y un gritó lo interrumpió y también sorprendió por completo, llevo sus ojos rápidamente a la persona dueña del sonido y se detuvo en ella todavía más asombrado.
Allí estaba ella, con los ojos cubiertos de lágrimas y con la sonrisa más linda del mundo en esos labios que él tanto amaba.
Ella estaba viva y ahora él también lo estaba.
Fin
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Volaré
Short Story"Él sólo buscaba terminar con su dolor. Él necesitaba algo más que atención. Él logro encontrar la solución. Él como un libre pájaro finalmente voló. " Nubes grises asoman por mi ventana anunciando la tan esperada lluvia. Pequeñas gotas caen una a...