Hermandad y deseos

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Sol, bendito astro del cual podían gozar sólo contables planetas en la galaxia, brillante, único e incluso devastador. Tanto como quisieras considerarlo. Y para él, en ese instante, era una total maldición de la cual preferiría deshacerse de una vez por todas, y no era por su condición, no, más bien era la imagen frente a sus ojos y, la cual, le llenaba de fuego el corazón.

-¿Seguro? -Preguntó por quinceava vez ella cerca de su lado-. Si te sigues sintiendo mal podemos esperar. Por suerte Asha logró encontrar algo que nos servirá, trabajó toda la noche pero de verdad nos hará...

-No, descuida -la sonrisa del humano le desquiciaba de manera exorbitante-. Estoy bien Gretel, no es necesario esperar -aquel chico alzó su vista hasta llegar a sus ojos y ambos las mantuvieron conectadas por un rato, eso hasta que el humano decidió girarse de nueva cuenta a la chica que parecía atenderle como si le debiese algo-. No creo que debamos esperar, las brujas quizá regresen y...

-No te preocupes por eso -rio y él ya no pudo aguantar más. Odiaba verla de esa manera con aquel desquiciado humano-. Hanzel y yo podemos contra quien sea, ¿cierto?

No quería mirarla, no después de ver como en toda la maldita mañana no se le separaba al humano quien se recuperaba favorablemente, pero no tuvo más opción que asentir y mirarla con aquella dulce sonrisa y sus ojos brillantes, cual zafiro perlado en la montaña de los mil copos.

-Hanzel y yo somos los mejores en esto -de pronto se colgó de su brazo haciéndolo sentir su calor, otra de las cosas que le fascinaban de ella-. Nada ni nadie puede contra nosotros.

-Eso es verdad -se animó finalmente a hablar mientras colaba sus manos por aquella delineada cintura y apegaba el cuerpo de su hermana por completo al suyo-. Somos los mejores.

-¿Y, si no indiscreto preguntar, por qué reúnen los dulces? -La curiosidad de aquel humano era imparable-. ¿A cuántas brujas piensan asesinar? ¿Cuántas llevan ya en ese saco?

-Deben ser mil, pero no llevamos la cuenta -su hermana se oía orgullosa de poder contar todo lo relacionado a ellos, era como verla dándole la bienvenida en una especie de sociedad o grupo del cual estaba orgullosa-. Pero ya que el saco tiene capacidad para mil de esos dulces, sabremos cuando lleguemos a ese número.

-¿No llevan una cuenta?

-No -tan obvio era que los dos gemelos contestaron a la vez.

-¿Y cómo sabrán cuando se cumpla el número?

-Lo sabremos -volvieron a contestar a la par, causando risas en ambos.

-¿Están todos listos? -Asha, la última en salir de la casa y la única que tenía un rostro por demás cansado fue quien habló llamando su atención.

-¿Tú estás lista? -Con solo hablar de ese modo tan sarcástico el codo de Gretel se situó en sus costillas haciéndolo retorcerse de a poco.

-¿No prefieres que lo haga yo?

-No, estoy bien, descuida Gretel.

¿Su hermana se preocupaba demasiado por todos o todos estaban bien y no podían más que darle la misma respuesta?

-Bien, les explicaré como estará todo -la bruja ante ellos colocó frente a sus ojos una botella y un par de pedazos de papel con formas singulares grabadas encima, cuando los objetos comenzaron a flotar y Asha hizo que todos tuvieran en frente uno de los trozo de papel fue cuando prosiguió-. Estos son tatuajes de protección, los he realizado juntando más de cuatro hechizos diferentes y nos mantendrán inmunes ante muchas cosas.

Después de los Dulces 「Yaoi/Gay」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora