Capítulo 4 - Petición.

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Ya había pasado una semana después de la cita con Kristel, en todo ese tiempo no me atreví a preguntar lo que le ocurrió ese día, pero aunque me interesaba saberlo, no era la única de mis preocupaciones, ahora me ocupaba otra situación.

Me encontraba camino a la oficina de maestros por haber golpeado a unos chicos que hablaron mal de Rin a sus espaldas, era la tercera ocasión en lo que iba del año. Por supuesto, este tipo de situaciones se los ocultaba porque no le gustaba que peleara por ella. En el trayecto me crucé con Amber, parecía que había algo raro, miraba su celular con una cara de preocupación, tal vez esa era la señal que me lo indicaba pero de nuevo pensaba que no debía intervenir, no era mi asunto. De cualquier manera me acerque, le comenté que la notaba algo rara y cuando le cuestione si le sucedía algo, ella soltó la respuesta que imaginaba, <<nada>>. Esa respuesta la seguí escuchado un par de veces más.

Estaba interesado en saber que le ocurría, de pronto tuvo un cambio de ánimo. Entusiasmada, me miró. Cada vez entendía menos.

– ¡Tú puedes ayudarme! Necesito que me hagas un enorme favor... Sal con Kristel.

– ¿Eh? No entiendo... ¿Qué salga con Kristel?

– Sí.

No me creía lo que me acababa de decir. De alguna manera esperaba que fuera una broma pero en su mirada había determinación.

– No puedo hacerlo, si lo hago yo no... y tu.

– ¿Eh?

¡Demonios! Soy un imbécil, ¿qué estaba intentando decir? ¿en qué estaba pensando en voz alta? ¿Pensaba en conseguir una oportunidad con Amber? Y ¿Desde cuando quiero eso? Creo que las constantes insistencias de Rinda porque consiga novia me llevaron a pensar más en Amber.

– ¿Hablas en serio?

– Sí, más que nunca. A decir verdad, estoy desesperada, no sé que hacer y eres la única persona a la que se lo puedo pedir.

Amber me contó lo que sucedía, al parecer Kristel tenia una relación tóxica con Sebastián, el hermano de Amber. Ellos fueron novios por un tiempo hasta que Sebastián la engañó, a pesar de eso, Kristel aún estaba enamorada de él y Sebastián se aprovechaba de ello para tener sus aventuras. Ahora comprendo como se sentía Amber, no podía escoger un bando; por un lado tenía a su amiga, a quien quería mucho y por otro lado tenía a su hermano, que por lo que me había dicho, es un buen hermano y lo ama mucho << aunque sea una basura como hombre >>. Antes de que me platicara la situación no podía aceptar hacerlo, pero después de saber lo que sucedía decidí ayudarla como lo había pedido. Odio a las personas como él, además, creí que sería una buena oportunidad para acercarme a Amber.

– Está bien, viendo la situación en la que te encuentras, creo que no puedo negarme. Te ayudaré, pero no prometo lograr nada, después de todo no soy bueno en esas cosas. – Aunque me duela admitirlo.

– ¡Muchas gracias! – Me agradeció mientras me abrazaba con una cara de felicidad y alivio – Te ayudaré en todo.

Conquistar a Kristel ¿eh? Ese era un reto grande, realmente no tenía ni la más mínima idea de como iba a conseguirlo, a pesar de estar en el mismo salón era difícil hablar con ella. ¿Cómo demonios la enamoraría?

Me había pasado toda la mañana pensando en cómo lograría acercarme más a Kristel, después de todo, creía que la cita que tuvimos salió mal. Después de clases, una vez en casa, le conté a Rin el embrollo en el que me encontraba.

– ¿Estas seguro de querer hacer eso?

– Tu lo dijiste, no puedo romper una promesa.

– ¿Entonces tu idea es ligar con Kristel para acercarte a Amber? ¿En verdad crees que eso te ayudará?

– Supongo... La verdad no estoy muy seguro, pero no sé que hacer. No pude decirle que no. Por favor, ayudame que solo sé como arruinarlo con las mujeres.

– Ya lo creo. – Rinda me miro no muy convencida y suspiro. – La verdad, no creo que esto te ayude. Amber ama a su amiga y si Kristel se enamora de ti entonces Amber no te hará caso porque eso significaría lastimar a su amiga. De cualquier forma, no puedo ayudarte.

– ¿Por qué?

– ¿ERES IMBÉCIL? – Rinda se levantó de la cama y caminó tres pasos hacia mi –- Suponiendo que en el caso remoto se llegue a enamorar de ti, tu intención no es tener una relación con ella porque la quieras. Al final terminarás lastimandola.

Agaché la mirada porque me sentía mal. Sabia que Rinda tenía razón, siempre la tiene.

– Recuerda que cada elección que hagas afectará en tu futuro, así como en los simuladores de citas. Solo espero que al final no te arrepientas. – Rinda suspiro de nuevo. – Eres una persona torpe. – se sentó junto a mi y me abrazó.

¿Y si fuera ella?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora