Guarras en acción

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Cuando nos terminamos los helados, un grupo de tres chicas rubias bastante operadas, se acercaron a la mesa y empezaron a tontear con David, y el chico no se cortó y también tonteaba con ellas, especialmente con una. La chica llegó y se presentó.
-Hola guapo, soy Valería.
Y le dio dos besos.
-Hola, yo David-le contestó el chico con una sonrisa de gilipollas.
La chica empezó a tontear con él y para colmo se acercó a mi y me dijo.
-Perdona guapa,pero dejame sentarme que tengo que estar a su lado -dijo la operada dirigiéndose a mi.
Y yo como no me callo nada le contesté.
-Lo siento cariño, pero antes de que te sientes y se te explota el culo operado, me quedo yo aquí- le contesté acompañado de un guiño de ojo.
La chica se enfadó y se acercó a mi y me tiró de la silla y para mi sorpresa David se reía de mi mientras que Maria se tiraba de los pelos con Valería acompañado de los gritos y risas de las dos chicas que la acompañaban.Al ver que yo me levanté,Maria dejó de pegarse con ella y yo me fui al baño del bar.
Maria vino detrás mía y se dio cuenta de que me había molestado el echo de que David se riera. David continuó tonteando con ellas y yo me fui a casa.
En el camino a casa me encontré con dos chicas, la verdad eran bastante guapas. Se acercaron a mi y al ver que estaba un poco desorientada...
-¿Te has perdido?-preguntó la más alta de las dos, a lo que yo contesté.
-Sí, no sé llegar a mi casa-y comencé a reírme a lo que se unieron las dos chicas.
La chica que no había hablado se presentó:
-Bueno yo soy Lucía y tengo 15 años y ella es mi mejor amiga Sandra y también tiene 15.
Al ver que me sonreían decidí presentarme:
-Yo soy Ariana pero todos me llaman Ari y tengo la misma edad que vosotras y como sabréis,soy nueva me acabo de mudar con mi mejor amiga y su mellizo y todo esto lo acompañé de una sonrisa.
Estas dos chicas parecían bastante simpáticas y decidimos sentarnos en un banco que estana poco alejado de donde nos encontrábamos y empezamos a hablar. Yo les conté el porque de estar ahí sola y ellas otras cosas bastante interesantes sobre sus vidas, por ejemplo que Sandra tenía dos hermanos, uno de tres años y el otro un año más que nosotras y por lo que decía Lucía debía ser guapo. Lucía me contó que a ella se le murió el padre con tan sólo dos años y pensé en contarles mi historia pero decidí dejarlo para más adelante.
Al cabo de un rato,se nos hizo bastante tarde y decidí despedirme para que la madre de Maria, Eva, no se preocupara, pero antes de eso nos intercambiamos los números de teléfono y comencé a andar hacia donde me habían dicho.
Cuando llegué a casa le conté a Maria todo lo que me había pasado mientras que David intentaba hablarme, a lo que yo ignoraba.
Eran las diez de la noche cuando terminamos de cenar y subimos a las habitaciones y me llegó un whatsapp de un grupo que se llamaba: Sevillanas.
Luucilu💜: Chiicas ¿quedamos mañana?
Sandruuchii😇: Perfecto.
Yo: Veniros a mi piscina y así conocéis a Maria y a David.
Luucilu💜: Biieenn.
Sandruuchii😇: Geniiaal.
Y así acabó la conversación. Después de esto Maria vino a mi habitación y le conté que mañana vendrían y le pareció estupendo.
Al cabo de un rato de tener una conversación de hermanas con Maria, decidí tocar la guitarra y entré en la habitación de ésta.
Cogí la guitarra y a su vez comencé a cantar. La canción que más cantó por el echo de que me trae bastantes recuerdos de mi infancia es de Melendi, Cuestión de prioridades. Me la cantaba mi madre y para sentirla más cerca ahora la canto yo.
Yo seguía tocando y de repente escuché otra voz que me acompañaba, me di la vuelta y era él. Era David, estaba tan guapo con su pijama de rayas rojo y con su sonrisa tan deslumbrante que me quedé embobada mirándole. Al verme embobada comenzó a reírse y me dijo:
-¿Recuerdas esos momentos en los que éramos pequeños y cantábamos en tu casa? A veces recuerdo cuando estábamos juntos y lo bien que estábamos, pero por circunstancias lo dejamos y aquí estamos.
Y se le escapó una pequeña lágrima acompañada de una pequeña sonrisa.
-Claro que lo recuerdo, pero ahora mismo no me veo preparada para volver a tener una relación.
Y al decir eso comencé a llorar, ya que recordé a mis padres y los momentos con él.
Al verme destrozada,David se acercó a mí y me dio otro de sus calurosos abrazos. Después de envolverme en sus brazos y permanecer así un rato decidí que era hora irnos a dormir. Una vez en la cama, empecé a pensar en lo que acababa de pasar y me quedé dormida.

La Confianza Podría Destruirnos (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora