Nos separamos y yo seguía culpándome por todo lo que pasó, como llevaba haciendo todos estos años. Elena estaba así por mi culpa y si moría nunca,nunca,nunca me lo perdonaría.
Dani y Jesús no sabían como reaccionar, sin embargo maria ya sabía toda la historia. Me repetían varias veces que no había sido mi culpa, sino de nadie, salió así y listo, pero no bastaba para consolarme.
Jesús propuso ir a tomar algo a un bar cercano, para olvidarnos un poco de todo y no permanecer toda la tarde en casa. Fuimos a la cafetería de los padres de Lucía que nos recibieron con una gran sonrisa. Nos sentamos y pedimos cuatro cafés, pero se formó un gran e incómodo silencio del que nadie sabía cómo salir. Entonces Jesús fue el primero en romperlo.
-Tengo una duda, ¿cómo es que habéis decido mudaros juntas y no cada una con su familia?.
Y la verdad que era una buena pregunta, me habían demostrado bastante en una tarde así que no dudé en contarlo.
-Mis padres están separados y bueno... mi padre vive en Barcelona y mi madre en Bilbao pero ella tiene problemas...-No sabía como explicarlo así que Maria decidió intervenir.
-Quiere decir que su madre va al psicólogo, tiene un problema en la cabeza y le quitaron a su hija, y como mi madre y la suya se conocían de siempre su madre no dudó en decirnos si podía vivir con nosotros. Y bueno hemos acabado aquí porque a mi padre le han trasladado en el trabajo.
Se quedaron atónitos, tantos secretos en tan poco tiempo no era normal.
Entonces de repente, volví a verlo. Pero no en una pesadilla, estaba ahí delante de mí. Empecé a marearme, cada vez se acercaba más, no sabía que hacer.
-¡Ari,Ari,Ari!-gritaba constantemente Maria.
Y empecé a ver todo negro.NARRA MARIA
Empecé a ver que mi hermana se ponía nerviosa, se mareaba y no me contestaba y ni sabía el por qué. Y de repente¡PUM! Se cayó. Dani sacó su móvil y llamó a la ambulancia que no tardó en llegar y después de varios gritos aceptaron llevarnos a los tres al hospital.
Pasaban las horas y Ari no despertaba y ni los médicos sabían el por qué de su desmayo. Al poco rato, nos quedamos dormidos, Dani y Jesús en un sofá y yo al lado de ella.
Se hizo de día y entró un médico a la habitación.
-Tenemos que hacerle unas pruebas, no sabemos que le ha pasado y puede ser grave.
Dicho esto, cogieron su camilla y se la llevaron. No sabía que hacer y saqué el móvil, pero preferí no llamar a mis padres que se habían ido a Bilbao a por el resto de cosas y se iban a preocupar demasiado. Media hora después, Dani despertó.
-¿Y Ari? ¿dónde está? -Y empezó a alterarse tanto que despertó a su hermano.
-Pero que haces retrasado, estaba dormido.-y le echó una mirada asesina.
Al ver esa escena comencé a reírme y les expliqué que se la habían llevado para hacerle unas pruebas.
El médico volvió y nos dijo que había sido un síntoma de una pesadilla en la realidad, entonces yo sabía de qué se trataba, otra vez él, su exnovio, el que le arruinó la vida, mejor dicho la de sus padres.
Los gemelos no tenían ni idea y decidieron no preguntar.
En ese momento empezó a sonar el móvil de Ari y me acerqué a la pantalla y pude leer: Elena,mi vida💘 no sabía si coger o no, igual se enfadaba así que no lo cogí. A los pocos minutos volvió Ari y estaba despierta, que alivio.
-¡Estás bien!-y corrimos a abrazarla.
-Acaba de sonar tu móvil y era Elena...
-¿Y qué ha dicho?-preguntó.
-No hemos cogido, pensábamos que te ibas a enfadar...
-No seáis tontos, no pasaba nada. Pasame el móvil que la llamó -le dijo a Jesús.NARRA ARI
Un pitido, y otro, y otro... se ne hacían interminables, hasta que oí su voz.
-Ari, tengo que contártelo, me han dicho los médicos que el tumor se ha exparcido más rápido de lo previsto por mi cuerpo y que... -y comenzó a llorar.-y bueno que, no me dan mucho de vida.
Y ahí lo tenía, escuché lo que nunca quería escuchar, mi mejor amiga, iba a morir y para colmo, por mi culpa.
No sabía que contestarle, ¿qué le decía? No me lo creía.
-Yo... yo... no sé qué decir..-y comencé a llorar como nunca antes lo había hecho.
-Ari, tranquila, sé que te vas a culpar toda la vida pero no ha sido por ti. Puede que no volvamos a vernos, que será lo más seguro pero... recuerda que te quiero y que siempre siempre siempre, voy a estar contigo, te quiero.-y dicho todo eso colgó. No me lo creía,no iba a volver a escucharle hablar nunca...
-Ari, estás completamente curada, lo único que harás será reposar en cuanto te marees, ahora recoge tus cosas, puedes irte.
Salimos del hospital, nadie había dicho nada en todo el tiempo que había transcurrido después de la llamada así que yo misma fui la que habló.
-Chicos, voy a ir a Bilbao.
Los tres se quedaron mirándome.
-¿Cómo?, Mis padres no te dejarán.
-Les diré que viene mi padre, ya que hace mucho tiempo que no le veo colará.
Entonces fue Dani el que intervino.
-Y si... ¿y si te pasa algo?, De aquí a Bilbao hay bastante camino y para ir tú sola...
-No va a ir sola, tú y yo vamos a ir con ella.-dijo Jesús dirigiéndose a su hermano.
-No hace falta de verdad,sé cuidarme sola.-dije en un tono un poco molesta.
Seguimos andando y llegamos a nuestro parque en el que estaban Sandra y Lucía y bueno que raro, David...
Las chicas ya sabían todo, ya que Maria se lo había contado y no dudaron en venir corriendo.
-Ari.. lo sentimos muchísimo -dijo Sandra y me dio un gran abrazo.
Lucía sin embargo,no me dijo nada por no hablar de David, que no paraba de ir detrás de su culo.
Nos sentamos en un banco y le conté a Sandra que me iba a Bilbao. Entonces David por primera vez en toda la mañana articuló palabra.
-¿A Bilbao? ¿a qué?, ¿a ver a tu amiga esa del bulto en la chota?- y empezó a reírse a lo que se unió Lucía.
¿Qué les pasaba conmigo? No entendía nada, pero decidí pasar, algo que Maria no hizo. Primero de dirigió a Lucía.
-Tú, primero le quitas a una de las personas más importantes en la vida de mi hermana, y ahora ¿te ríes de ella?, Si le tienes envidia no es nuestro problema pero vete con tu risa de retrasada a otra parte, imbécil -susurró entre dientes. Pero como era de esperar,David no dudó en contestar.
-A mi novia no la llama retrasada nadie-y parece que se quedó sin argumentos ya que o bien se dio cuenta del daño que le había causado tanto a Ari como a su melliza o porque no siente nada por Lucía y sólo la quiere para tener a alguien con quien liarse.
Dicho eso, Lucía se marchó a su casa sin decir ni una palabra
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La Confianza Podría Destruirnos (Gemeliers)
RomanceEra una tarde cálida cuando Ari y sus amigos paseaban por las bonitas y amplias calles de Sevilla. Al llegar al parque, donde pasaban la mayoría de sus ajetreados días por no decir todos, Ari comenzó a alejarse debido a que había recibido una llamad...