Capítulo 4: Un segundo testigo

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-Vamos Gantai, no me jodas-me dije a mi mismo mientras esperaba a que ella cogiera el teléfono.

-¿Sí?¿Quién es?

-Soy yo, Sora. Escúchame Gantai, tengo que decirte algo

-Sora, si es por lo de ayer, ya te he dicho que lo sien...

-No, no es nada de eso. Acabo de recibir una llamada anónima.

-¿Ah, sí?¿De quién?

-Si es anónima no puedo saberlo, ¿eres tonta?

-Tampoco te me pongas así, eh

-No me he puesto 'así'. Al grano: pienso que el autor de dicha llamada puede ser Frek.

-¿Por qué Frek?

-No lo sé... Quizá esté algo obsesionado con este caso. Ya sabes qué me pasa cuando la gente mata sin motivo alguno.

-Sí...

-Me enerva.

-Bueno, no pienses en eso, en serio.

-Ya, bueno. Nos vemos en mi despacho.

-Vale. Hasta ahora.

-Adiós.

Al llegar a mi despacho, vi un papel encima de mi mesa. Supondría que los habría puesto Simon. Le eché un vistazo. Era una dirección. Tenía que ver con un testigo que vió lo que sucedió. En ese momento, entró Gantai.

-Hola de nuevo, Sora

-Justo a tiempo. Vente, cojamos el coche

-Pero...¿a dónde vamos?

-A ver a otro testigo.

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-Por fin llegamos-dije indicando el lugar de la residencia de nuestra posible ayuda con el caso.

-Es el 3ºG, ¿no?-preguntó Gantai

-Sí lo es.

Timbramos a su portal una vez salimos del coche.

-¿Diga?

-Disculpe, somos Sora y Gantai. Somos detectives. Queríamos hacerle unas preguntas.

-Oh, vosotros debeis de ser los menos formados del cuartil

-¿¡Qu-quién dijo eso?!

-Pues debió de ser vuestro jefe o algo

-"Simon, cabezón"-pensamos los dos a la vez.

Una vez entramos al piso, quedé impresionado. Era muy moderno, con figuras del arte de la época y cuadros tan vibrantes y llenos de color con los me quedé anonadado.

-¿Esto... Lo pagó usted todo?-pregunté

-Pues claro que sí. -me respondió Makoto, el propietario del piso

-¿y cómo se pudo permitir todo esto?-preguntó Gantai

-Hace un par de años, gané la Bonoloto y obtuve alrededor de 100 millones de yens.

-Caray... Sí que se nota.

-Lo sé. Lo único antiguo es mi habitación. Solo tiene una cama y una ventana, además de un espacio muy reducido.

-¿Desde esa ventana fue donde vió al asesino huir de la tienda?-volvio a preguntar Gantai

-No te apresures, Gantai-le dije- Bien, ¿nos podría decir qué vió exactamente el día del asesinato? Recuerde, sé lo más sincero posible

-Sincero... Está bien. Pues resulta que tengo una vecina que está muy buena y siempre la suelo espiar por las noches con mis microscopios cuando se cambia. Solo de pensar en ella...

-N-no sea tan detallista, por favor-le interrumpí.

-Ha dicho sinceridad, ¿no? Bueno, pues como iba diciendo: era un día cualquiera. Esta vez, se iba a meter en la ducha, cuando de repente, se oyó unos disparos. Al suceder esto, ella se asustó y cerró las persianas. ¡Qué desgracia la mía! Aún sigo muy frustrado por lo de ese día. No se lo perdonaré a ese psicópata.

-P-pero díganos que vió de él-le recriminé

-Oh sí, claro. Justo el momento que se encerró mi vecina, dirigí la mirada de donde provenía el sonido. Y vi como corría en dirección sur, tirando lo que parecía ser un arma. Del resto, no sé nada más.

-Solo una pregunta-dijo Gantai-¿el asesino llevaba dos armas por casualidad?

-Es cierto-respondió Makoto-antes de tirar lo que parecía ser una pistola, se guardó otra más en su bandolera y salió corriendo.

-"Es decir, la teoría de las dos armas es cierta"-pensé-Bueno, muchas gracias por su atención, de verdad.

-No hay problema-dijo Makoto.- Por cierto, a ver si te pasas por aquí algún día y vemos a mi vecina. Pero espero que tu novia no se cele-me susurró mientras miraba a Gantai

-¡No es mi ...! -exclamé

-Oh, ya veo. Haceis buena pareja, eh

- Supongo. Nos vamos. Gracias una vez más.

-No me las des. Hasta más ver.

Una vez salimos del piso, me quedé mirando a la nada.

-Hey, Gantai-dije

-Dime, Sora

-¿Te apetece ir a por unos dangos para comer?

Reino de los corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora