Capítulo 5: Sobrecarga de sentimientos

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-Dos tazas de té, por favor.

Mientras esperábamos a que la camarera nos trajera lo que pedimos, decidí preguntarle a Gantai acerca de su vida en general.

-Oye, ¿tienes hermanos o hermanas?

-Sí. Tengo uno más pequeño que yo. Se llama Wolf. Vive con mi madre y está a punto de terminar sus estudios. Quiere ser medico.

-¡Eso es fantástico!

-Si, ya, bueno. El problema es que no podemos permitirnos pagarle la carrera.

-¿Y eso?

-Mi padre trabaja de mariscador y está la mayor parte del año fuera, cobrando una miseria. Y mi madre es ama de casa, por lo que nuestra situación económica no es la mejor.

-¿Y no habeis pensado en conseguirle una beca?

-De hecho, sí. Pero tenemos nuestras dudas con dejarle ir

-¿Y por qué no? Es su futuro. Vosotros no podeis mandar sobre él.

-Mis padres son super protectores. Creo que a lo largo de los años, he adquirido su ...

De repente, una figura se acercó a nosotros, especialmente hacia Gantai.

-¿Ryu?¿Eres tú?-preguntó ella

-Es increíbe que aún me reconozcas. He cambiado mucho, ¿sabes?

Justo en ese momento, se levanta y le va a dar un abrazo.

-¿Qué es de ti, Gantai?

-Bueno... Ahora soy detective.

-¿En serio? ¡Que guay!

-¿Y tú a qué andas, Ryu?

-Pues soy el director del departamento de innovaciones tecnológicas de Nanosoft.

-Joder, eso es genial. Oh, por cierto, este es Sora. Es uno de mis acompañantes.

Me estrecha la mano, pero yo no se la ofrezco.

-Menudos modales tiene tu amigo.

-Yo al menos no interrumpo conversaciones ajenas.

-Oh, venga, hace miles de años que no la veo, ¿qué mas te da?

-Eso no te dá derecho a interrumpir. Después soy yo el que no tiene modales.

-Sora, por favor, basta ya. Es mi amigo de la infancia. ¿Por qué no maduras y dejas de montar escenas?-dijo Gantai.

Me cayé y no comenté nada durante su conversación con Ryu.

-Oh, sí, ¿me das tu número? Es solo para agregarte y hablarte de vez en cuando

-Vale, no hay problema-le respondió Gantai con una sonrisa.

-Bueno, entonces nos vemos. Estoy muy ocupado con los planos de un nuevo teléfono inteligente que va a salir en breves. Todo gracias a mi.

-Me harás descuento, eh.

-A ti si quieres te lo doy gratis. Hasta luego.

Nada más salir por la puerta, fue cuando me levanté, pagué mi té junto con el de ella y me fui. Quería pillar a ese chulo informático para decirle un par de cosillas. Justo cuando me estoy acercando a él, alguien me agarra del brazo. Es Gantai.

-Sora, para. Sé lo que ibas a hacer. Sé lo que quieres hacer. No quieres que me junte con nadie porque piensas que yo solo soy tuya. No es así la situación. Creí que te había quedado claro la última vez. No me gustas y nunca me gustarás. Déjame vivir mi vida. Deja de manipularla a tu gusto.

Hubo un silencio entre los dos durante un breve periodo de tiempo.

-Hasta otra ocasión, Sora. Hoy vuelves solo a casa.

Mientras veía como Gantai corría desesperadamente a por su amigo, yo cogí las llaves de mi coche, me metí dentro y encendí la radio. Mi canción favorita estaba sonando.

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Al día siguiente, nada más despertarme de mi duro sofá, recibí 5 llamadas perdidas, todas de Gantai. Decidí llamarla yo. Pero no respondía. Hoy es mi día libre, asi que opté por comprar algo de cenar en la tienda de abajo. Pero no los típicos fideos que siempre solía comprar para comer, sino carne, verduras, especias... Quería disculparme con Gantai por mi comportamiento inapropiado de ayer. Nada más salir de allí, me encontré con ella... Y adivinad quién apareció a su lado.

-Buenos y felices días-me dijo Ryu todo contento, pasando de mi de largo.

Me frené en seco durante 3 segundos, me di la vuelta y en ese momento, vi a Gantai besándose con él. En ese momento, mi vida ya no tenía sentido alguno. Me fui para mi piso corriendo. Lancé las bolsas de la compra al suelo a la vez que gritaba y me volvía a tumbar en el deshecho sofá.

-¿Por qué? ¿Por qué? ¿Dónde está mi corazón?-me repetía constántemente entre lágrimas.

Era casi la hora de la cena y no había comido nada en todo el día. Me levanté solo a comer el pan de hoy. Me volví a acostar, aislándome de todo lo que me rodeaba.

Serían sobre las 12, cuando de repente, una explosión se escuchó cerca de dónde ya vivía. Salí despedido del sofá en busca del origen. Esta vez, era en el puticlub de al lado. Cogí mis prismáticos que tenía encima del estante al lado de la tele. Vi a alguien, parado en frente de la puerta del local con un AK-47 en la mano derecha y con una bandolera con una pistola en el lado izquierdo. Efectivamente, era Frek.

Reino de los corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora