...Y Un Pequeño Problema

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--- ¿Paul?--- dije un tanto consternado al no saber si lo que veía era real.

---... ¿John?--- dijo mientras volteaba a verme asustado. Su cuerpo temblaba y sus ojos inspeccionaban todo con suma delicadeza. Me sentí mal por verlo ahí, él no lo merecía.

Sobre todo, podría haber perdido la oportunidad de que tuviera confianza en mí. Traté de hablar, pero las palabras adecuadas no acudían a mis labios.

---John, ¿qué haces aquí?--- se paró de su lugar y se acercó lentamente a mí--- ¡Oh por dios! ¿Acaso tú mandaste que me...?

--- ¡No! Paul, claro que no, pero mi papá sí. En serio lo siento pero, tal vez pueda ayudarte. Solo si me dejaras...

El pelinegro asintió con la cabeza. Lo saqué de ese cuarto y lo llevé a la estancia principal, que era donde yo trabajaba. Incluso aunque Paul estuviera asustado, no se mostraba un poco agradecido. Bueno, si alguien me encerrara a la fuerza, tampoco es como que diera las gracias a todos, ¿no?

Cada vez que podía, lo miraba sin que él lo notara. Era un deleite a la vista; sus ojos, de un color marrón claro con destellos de verde, parecían camuflarse entre las luces amarillentas del lugar.

--- ¿Puedo preguntarte algo?--- me dijo Paul mientras me volteaba a ver y exigía que yo también lo observara.

---Claro--- continué--- ¿Qué pasa?

--- ¿Cuál es exactamente tu plan?

---Yo... es un tanto complicado. Las puertas que vez allá por el fondo, son de cuartos donde las personas, bueno, tú sabes ¿no?

Paul asintió un tanto confundido.

---Bueno, mi plan es meterte ahí antes de que mi padre pueda verte, y posteriormente yo también meterme.

El chico me miró de una manera totalmente confundida, y a la vez desconcertada. Después de repasar mentalmente lo que yo acababa de decir, aclaré un poco las cosas.

---Perdón, o sea, no me refiero a que voy a hacer el amor contigo--- dije mientras esquivaba su mirada en un intento de esconder lo incómodo que me había puesto el tema--- Me refería a que iba a decirle a mi padre que estaba con una mujer y que saldríamos hasta en la mañana, pues él nunca viene a esa hora, ¿te parece bien?

---De acuerdo John.

Caminamos hasta llegar a una puerta que estaba abierta, no había nadie adentro, entonces le di un pequeño empujoncito a Paul para que se metiera rápidamente. Me proponía a igualar sus actos cuando mi padre pasó por ahí:

---Lennon, ¿qué haces por acá? Tienes que estar atendiendo allá

---Lo sé, perdón. Pero encontré a esta chica y quería pasar la noche con ella. Por favor, padre--- dije suplicándole y esperando que no se le ocurriera abrir la puerta. Se armaría un lío tan grande que era mejor ni pensarlo. Después de los segundos que me parecieron décadas, mi padre accedió con la condición que todos los días trabajara dos horas más de lo normal.

Entré al cuarto y vi a Paul sentado en el borde de la cama, cuando oyó el ruido de la puerta, levantó la vista y prosiguió a sonreírme. Le devolví el gesto y cerré la puerta con llave.

Me senté junto a Paul y le expliqué la situación; por qué estaba aquí, lo que hacía mi padre y todo lo relacionado con eso.

Después de eso, los dos nos quedamos en silencio por un muy buen tiempo. La habitación estaba pintada de un rojo brillante y la lámpara que colgaba del techo proporcionaba una cálida luz que inundaba por completo la habitación. La cama también era cómoda, aunque aún trataba de evadir con la mirada las esposas que colgaba de la cabecera de la cama.

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