Love Me Like You Do[Neal & Tú]

32. Mi Culpa

Neal seguía sin saber nada de ___ desde que salió de aquella sala de emergencias, bueno más bien desde que lo sacaron en cuanto el corazón de ella se detuvo por completo, él estaba angustiado, nervioso, sus manos temblaban, necesitaba calmarse, pero cada vez que lo intentaba la imagen de ella, recostada sobre esa camilla, aparecía en su mente, haciendo que su calma desapareciera por completo.

–¡Neal! – escucho el grito proveniente de Elizabeth, quien iba entrando a la sala de espera, junto con Peter –¿Qué ocurrió? – le pregunto.

–____ tuvo un accidente, fui a buscarla a la sala de emergencia y cuando la encontré, su corazón dejo de latir– las lágrimas comenzaron a salir –Todo esto es mi culpa–

–No Neal, no lo es– respondió Peter –Tu no sabías que esto pasaría, no podías hacer nada–

–¡Claro que podía! – dijo el un poco desesperado –Pude haberla aceptado, todo este drama lo pude haber evitado si tan solo le hubiera dicho que nada de lo que fue me importaba, que incluso yo fui peor que ella, hice cosas de las cuales no estoy muy orgulloso, pero que ahora nada de eso importaba, mientras nos tuviéramos el uno al otro– dijo esto ocultando su rostro entre sus manos –Menudo idiota que soy– susurro.

–¿Familiares de la señorita Kepler? – dijo una señora de alrededor de unos cuarenta años, detrás de ellos, llamando su atención de todos los presentes.

–Sí, somos nosotros– se apresuró a decir Peter, un poco angustiado por el estado de la joven y nervioso por saber que le dirían –¿Cómo esta doctora? –

Ella soltó un suspiro cansado. –Por suerte logramos reanimar su corazón, ahorita ella se encuentra estable, tan solo tiene un par de moretones por la caída, pero no podremos saber más sobre su condición hasta que despierte y hagamos los análisis pertinentes– les dedico una cálida sonrisa.

–¿Podemos pasar a verla? – ahora pregunto Eli, sintiéndose un poco aliviada al saber que ___ estaba viva.

La doctora asintió. –Aunque está dormida, producto de los medicamentos que le suministramos– respondió ella –Síganme por favor– pidió amablemente.

Y así fue como Peter, Elizabeth y Neal siguieron a la enfermera hacia la habitación de la chica, que se encontraba plácidamente dormida sobre la cama. Al entrar a Neal se le formo un nudo en la garganta, jamás se imaginó que la vería en estas condiciones, cosa que hizo que su culpa creciera aún más.

–Como pueden ver– comenzó a hablar la enfermera –Ella se encuentra profundamente dormida, y puede que despierte hasta mañana, y para entonces, será cuando comenzaremos con los estudios pertinentes, para saber si hay alguna lesión interna a causa del accidente–

–¿Puedo quedarme? – le pregunto Neal a la enfermera, de una manera tan destrozada, que ella termino accediendo por tan solo ver el estado en que Neal se encontraba.

Peter y Elizabeth decidieron que era mejor dejar a Neal a solas con ella, y así fue, él entro a la habitación, arrastro una silla justo al lado de la cama de ella y allí se sentó, contemplándola dormir, escuchando su suave respiración, él tomo una de las manos de la chica, sintiendo así su fría piel contra la de él.

–Hola ____– comenzó a decir Neal, sabiendo que tal vez no podía escucharlo, pero sin importarle eso, creyó que sería una buena idea decirle esto –No sabes cómo me duele verte en estas condiciones y más, teniendo en cuenta que tal vez el cincuenta por ciento de culpa es mía– y fue en ese instante cuando un par de lágrimas comenzaron a salir –No quiero perderte ___, no a ti... tú me has hecho volver a creer de nuevo en el amor, gracias a ti me volví a enamorar, volví a sentirme vivo y feliz... desde que llegaste a mi vida soy alguien más, alguien nuevo y créeme, me encanta, contigo no tengo que fingir que soy alguien más, cada minuto a tu lado es genial, tu entraste a mi vida cuando me moría y ahora no sabría que hacer sin ti– hizo una pausa, para recuperarse y pasar una mano por su cabello –Sé que fui un idiota al no haberte dicho esto antes, al no haberte dejado explicarme tus motivos por los cuales yo no sabía de tu anterior vida, pero eso ya no importa ___, te amo tal y como eres y ese sentimiento no podrá apagarlo nada ni nadie– hizo una pausa –Te prometo que en cuanto despiertes, haré todo lo posible para que me perdones– le dijo esto último depositando un dulce beso en su mano.

A la mañana siguiente, Neal despertó justo al lado de la chica, no se había movido de su lugar en toda la noche, una pequeña sonrisa apareció en su rostro al ver a su chica, aunque esta estuviese aun con los ojos cerrados.

–Buenos días hermosa– dijo Neal depositando un delicado beso en su frente –Espero y despiertes pronto–

Y como si se lo hubiese pedido, ____ comenzó a balbucear cosas, haciendo que Neal se alegrara y saliera rápidamente en busca de la doctora, quien no dejo entrar de nuevo a Neal en la habitación hasta que lo hicieran los análisis previos.

Mientras tanto él se paseaba de un lugar a otro por toda la sala de espera, esperando información sobre el estado de su novia, cuando vio entrar a Mozzie, con un pequeño pero lindo ramo de rosas, ambos cruzaron miradas, pero Mozzie desvió la suya, para tomar asiento en la primer silla vacía que miro, justo del otro lado de donde Neal se encontraba. Pasaron minutos y ambos seguían sin dirigirse la palabra, hasta que Neal decidió tragarse su orgullo y sentarse justo al lado de su mejor amigo.

–Lindas flores– fue lo primero que le dijo, y lo único que se le ocurrió decirle en esos momentos –

–Lo sé– respondió Mozzie sin quitarle la mirada al ramo –Son sus favoritas–

Neal soltó un pequeño suspiro. – Lo lamento ¿Si? – lo miro –Lamento haberme enojado contigo, lamento haberte hablado mal, sé que ___ es muy importante para ti y que sólo la estabas protegiendo, así como lo has hecho conmigo todo este tiempo–

Mozzie subía y bajaba su cabeza, con una pequeña sonrisa en su rostro. –Jamás podría molestarme contigo Neal, no después de todo lo que hemos pasado– giro a ver a Neal y le dedico una sonrisa –Solo espero y ___ este bien– le dijo este.

–Yo también– respondió Neal.

–¿Y dónde está el trajeado? Creí que estaría aquí– pregunto Mozzie un poco divertido .

–No tarda en llegar, dijo que ordenaría todo en la oficina y que vendría al hospital junto con Eli–

De pronto se escuchó una pequeña alarma en el pasillo, Neal junto con Mozzie confundidos se levantaron de sus lugares para mirar que era lo que pasaba, varias enfermeras pasaron corriendo por el pasillo para después entrar en una habitación, pero no en cualquier habitación, sino en la de ____.

Neal rápidamente salió corriendo en dirección a la habitación, seguido por Mozzie, en cuanto llegaron Neal intentó entrar a la habitación o al menos, saber que era lo que pasaba.

–¿Qué ocurre? – pregunto Neal angustiado y nervioso.

–Su corazón se detuvo de nuevo– respondió la doctora – necesito que esperen afuera– y dijo esto, sacándolos de la habitación.

Mientras los doctores intentaban reanimar a ____, Neal y Mozzie venían todo por la ventana de la habitación, cada segundo que pasaba se volvía una tortura para ellos, y para los médicos que hacían todo lo posible porque ella despertara. Pasaron cinco mortales minutos, de los cuales ___ no daba señales de vida, la doctora, quién era la encargada de reanimarla, cesó todo esfuerzo posible.

La doctora soltó un suspiro. –No responde– hizo una pausa –¿Deberíamos hacerlo no? –

Una enfermera asintió. –Ya es hora, no hay nada más que se pueda hacer–

La doctora miro su reloj. –Esto es demasiado difícil... hora de muerte, 10:25 am–