Sábado 4 de Agosto; 9:30 de la mañana.
Suena el despertador. Otro día más ha pasado. Hoy tengo que recojer a la pequeña. Sus abuelos deben de estar hartos de mi pero no puedo hacer otra cosa.
Me levanté, me preparé y salí de camino a casa de mis padres.
Sobre las doce de la mañana por fin llegué.
Hacia unos días que no veía a la pequeña debido a que no me encontraba muy bien y no podía permitirme pegarle alguna enfermedad. Por eso tube que dejarla con mis padres hasta que me recuperarseEn la puerta me esperaban mi pequeña Andreita y mi madre. Cuando me vió salir del coche salió corriendo hacía mi con el andador.
- ¡Hola pequeñaja!- le saludé mientras la levantaba en brazos y le besaba la mejilla.
- ¿Cómo está mi princesa? ¿Te has portado bien estos días?La pequeña afirmó con la cabeza y nos metimos dentro de la casa.
15:00 de la tarde.
Después de estar todo el rato jugando con ella y de la comida, era la hora de que duerma la siesta. La acosté y saqué el portátil para seguir con la historia.
13:00 de la mañana
Estábamos a punto de llegar.
Seguramente se le ha vuelto a olvidar nuestro aniversario pero que se le va a hacer, siempre ha sido así. Nunca se le ha dado bien recordar fechas o nombres.
Aparqué el coche frente a un edificio bien alto y ambos salimos de el.- Bueno, aquí es. - le dije mientras recogía unas bolsas del maletero.
- Amor, ¿dónde me has traído?- preguntó muy confusa.Yo me quedé callado. Cerré el maletero y entramos en el ascensor del edificio. Al pulsar el botón del quinto piso y deje las bolsas en el suelo.
- ¿Qué día es hoy? - la pregunté con cara seria.
- Pues.... ¿Sábado? -intentó responder preguntando.
- ¿Qué fecha?
- El quince de Noviembre- me contestó sonrojándose al recordarlo todo. - ¡Ayy! Lo siento... me he vuelto a olvidar cielo... ¿Me perdonas? ¿Si?- preguntó juntandose a mi y con una sonrisa en la cara.¿Cómo puede uno resistir siquiera a eso? Que la cosita más bonita del mundo te diga que por favor le perdones lo tontita que es. Seguro que a vosotros también os ha pasado.
La mire a los ojos y le di un beso en la frente.
- Anda que.... nunca vas a cambiar ¿verdad?
- ¡Lo haré lo prometo!- me contestó mientras me daba un beso en la majilla y se agarraba de mi brazo.Cuando se paró el ascensor, nos bajamos y traqueamos a la puerda de la derecha. Nos abrió una chica de no más de 30 años con una cámara en la mano.
- Adelante, supongo que usted será el chico de esta mañana ¿no?- preguntó mirandome de arriba a abajo.
- Si, y esta es mi mujer Angela.- contesté con una sonrisa.
La chica nos llevo para dentro hasta un cuarto donde podríamos cambiarnos de ropa y nos dejó solos por unos minutos. Por el camino, Angela miraba asombrada la decoración de la casa con todas las luces, los paneles reflectores y las cámaras.
- No. - me dijo muy seria al quedarnos solos en el cuarto.
- Si. Y no quiero ninguna queja. ¿Queda claro?- dije muy firmemente.
- Pero....- y continuó en voz baja. - ¡Sabes que no me gusta nada de nada que me hagan fotos!
- Bueno, pues el próximo aniversario, en vez de olvidarte, me llevas tu a algún lado y así no te me quejas.- le contesté haciendo la burla. - Así que ahora, vistete que nos están esperando fuera.La sesión de fotos duró poco más de una hora. Al principio ella estaba muy sonrojada y nerviosa pero poco a poco fue cogiendo soltura.
- ¿Ves como no es para tanto?- le pregunté una vez terminada la sesión mientras nos vestiamos para irnos.
- Ya.... pero no sé.- me dijo avergonzada mirando al suelo.
-Bueno, vamos que esto aun no ha acabado.Salimos del edificio a la hora de comer. La mujer nos dijo que las fotos tardarían un par de días en estar listas.
- ¿Y ahora qué?- me preguntó al arrancar el coche.
Ya lo verás, no seas impaciente.Sábado 4 de Agosto; 16:40 de la tarde.
La pequeña rompió en llanto y tuve que levantarme a cogerla. Últimamente tiene muchas más pesadillas de lo normal. Y siempre igual, primero se retuerce y al final se despierta llorando y gritando desesperadamente.
Desde ese día no ha parado de tener pesadillas pero no con tanta frecuencia. Lo único que logra calmarla es el peluche que su madre le dejaba a la hora de dormirla.Si no hubiese sido tan idiota ese día, nada de esto habría pasado. Aún recuerdo todo como si de ahora mismo se tratase.
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Retorno
RomanceUn hombre que todo lo tenía, ahora vive muerto. Desde ese día no tiene sueños, ni ilusiones. Nada tiene sentido para el pero debe seguir adelante por que esa fue su promesa, protegerla.