Capítulo 15

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"A-Amy, ¿cuánto escuchaste?" preguntó Noah nervioso.

Elijah y Jaxon también se pusieron muy nerviosos.

"Contestame, Noah. Su nombre me es conocido" insistió ella.

Noah bajó la cabeza y no pudo evitar que un par de lágrimas se le escaparan.

"Amy, yo... lo siento" dijo Noah.

"Es nuestra madre, ¿cierto?" insistió Amy pero Noah no respondía, "¡Respondeme, Noah!".

Noah asintió con la cabeza mientras lloraba. Una gran ola de emociones la atravesó. Tristeza, alegría, ira, sorpresa, dolor, mucho dolor. Tantas emociones a la vez sólo le permitieron estar seria.

"Amy, nosotros sólo queríamos-" dijo Jaxon pero ella no lo dejó continuar.

Ganó la ira.

"¡Callate! ¡No me hables! ¡Al parecer nada de lo que te dije en el parque te importó! ¡Te di mi confianza y me abrí a ti! ¡Te dije como me sentía pero nada de eso te importó porque no fuiste capaz ni de darme una pista de que ella estaba con vida! ¡Y lo peor de todo es que dijiste que ella me amaba, y eso me hizo sentir mejor! ¡Y ni siquiera eso es cierto!" le gritó Amy.

Jaxon bajó la cabeza, ahora se sentía aún peor que aquel día.

"Amy por favor calmate" le suplicó Elijah y se le acercó.

Amy lo empujó furiosa y lo miró como nunca lo había mirado.

"¡Y tú! ¡¿Todo el tiempo lo supiste y nunca dijiste nada tampoco?! ¡¿Ahora cómo esperas que confíe en ti?! ¡¿Qué otra cosa me estás ocultando?! ¡No puedo creer que tú también me mintieras!" le gritó.

Los ojos de Elijah se quebraron.

"Lo siento mucho, Amy. De verdad no podía decirte" se disculpó con una voz que nunca Amy había escuchado.

Elijah sentía que su voz se quebraba, pero no podía dejar las cosas así. Amy estaba demasiado cegada por la ira, era inútil.

"¡No me salgas con excusas! ¡Esperaba más de ti, Elijah!" gritó ella y sus ojos se aguaron, "me decepcionaste".

Amy se marchó corriendo a su habitación. Elijah no pudo detenerla, apenas podía moverse. Los tres chicos se miraron los unos a los otros, destrozados. Jaxon sacó sus llaves y se marchó a toda velocidad. Noah le dio unas palmadas a Elijah en el hombro y entró a la casa aún con lágrimas. Elijah se sentó en la escalera, no pudo evitar llorar. Le dolían las palabras de Amy, pero más aún le dolía haberla lastimado de esa manera.

Los muebles en la habitación de Amy pagaron el precio de su ira. Cuando ya se había desquitado lo sufisciente, se tiró al piso a llorar un rato. Luego de calmarse, entró a su baño y comenzó a darse una ducha. Sus lágrimas se camuflajearon con el agua que caía de la regadera. Hace un tiempo que no sentía tanto odio, tanta ira, ambas causadas por el dolor.

Pronto llegó lunes, Amy no había salido en todo el fin de semana de su habitación, pero esa mañana se preparó para ir al colegio. No le dirigió la palabra a Noah durante el desayuno y se fue. Su mirada era triste y vacía, y su boca expresaba frialdad.

Ya una vez en el colegio, no fue a ver a sus amigos. Amy se sentó en un banquillo en la parte de atrás del colegio y comenzó a fumar a escondidas de los guardias. Pronto sonó el timbre y tuvo que ir a presentarse en clase, pero los ignoró a todos.

Elijah la miró con mucha tristeza, quería acercarse y hablarle, pero no se atrevió. Había pasado todo el fin de semana llamando a su casa, ya que el teléfono de Amy salía apagado, pero ella no quería coger el teléfono. Por otra parte, Jaxon no se atrevía siquiera a mirarla a los ojos. Samantha estaba muy molesta con él porque no quería decirle qué le pasaba y no quería hablarle. A la hora del almuerzo, Samantha se le acercó a Amy muy enojada.

La Hija Del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora