|O2| Habla con ella

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Me volteé y ahí estaba, perfectamente arreglando, con esa conocida sonrisa suya.

—Hola —saludó acercándose para besar mi mejilla...cielos, su perfume era delicioso.

—Hola —sonreí dejando que los nervios desaparecieran de mi cuerpo.

Comenzamos a caminar, solíamos bajar piso por piso en vez de ocupar el elevador, siempre dijo que así pasábamos más tiempo juntos y yo nunca me negué.

—Y... ¿Pasó algo? Te noté salir enojada —sonrió sin dejar de mirar hacía el frente.

—No... —suspiré molesta.— Nada importante, mi familia sigue siendo inmadura —me crucé de brazos y miré el suelo.

—Adoro a tu familia, son espontáneos, divertidos, alegres....

—Y muy fastidiosos —lo interrumpí antes de que siguiera adulando a mi familia y haciéndome sentir que yo era la amargada—. Comenzaron a molestarme con un chico del curso y terminé diciendo que me casaría con el conductor cómico de ese programa aburrido que suelo ver—sonreí, era divertido saber que él no tenía la más mínima idea de que hablaba de él.

—Vamos, todas las familias son iguales. Imagínate, a mi me molestan contigo, eso si que es... —guardó silenció y parpadeó rápido buscando algún tipo de palabra que sonara adecuada, mientras yo solo trataba de no abrir mucho los ojos y sonreír creyendo que lo que decía era absurdo—. Extraño. Creen que la amistad entré chicos y chicas no existen, además...te conozco hace tanto tiempo que creen que estoy enamorado de ti —carcajeó saltando el último escalón que nos quedaba.

Apreté los ojos y sentí a mi pequeño corazón romperse en trocitos, nunca seríamos más que amigos.

—Si, suena...tonto —sonreí para él y nuevamente miré al suelo.

Caminamos hasta la cochera y nos subimos a su auto.

—Nos vemos en clases de matemáticas —pronunció con una sonrisa apenas entramos al edificio del colegio y desapareció por el gentío de los pasillos.

Hablando de clases de matemáticas, creo que no era una buena idea que estuviéramos juntos. Detestaba la materia y por más que intentará descifrar lo que hablaba el profesor, seguía creyendo que el idioma que usaba era griego... ¡Menos me concentraría si tenía a Alonso sentado a lado mío! Y debo decir que era muy vergonzoso cuando entregaban el resultado de las pruebas, él siempre sacaba excelentes notas, mientras yo era la nota más baja del curso.

Caminé sin ánimos hasta mi casillero y al abrirlo me observé en el espejo, me arreglé absolutamente para nada, ni si quiera se había dado cuenta de lo que llevaba puesto.

Para mi suerte el primer bloque de clases correspondía a artes visuales, lo que ayudaría a relajarme y desconectarme de todo el mundo, ser solo yo.

—Pueden traerlos listo la próxima clase, por ahora será mejor que comiencen a ordenar, pronto sonará la campana —indicó la profesora con su bolso ya en la mano.

Sin ganas de marcharme del taller, guardé mis útiles, limpié mis manos, me quite el delantal manchado y esperé a que el timbre sonara. En menos de un minuto ya me encontraba guardando mis cosas en el casillero.

—Míralos —escuché su voz aparecer de un punto inexistente. Cerré la puerta del casillero y ahí se encontraba, mirando sobre mi hombro con recelo—. Ella y ese, perdedor... —Apretó los dientes.

Me giré y observé a la muchacha castaña con una gran sonrisa en el rostro, seguramente coqueteando con un muchacho.

—Oye, ese... ¿Es Jos? —volví mi mirada hacía Alonso y arqueé una ceja.

—Aja, así es —pronunció sin mirarme.

—¿Qué rayos le sucede? Siempre odió a esa chica —suspiré y tomé mi bolso tirado en el suelo.

—Sabes que no es verdad —suspiró molesto y apoyó su cabeza en el frío metal.

—Entonces... ¿Por qué no hablas con ella? —miré hacía un lado, solía decirle cosas que no eran de mi acomodó.

Me miró pensativo y volvió a dirigir su mirada a la chica más tonta del colegio.

¿Cómo podía estar tan enamorado de alguien tan superficial, de la chica más egocéntrica y de quien piensa que un noviazgo es solo por aburrimiento? Nunca lograría entenderlo, soy la persona que haría todo para que fuese feliz, de hecho, lo hago, pero él ni si quieta lo nota.

—No, pensaré en algo mejor —sonrió desanimado—. Será mejor que nos vayamos al salón, es que tú odias la materia y yo te la enseño con dibujos —carcajeó y me tomó de un brazo arrastrándome a caminar junto a él.

No había nada mejor que observar a Alonso mirar apresurado la pizarra y luego anotar la materia en su cuaderno. Detestaba que su perfil fuera tan perfecto, sus labios tan bien delineados y sus ojos hechos de manera perfecta.

—Anota —pronunció con una risita en la voz.

Yo sólo pegué un salto y dirigí enseguida mi mirada al cuaderno más que sonrojada. Que horrendo, en una de esas se dio cuenta de que lo observaba con sumo detalle, quizás se dio cuenta de lo que sentía.

—¿Entiendes algo de funciones? —miró mi cuaderno con mis apuntes que para él eran sólo garabatos. Negué con la cabeza sin dejar de mirar la mesa.

—Sabes que hay prueba esta semana ¿verdad? —me miró serio. Aunque yo creyera que le importará un rábano, solía ser muy preocupado por mí.

—Oye —suspiré y lo miré—. Sabea que aunque estudie por mil horas, aunque le prestara atención al profesor...nunca voy a saber que es la matemática ni sus contenidos.

—Y es esa la actitud que no tienes que tener, así que de castigó estudiaremos en tú casa —sonrió y volvió a anotar los problemas escritos en la pizarra.

Creo que ese tipo de castigó no me vendría mal...sólo escucharía balbucear palabras griegas y me concentraría en ver el tierno y torpe intento que hacía por enseñarme.

Dos bloques más de clases y sin más esperar, nos marchamos a casa. Temía que cuando entrará, Daphne estuviera preparada para comenzar a burlarse y molestarme dejándome en ridículo frente a Alonso, así que no me quedó mejor opción que rezar a cada santo por mi casa vacía.

—¡Mamá! —exclamé apenas entré al departamento—. Espérame aquí.

Corrí a la habitación de mis padres; vacía. A la habitación de Daphne; vacía. ¡No había nadie!

—Parece que todos decidieron salir hoy —dije apareciendo por el living esperando a que Alonso estuviera esperándome, cosa que no fue así.

Just Friends (Alonso villalpando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora