El peligro del paradigma

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En una sección que cursaba su último año todos eran alumnos excepcionales de los que cualquier docente se sentiría muy orgulloso, a medida que paso el tiempo un joven llamado Calixto se fue cuesta abajo en todos los aspectos imaginables, conducta, notas, apariencia personal e incluso se internó en el vicio del alcohol, los cigarrillos y en ciertas ocasiones sustancias estupefacientes.

Su mejor amigo León intento fallidamente devolver al joven por las sendas buenas, a León no le quedó más remedio que hablar con el profesor Tobías, un profesor algo viejo, que toda su vida había formado parte de esa unidad educativa, nadie podía ayudarlo más que él.

Tobías: hijo que alegría verlo, dígame en que lo puedo ayudar

León: profesor me encuentro sumamente preocupado por mi hermano Calixto

Tobías: ¡¿Qué le paso al rey de los números?! (Apodo que se ganó por tener una habilidad numérica increíble)

León narra con gran cantidad de detalles y de manera muy taciturna la realidad por la que estaba pasando su compañero en ese momento.

El pedagogo con lágrimas en los ojos dice:

Tobías: cuenta con mi ayuda, me duele mucho esto que está pasando, juntos lograremos que sea como antes.

El desprendido maestro, luego de una larga y exhaustiva investigación digna del gran nivel académico que poseía logra encontrar lo que para él es la causa o ayudara a encontrarla.

Citando a la mama de Calixto, la señora Noha entabla una conversación en compañía de León.

Tobías: Muy buenos días señora, ¿cómo está?

Noha: buenos días profesor bien ¿y usted?

Tobías: excelente, quisiera entrar en materia de una vez ¿le parece?

Noha: de acuerdo, lo escucho

Tobías: señora el joven aquí a mi lado y mi persona nos sentimos sumamente alterados por las condiciones tan precarias que desde un tiempo para acá su hijo ha tenido en todas formas

Noha: ¡profesor! No tengo idea de lo que usted está hablando mi hijo vive con su padre

Tobías: gracias por la información señora fue muy útil

Logrando obtener esto directamente hablan con Calixto

Tobías: hijo quisiera hablar con usted ¿me lo permite?

Al tenerle aprecio y respeto el joven acepta

Tobías: me encuentro extremadamente preocupado por usted, y quisiera saber a cerca de tus padres, me entere que se separaron y ahora vives en compañía de tu padre, así que te pregunto ¿a qué se dedica, cómo es?

Calixto: profe, mi papa es licenciado, el cuida de mí, y todos los días salimos a pasear

Tobías: ¿pasear? ¿A dónde?

Calixto: a un sitio llamado "la kuvacha"

Tobías: ¿en Mesa de Gallardo?

Calixto: si, esa misma es, ahí mi papa consume licor y otras cosas

Tobías: de acuerdo, necesito que tu papa venga. ¿Puede ser mañana?

Calixto: sí, claro

Al día siguiente...

José: profesor mi hijo dice que usted debe hablar conmigo

Tobías: cierto, pase a mi oficina por favor

Ya en la oficina

Tobías: señor me preocupa la actual conducta de su hijo, bebe, fuma y se droga

José: ¡no es posible!

Tobías: si es posible pues él lo ve a usted haciéndolo y la psicología no miente, el niño quiere ocupar su lugar cuando usted muera, el ve lo que usted hace y piensa hacer lo mismo es una variante del síndrome de Edipo, así que le suplico cambie su paradigma

José: que es paradigma

Tobías: es un palabra que sugiere un modelo a seguir

José: entiendo, profesor de verdad muchas gracias por haberme abierto los ojos, le prometo que cambiare, para que mi hijo no caiga en malos pasos como lo hice yo, y al mismo tiempo cuidare de mi salud física y su salud emocional

Nota del autor: Todos somos ejemplo para alguien más y por ello debemos ser muy prudentes con todas nuestras acciones

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