Capítulo 2

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Ya pasaron dos horas de que partimos, aún faltaba para llegar, bajamos a comer algo y descansar del viaje. Ya satisfechos y un poco recuperados tomamos de nuevo rumbo a lo que sería nuestro hogar.

La carretera estaba en buen estado, el paisaje de los árboles era hermoso, ya se sentía la paz, hasta que de pronto sentimos un golpe fuerte..

Arturo había arrollado a un animal.

-Que mierda fue eso! -Dijo Arturo muy asustado.

-Calma amor, vamos a ver-dije preocupada.

Salimos del coche y nos sorpendimos al ver un enorme charco de sangre pero, no encontramos a lo que arrollamos, era extraño, ni siquiera se veían rastros de hacia donde pudo haber huído.

-No está! Lo que arolle no está! Dijo Arturo alterado.

-Tranquilo, de seguro corrió hacia los matorrales por el golpe que tuvo-traté de calmarlo sin insistir con lo que me había percatado.

-Esta bien, ojala ese animalito me perdone alguna vez-dijo Arturo un poco resignado.

Luego de aquel susto seguimos con el viaje, Arturo quedó un poco tensionado por lo ocurrido, pero se le iba pasando al recordar que iriamos a nuestro nuevo hogar.

Luego de dos horas más, giramos a la derecha de la carretera y nos adentramos a un largo caminero, este era un poco poroso y ancho, los costados estaban adornados de filas y filas de pinos, estos eran de gran tamaño y tan hermosos, ya me agradaba el lugar, se oían los canticos de las aves, se veían algunas que otras ardillitas corretear por ahi, sin duda era el lugar perfecto para habitar con mi hermosa familia.

Ya se visualizaba una enorme casa, tenía un aspecto antiguo, de esas casas que salen en las películas era un poco tenebrosa pero con amor y cuidado ibamos a cambiar ese aspecto.

-Ya llegamos a casa mi reina-dice Arturo con una sonrisa de oreja a oreja.

-Está muy grande y vacía -dije mirando un poco asustada.

-No te preocupes pronto la llenaremos de cosas, o tal vez niños, no sé -dijo entre risas y abrazandome.

-De a poco cariño, de apoco -le dije sonriendo tiernamente.

Bajamos del auto, senti una brisa muy fría recorrer todo mi cuerpo, comenze a marearme y toco mi vientre.

-Te sucede algo amor? -pregunta Arturo preocupado.

-Solo fue un mareo amor, tal vez por el cansacio del viaje y por el embarazo-dije tomando mi cabeza.

-Si quieres vamos al médico amor, no quiero que les pase nada (refiriéndose al bebé y a mi)-dijo un poco más serio.

-Tranquilo, voy a estar bien, solo hay que descansar -dije algo más aliviada.

Nos dirijimos a la puerta de la casa, la abrimos y se escuchaba el rechinin en toda la casa, esta tenía varios muebles cubiertos con sábanas blancas llenas de polvo, la casa era bastante grande, abajo estaba la sala, tenía una ventana enorme de vidrio con rejas de hierro tallado, en realidad era hermoso, más adentro está la cocina, esta tenía mesada de el más hermoso mármol, claro llena de polvo y suciedad, pero sabía que al limpiarla quedaria como la cocina de en sueños; al lado de la cocina había una habitación, al parecer era habitación de servicio, no lo había pensado, pero no estaría mal que alguien me ayudara a mantener esta casota limpia, además hacerme compañia y cuidar al bebé.

Arturo iba bajando nuestras pertenencias y algunos artículos de limpieza, aún el sol alumbraba el lugar así que nos pusimos a desmantelar los muebles y sacudir las cosas, claro que hoy no terminariamos esa tarea asi que subimos donde iba a ser nuestra habitación, escogimos la que estaba al lado del baño, era la más grande, estaba tapizada de color verde muzgo con estampas de flores, no me agradaba tanto se veía muy triste, habia que cambiar varias cosas a este lugar-me dije arreglando la cama.

-Cariño, que te parece si voy por algo de comer antes que caiga la noche?-me dice Arturo abrazandome por detrás y rodeando mi barriga con sus brazos.

-Esta bien cariño, mientras quedaré a acomodar la mesa para poder comer-le dije dando vuelta y besandolo tiernamente.

-Vuelvo en un rato mi cielo, cuidense, me llamas por cualquier cosa si?-dijo Arturo mientras se marchaba hacia la puerta.

-Esta bien cariño, yo te aviso.. Ah! Me traes uvas lilas? Tengo un antojo tremendo -le dije mirandolo con cara de borrego moribundo.

-Wow! Ya empezamos con los antojos jaja, esta bien lo que sea para complacer a la mujer más hermosa del mundo, ya vuelvo-se despidió con un tierno beso y fue al coche.

Refresca bastante afuera, voy dentro para no pescar algún resfrío, una vez dentro llaveo la puerta, la verdad me daba un poco de miedo quedarme sola en esa casa tan grande, desde pequeña fui muy miedosa, pero pensandolo bien no estoy sola, mi bebé está conmigo..

Voy a la cocina con el trapeador y los elementos de limpieza en mano, me dispongo a limpiar, si que estaba sucio esto, voy sacudiendo todo, cuando de repente oigo que algo cae al suelo, trago saliva, respiro profundo y me asomo a ver que fue eso que escuché, al parecer el sonido provenía de la sala, caminé lentamente, llegué a la sala y no había nada extraño, de seguro solo fue imaginación mía -pensé mientras regresaba a la cocina.

Ya estaba todo listo, me senté en una silla para poder descansar, recuesto mi cabeza por la mesa, había quedado dormida, estaba soñando algo muy raro, estaba en la casa ya con mi barriga muy grande, Arturo no estaba en la casa, había ido al trabajo todo al parecer era normal, estaba en la cocina picando verduras para lo que sería la cena y siento como que alguien me observa de la ventana, lo ignoro, sigo picando cuando de repente siento que aquello que me observaba estaba detrás mío respirando muy fuerte, me armo de valor para voltear y lo que vi fue horrible, parecía un animal, tenía cara de lobo, unas garras muy larga su pelaje era rojo, era espantoso, estaba por atacarme pero antes me dijo -Debiste de haber quedado con tus papis en tu casa niña estúpida! Cuando siento que alguien me toma de la espalda despierto y grito muy fuerte.

-AHHHH!! Sueltame maldito demonio!! -grito muy desesperada.

-Shh, shh, tranquila amor solo soy yo, te quedaste dormida sobre la mesa, suerte que traía la copia de la llave-dijo Arturo tranquilizandome.

-Casi me matas del susto cariño, bueno por suerte ya estas aquí, tuve una horrible pesadilla -le dije abrazandolo.

-Ya mi amor, solo fue un mal sueño, ven traje comida y las uvas que me pediste -dijo Arturo poniendo las bolsas sobre la mesa.

-Esta bien, gracias -le dijo algo cabizbaja.

Nos dispusimos a cenar, Arturo trajo pollo rotizado con ensalada de papa, un refresco de naranja y mis benditas uvas, si no las comía moriría del antojo, tambien trajo comida para mañana.

La Casa MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora