No se por donde comenzar, pero tenía que hacerlo de algún lado, bueno empiezo por la sala, Arturo se iba a encargar del patio ya que yo tengo que evitar agacharme demasiado, cojo la escoba unos trapos y un recipiente con agua, comienzo sacudiendo los muebles, eran muy antigüos pero preciosos eran de madera difícil de roer con adornos de hierro, lo sacudía por encima, este mueble tenía varios cajones en su interior se encontraban muchos papeles, cuando me dispuse a agarrar uno, una enorme rata salió de ahi, era muy grande me había pegado un buen susto, bueno ahora sí mirare los papeles, eran cuentas bancarias de un tal Brad Johnson al parecer estaba en quiebra, voy mirando más papeles y me encuentro con una partida de nacimiento era varón, se llamaba Jael Abraham Johnson Scott en el año 1879, al parecer aquí habitaba una familia hace varios años, de pronto una brisa muy fuerte y fría choca contra mi, siento un escalofrío tremendo me doy vuelta y veo a un niño de aproximadamente tres años, me miraba fijamente a los ojos, cuando intento acercarme el comienza a correr hacia la puerta trasera de la casa, lo sigo y se dirije al costado izquierdo abriendo una pequeña puerta y bajando quien sabe donde..
–Espera!! —le grito mientras lo sigo.
El niño no se detuvo, descubrí el sótano de la casa, voy adentrandome al lugar, esta muy frío y humedo, lleno de telarañas y moho voy bajando las escaleras muy despacio, en la pared había un candelabro de esos antigüos, para mi suerte funcionaba, voy terminando de bajar las escaleras miro a mi alrededor y esta lleno de cajas un piano viejo y un cuadro, el cuadro era el retrato de lo que parecía una familia, una mujer de cabellos oscuros y ojos color miel junto con un hombre muy apuesto de cabello más claro y ojos celestes en medio de ellos se encontraba un niño, el niño que había visto, no lo podía creer, tras el cuadro tenía escrito: Familia Johnson año 1882, la partida que había visto era de aquel niño..
No puede ser!! Que es lo que acabo de ver?!
Me quedo mirando el cuadro y siento una mano posandose sobre mi hombro. Me pego un fuerte susto y con mucho miedo doy la vuelta para saber quien era, estaba temblando y mi respiración se detenía lentamente..
–Arturo!! Eres tú! Que haces aquí?— le digo aún temblorosa y aterrada.
–Te estaba viendo desde el patio, tú que haces aquí? Cómo descubriste el sótano?—dice Arturo curioso y a la vez molesto.
–Emm solo estaba curioseando la casa, y me encontré con el sótano—mentí porque no me iba a creer por que llegue hasta aquí.
–Esta bien amor, pero ya no vengas sola a estos lugares, es peligroso y te puede suceder algo —dijo preocupado y saliendo del mentado sótano.
Una vez fuera del sótano, me diriji de nuevo a la sala y Arturo a terminar de limpiar el patio.
En realidad no podía sacar de mi cabeza lo que había visto, quién habrá sido ese niño? Porque anda por esta casa? Que fué lo que le sucedió a él y a su familia?
Tal vez revisando más papeles descubriría algo más..Solo habían estados de cuentas, un sin fin de papeles que no me indicaban absolutamente nada. Tal vez solo debía dedicarme a limpiar y no preocuparme por otros asuntos, preocuparme demasiado podría afectar al bebé.
Ya terminé con ese mueble, ya casi será medio día tengo que cocinar algo para el almuerzo, oigo mi teléfono, mi madre me está llamando.
Llamada en curso..
–Hola, Esther? —dice mi madre del otro lado.
–Hola mami —respondo muy contenta.
–Ya veo que si yo no te llamo ya ni te acuerdas de tu madre —me dice un poco molesta.
–Ay perdón mamá, es que desde que llegamos estamos acomodando las cosas, la casa no estaba bien limpia que digamos —le digo excusandome.
–Está bien mi niña.. Que tal estas? Te gusta tu nueva casa? A ver cuando invitas a tus padres jaja —me dice bromeando.
–Muy bien, la casa es preciosa, un poco antigüa pero te agradará, apenas acomodemos todo sabes que pueden venir mami —agregué.
–Esta bien mi princesa, bueno te dejo tengo que cocinar algo, tu padre está hambriento jaja, por cierto te manda saludos —se oye el saludo de mi padre.
–Bueno madre, también voy a cocinar, saludos a mi papá también, un beso y un abrazo cuidense —me despido de ella.
A lo que iba, tengo que preparar algo para el almuerzo, Arturo trajo verduras y lentejas, voy a hacer un caldo de lentejas. El caldo le hará crecer fuerte e inteligente a mi bebé, ya me dispongo a cortar las verduras pero luego me doy cuenta que no hay gas.. Rayos! Así como voy a cocinar, llamaré a Arturo para que me ayude.
–Arturoo!, Amoor! Puedes venir un momento? —le grito desde la puerta.
–Que pasa cariño? —pregunta.
–Quiero cocinar y no tengo gas –le respondí haciendo un pucherito.
–Puedes usar este garrafón mientras tanto —me dice sarcásticamente apuntando al garrafón que se encontraba afuera.
–Lo cargue esta mañana—Añade levantando las cejas.–Ay pero que atento esposo tengo! —le digo lanzando una sonrisa.
–El hambre es capaz de hacer muchas cosas mi amor —me dice echando una carcajada.
–Jaja, esta bien, me haces el favor de colocar el garrafón? Ya voy a cocinar —le digo entrando a la casa.
Arturo carga el garrafón y lo lleva a la cocina, lo coloca, me abraza y me da un tierno beso.
–Gracias mi amor, te aviso cuando esté la comida—le digo mientras se marcha al patio.
Ya podía cocinar al fin, las verduras ya estaban friendose, luego de varios minutos le agrego el agua y las lentejas, mientras voy a poner la mesa, recuerdo cuando lo hacía en casa, casi coloqué tres platos por la costumbre, pero solo somos Arturo y yo por ahora..
La comida estaba lista..
–Cariño veen!! Ya está lista la comida—le aviso a Arturo.
–Ya voy mi amor, estoy hambriento—me responde y viene corriendo.
–Lávate las manos y siéntate—le digo.
–Suenas como mi madre jaja—responde.
–Estoy practicando contigo —bromeo.
–Bueno mami, ya me lave las manos mira —me muestra sus manos limpias con una sonrisa pícara.
–Muy bien mi cielo, ya puedes sentarte a comer—respondo de forma burlona.
Ya nos dispusimos a almorzar, todo era tranquilo, me encantan estos momentos con él, ya no veía la hora en que estemos todos juntos como una hermosa familia.
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La Casa Maldita
Mister / ThrillerEsther junto con Arturo llegan a su nuevo hogar, una hermosa casona en las afueras de la ciudad querían un poco de paz, ya que Esther ansiosa estaba esperando a un niño o niña que se enjendraba en su vientre... Todo era tranquilo hasta que de pronto...