Capítulo 1

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Mañana será un día tan especial, estoy tan feliz de poder salir de la casa de mis padres e ir a mi nuevo hogar junto con mi esposo, Arturo sin duda un hombre ejemplar, lo conocí ya cuando ibamos a la primaria, sí, lo conozco hace años es hermoso que hayamos terminado casados y al fin podremos mudarnos a nuestro hogar, el hogar que tanto anhelabamos.
Sigo empacando mis cosas, no son tantas sólo mi ropa y algunos recuerdos que tenia en mi habitación.

-Hija querida no puedo creer que ya estas por partir y dejarnos a tu padre y a mi aquí solos -dijo mi madre entre lágrimas en los ojos.

-No te pongas así mamá, ya es hora que deje de ser la niña de papi y mami -le dije abrazándola y calmándola.

-Esta bien, esta noche será la última vez que cenaremos todos juntos, prepararé algo especial para ti -dijo mi madre un poco triste pero forzando una sonrisa de resignación.

Ya no era una niña, soy hija única, mis padres siempre me consentian mucho, siempre me daban lo que quería para ellos sería difícil esta separación, pero tampoco me iria para no volver -pensé lanzando una sonrisa pícara.

Ayudé a mamá con la cena, papá con sus 58 años seguía trabajando en la empresa familiar, se dedicaba tanto a su trabajo que mamá sentía que la dejaba de lado era triste ver como mamá se sentia sola sin su amado, más ahora que yo ya no estaria haciéndole compañía..

Estábamos preparando mi plato favorito, rabioles con salsa blanca, a mi madre le encanta cocinar y lo hace excelente.

La mesa estaba puesta, todo bien ordenado solo esperabamos a mi padre para cenar. Pronto escuchamos en portón abrirse, ya llegó papá.

-Buenas noches amor -saludó a mi madre con un piquillo en la boca.

-Buenas noches Esther-me dijo dandome un tierno beso en la frente.

-Wow! La mesa esta revestida de sus mejores galas esta noche-dijo mi padre asombrado por la forma en que arreglamos la mesa.

-Es que esta cena es especial, es la última cena con nuestra pequeña-dijo mi madre echando algunas lágrimas.

-Ay mujer! Hablas como si Esther nunca más volvería.. O no lo harás?-preguntó mi padre preocupado.

-Tonterias! Como que no voy a volver, claro que vendré a visitarlos, aparte no quiero que mi hijo esté lejos de sus abuelos -dije sonriendo y me diriji a la cocina a traer la cena.

Terminamos de cenar, nadie habló en la mesa ya que todos estabamos ocupados en devorar esa deliciosa cena, me dispuse a recojer los platos y llevarlos al fregadero.

Mis padres fueron a la sala a ver la televisión, yo subi a mi cuarto a descansar ya que mañana me esperaba un gran día.

Al día siguiente..

Es una mañana hermosa, estaba feliz, hoy será el gran día, hoy empezaría mi nueva vida..
Muy temprano ya me llama Arturo

-Hola cariño, lista para este día?-dice Arturo emocionado del otro lado del teléfono

-Hola mi cielo, estoy super emocionada y feliz ya quiero verte y partir a nuestro nuevo rumbo te vamos a esperar aquí-le dije tocando mi vientre.

Llevaba dos meses de embarazo, casi no se me notaba la barriga, era hermoso saber que llevaba un ser vivo en mi vientre, sin duda lo mejor para una mujer es poder ser madre.

-Buenos días-dije bajando las escaleras muy contenta

-Buenos días cariño -dicen papá y mamá al simultáneo

-Papá, no iras al trabajo?-pregunte a mi padre al verlo aún en la casa.

-No te conte ayer mi niña porque fuiste a dormir temprano, ya me jubile, ya es hora de descansar y dedicarle tiempo a mi esposa -dijo papá abrazando a mamá se veían muy contentos

-Que alegría que al fin vas a dejar de trabajar tanto y estarás con mi madre -le dije muy feliz uniendome a ese abrazo tan calido

-Lastima que se nos va nuestra niña-dijo mamá mirandome un poco angustiada.

-Ya mamá! Al menos tendrás a tu viejo que te hará buena compañía-le dije guiñendo el ojo y sonriendo.

Desayunamos, al rato fui a ver si no me olvidaba de empacar alguna cosa más, pero no, ya estaba todo listo, solo esperaba que mi amado llegara.

Sonó el timbre, era el, sabía que era el, Arturo ya vino por mi estoy muy emocionada..

Abro la puerta y lo recibo con un tierno beso, lo hago pasar y lo siento en la sala.

-Mamá! Ya vino Arturo por mi -grite esperando a que mi madre venga para la despedida.

Bajan mi madre y mi padre un poco tristes al saber que su pequeña, bueno no tan pequeña, dejaba su hogar ..

-Hola Arturo-saluda mi padre con un apretón de manos.

-Hola querido-saluda mi madre con besos en las mejillas.

-Asi que vienes a raptar a nuestra niña-dice mi padres entre risas, poniendo un poco incómodo a Arturo

-Ay papá no le hables así, me lo vas a espantar-digo echando una carcajada.

Bueno todo estaba listo, ya las cajas estaban en el auto, ya era hora de despedirse de mis padres.

-Ya es hora de partir-dije sin poder evitar dejar rodar una lágrima.

-Mi niña promete que te vas a cuidar y vas a cuidar más a ese niño que esta en tu barriga-dice papa dandome un abrazo.

-Lo prometo -digo entre lágrimas.

-Princesa, cuidate bien, cualquier problema que tengas llama, aqui siempre estaré, te quiero muchisimo y que Dios los acompañe en su camino -dijo mi madre sollozando.

-Gracias mamá asi será-le digo abrazandola con todas mis fuerzas.

-Y tu muchacho mucho cuidado con hacer sufrir a mi princesa por que no dudare en traerla de vuelta a su hogar -le dice mi padre a Arturo mirandolo serio y luego sonríe.

-Tranquilo señor su hija esta en muy buenas manos -dice Artuto sonriendo.

-Ya nos vamos-dije saliendo de a poco de la casa.

La verdad sentía como que tenía que quedarme con mis padres y no salir de mi casa, pero solo era por que sabía que los iba a echar de menos, solo por eso... creo.

Luego de un largo abrazo con mis padres, subi al auto para emprender este largo viaje, me sentia tan feliz al ver a Arturo a mi lado se nos veía tan felices, tomo mi barriga y dijo: -Esto es el comienzo de todo lo que vamos a vivir pequeña o pequeño, siempre te cuidaremos y estaremos felices de tenerte, tu madre es la mejor persona del mundo y te cuidara más que nunca, espero que te guste tu nuevo hogar creo que será perfecto para nuestra pequeña familia, que espero que sea grande con el tiempo.

Al escuchar todas sus palabras no me quedó más que llorar de la emocion, le di un beso en la frente y le dije: -Gracias, por ti tengo esta dicha enorme y se que nunca se acabara, Te Amo con el alma

-Te Amo más mi amor -dijo, ya en camino a nuestro nuevo hogar.

La Casa MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora