Capítulo 2 - La chica no popular

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(El dibujo es Alejandra).

Al entrar a clases veo que Johnny está sentado en el aula en la que me toca la siguiente clase.
Cuando me ve entrar me saluda con un corto "Hola".
-Te sentaste en mi lugar. –digo con un ligero tono de broma.
-Lo siento.-ríe- Sabía que algo en ese lugar me había atraído. Parece que el destino nos quiere juntos.-bromea
-Pero si sólo llevamos una hora de conocernos. –digo mientras él se cambia al pupitre junto al mío.
-A veces eso es todo lo que se necesita.
Justo iba a responder cuando entra la profesora. Que empiece la tortura.
El reloj avanza tan lento que no sé cómo soy capaz de aguantar a los pesados de mi grupo y a la maestra con sus lecciones sobre personas que nadie recuerda.
La profesora sale un momento del salón y Alejandra, la chica más guapa de toda la escuela, aprovecha y se sienta en el escritorio de Johnny y empieza con sus estúpidos gestos de niña popular.
-Oye guapo, deberíamos ir a tomar algo. –dice mientras le pasa un dedo por el cuello de la camisa.
Johnny toma su mano y la lleva a su boca, como si fuera a besársela, pero antes de que hagan contacto la aleja de él y la pone en la banca.
-Lo siento... Emm...
-Alejandra Todd. –profiero divertida.
Voltea a verme, agradece con un movimiento de cabeza.
-Lo siento, Alejandra, pero no me gustan las fáciles.
-¿Me estás diciendo zorra? –Grita atrayendo la atención de todos- A mí nadie me rechaza, y menos me ofende, así que tienes que esforzarte si quieres que te vuelva a dirigir la palabra.
Alejandra está hecha una furia y cuando se dirige a su lugar dirige su mirada hacia mí.
-Y tú no te metas, cielo. –Dice con ese tono odioso como de amiga/enemiga y acerca su rostro al mío, de manera que nuestras narices se están tocando.- Ese bombón de ahí es mío, así que ni se te ocurra acercarte a él. –dice en un susurro que nadie escuchó excepto ella y yo.
Me levanto de mi asiento y me coloco frente a ella.
-No me asustas. –sonrío y giro mi cabeza para ver a Johnny- Creo que voy a aceptar esa invitación a tu casa. –guiño un ojo y me vuelvo a sentar.
Alejandra tiene cara de que quiere matarme. Bien.
-¿Algún problema, cielo?-digo imitando su voz.
Sin previo aviso se lanza a mí y trata de golpearme, pero detengo su mano y la tiro al suelo.
En ese preciso momento entra la profesora y nos ve peleando. Creo que estoy jodida, apuesto que Casandra Hawley está esperando una excusa para expulsarme, o por lo menos suspenderme.
- ¡Señorita Alejandra! ¡Señorita Mina! –Grita con fuerza la profesora- ¡A la dirección! ¡Ahora!
Vamos a la dirección y ahí está Hawley.
-¿Otra vez aquí, Mina?- se mofa al verme- ¿Y usted qué hace aquí, señorita Todd?
-¡Esta salvaje de aquí me golpeó!-dijo con tono de víctima.
-Eso no es cierto, Cassandra. Alejandra se lanzó hacía mí y me trató de derribar, pero no pudo; creo que en tu escuela no enseñan las cosas básicas. –sonrío complacida conmigo misma.
-¡Señorita Hawley para usted! Señorita Todd, váyase de aquí ahora mismo.
Alejandra salió corriendo como la cobarde que es.
-Vamos, Cassandra, hemos estado en esta oficina juntas tantas veces que nos podemos dejar de formalidades.
-Cállate, Mina. No puedo expulsarte, pero puedo darte suspensión... ¡dos semanas!
-Como sea. Al menos tendré un descanso de ti y de todos en esta escuela. –pensé en Johnny- Bueno, casi todos.
Veo a Casandra a la cara y veo que esta roja de furia es tan gracioso que suelto una risita lo cual la hace enfurecer aun más. Se levanta de golpe de su escritorio y se acerca mi decidida, ¿Que irá a hacer?
- ¿Esto te parce gracioso, Mina?- y antes de que pueda responder ella tira de mi cabello hacia atrás haciendo que la mire a la cara.
- Si, mucho.- le dedico una sonrisa y jala aun mas fuerte- Vamos Casandra, sí sabes que esto está prohibido, ¿no?
Me mira y suelta una risita.
- ¿Y a quién le dirás sobre esto? ¿A tu madre que le hace más caso a su nueva pareja que a ti, o a tu padre que solo ves fines de semana?
¡Maldita seas Casandra Hawley! Sin duda con esto se está cobrando todo lo que le dije hace un momento.
De pronto, tengo muchas ganas de llorar y no sé si es por rabia o por tristeza. Casandra Hawley y el profesor Grey son los únicos que saben porque me tuve que cambiar de colegio, Casandra obviamente tenía que saberlo para que pudiera inscribirme, pero al profesor Grey se lo dije yo, sabiendo que podía confiar en él. Nadie en el colegio Brooks más que Casandra y Grey conocen quien soy y por quéellegue aquí.
- ¿Que pasa Mina?- dice mofándose de mi- ¿Acaso ya no tienes como defenderte?
Sonríe de oreja a oreja al ver que involuntariamente comienzan a correr las lagrimas por mis mejillas y me suelta.
-Mírate Mina.- suelta una carcajada- Te crees muy valiente, ¿no? Pero solo mírate no aguantas nada.
Debo dejar de llorar, no puedo humillarme más ante ella. Intento parar las lágrimas que corren por mis mejillas pero no puedo. ¡Maldita Casandra! ¡Malditos mis padres! ¡Malditos todos!
- ¡Maldita seas, Casandra!- le espeto dejando mis pensamientos al aire y ella regresa hacia mí aun mas furiosa que hace unos minutos.
Oh no, creo que me golpeará. Justo cuando esta apunto de atacar llaman a la puerta y yo suspiro aliviada.

No me dejes caerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora